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Devigi sentía pena de la manera en la que Honey se quedaba mirando a Brigitte apenas se despertaba.

Era más que obvio que el felino prefería continuar durmiendo antes que ir a casa de Tabi, pero aún con las insistencias de la mayor para que tomara unas vacaciones, el chico se resignaba a dar un suspiro, levantarse para comenzar su día y mantener su asistencia perfecta.

 A decir verdad, el único momento en el que se relajaba era cuando visitaba a Lyle, quien tenía a Honey asombrado. Y Devi ya hasta podía decir que no le desagradan las incómodas conversaciones que era forzada a mantener con Jamie. En cambio, sí podía decir que Brigitte las aborrecía, pues dejaba en claro que prefería quedarse encerrada apenas notaba a Honey buscar la ropa bonita que se pondría para impresionar a su amigo.

De todas formas, Devigi sabía que Britt no soportaría estar allí, pues Jamie se había acostumbrado a la poca conversación, y ambos se limitaban a tomar té en silencio mientras mantenían los oídos atentos por sus híbridos. Aquella situación era tan común como las pisadas que hacían crujir la madera del suelo cada vez que los felinos corrían a su encuentro.

— Quiero vacaciones— declaró Honey, parándose firmemente frente a su dueña.

Devigi tuvo que parpadear varios segundos antes de aceptar que las palabras de Lyle en dos minutos habían servido más que las suyas en dos semanas.

— ¿Honey puede ir de vacaciones con nosotros?— cuestionó Lyle, en el mismo tono emocionado que su compañero. Jamie le echó una mirada confundida a Devigi antes de dejar su taza y encarar a su híbrido.

— Amigo, tienes que ordenar las ideas antes de presentarme el proyecto— suspiró el rubio, respirando hondo para que Lyle pudiese imitarle.

— Nos vamos de vacaciones porque estamos cansados de haber trabajado durante un tiempo— retomó el felino mayor, procurando hablar con claridad.— ¡Honey ha trabajado muy duro! ¡Y dijo que Brigitte también!

— Además, Lyle dice que irán a un lugar donde las chicas van semidesnudas, ¡a Brigitte le encantaría eso!— Devi casi se ahoga en su té al oír aquellas palabras salir de la boca de su híbrido.

— ¡La playa!— aclaró Jamie, temiendo de la reacción de su invitada.

— Oh, claro— asintió la mujer, riendo un poco.— La piel de Britt es sensible al sol, no puede andar semidesnuda por la playa— informó, dando un suave golpe en la frente al felino.

— Pero le gustará ver a otras chicas— el híbrido subió los hombros, aparentemente ignorando la carcajada que había provocado en Jamie.

— Realmente no hay problema— Devi se volteó hacia el más alto, quien solo alzó los hombros.— Si quieren venir...

— ¡Pero eso no es todo!— interrumpió Lyle, sonriendo inocentemente.

— Tabi se sentirá solo si nos vamos— comentó Honey, haciendo un leve mohín.

— ¿Quieres invitar a Tabi?— recalculó la mujer, entrecerrando los ojos.

— Pero si Tabi se va, Wren se sentirá solo— continuó el híbrido, con su mueca cada vez volviéndose más disconforme.

— Sigue sin haber problema— aseguró Jamie ante el silencio de su invitada.

— Tabi no es fan de la arena, y Wren no es fan de oír a Tabi quejarse— Devi sintió su alma caer al ver la decepción en Honey.— ¡Pero podemos preguntar!

Y sin necesitar más, y sabiendo que lo habían conseguido, los híbridos festejaron mientras se alejaban de los mayores.

— Me encanta pensar que ellos creen que ya lo organizaron— rio Jamie, siguiendo a los híbridos con la mirada antes de sacar su teléfono, en el que guardaba los detalles su viaje.

🍯HoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora