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 Devigi pensó que volver a su departamento se sentiría diferente. Realmente imaginó que la conversación que había tenido con los híbridos cobraría algún efecto en el ambiente, pero sus interacciones y pequeñas riñas continuaron siendo iguales que en su camino ida.

Se tomó de mala manera el hecho de que todo fuera tan normal, pues le resultaba ridículo que ninguno demostrara que la situación le tensaba tanto como a ella. Ni siquiera Tabi y Wren, quienes habían decidido quedarse en el departamento un par de minutos antes de volver a su casa, parecían notar alguna perturbación en los dos híbridos.

Aún cuando por fin se quedaron solos y pudieron cambiarse con su ropa se casa y relajarse sin personas ajenas, Devigi decidió no quitarles los ojos de encima.

— ¿Tenemos comida?— cuestionó Brigitte, entrando a la cocina y abriendo cada cajón y puerta que encontró.

 Devi determinó que no había nada de raro en que rubia estuviera hambrienta como manera de cubrir su aburrimiento, y luego de unos segundos de observar a Honey dormitar aún sentado en el sillón, dejó de intentar buscar algo fuera de lo común en donde no lo había.

— ¿Quieres ordenar algo?— la mujer habló lo suficientemente fuerte como para que Britt le escuchara desde la otra habitación y para que Honey se sorprendiera con el grito y abriera los ojos. La rubia no tuvo que oír más, se dirigió hacia el teléfono de la mayor con rapidez y volvió a internarse en la cocina.— ¿Tienes mucho sueño?— preguntó Devi, sentándose a un lado del felino y obligándole a volver a abrir sus pesados ojos.

— ¿Puedo saltarme la cena hoy?— respondió con otra pregunta, pasándose las manos por la cara en un intento de espabilarse.

— De hecho, quería hablar contigo...— Devi se había guardado las noticias acerca de lo que había encontrado de Honey, creyendo firmemente que un hotel no era el lugar indicado para hablar de tal tema.

— ¿Y conmigo no?— se quejó Brigitte, sentándose en el suelo frente al sillón y mirándole con los ojos entrecerrados.

— Tenía algo importante de lo que hablar con Honey— aclaró Devi, temiendo que se tratase de un tema sensible que el híbrido no quisiera compartir con la chica.

— Tú misma lo dijiste, Caramelo y yo vamos a empezar a compartir muchas cosas, no veo porqué esta es la excepción.

 Aquél comentario había logrado que Honey perdiera todo sueño, sentándose con la espalda recta y bufando histéricamente ante las risas que su reacción había provocado en Brigitte. Y finalmente, las reacciones y pensamientos que Devigi tanto esperaba explotaron en forma de pelea entre los dos híbridos.

— ¡Al menos podrías intentar aprender mi nombre!

— No tengo porqué hacerlo, Dulce, voy a conseguirlo de todas maneras— Brigitte soltó una fuerte carcajada cuando Honey lanzó un arañazo frente a su rostro.

— ¡No puedes hacer ese tipo de comentarios!— gruñó el felino, escondiendo su rostro tras el brazo de Devi.

— Yo solo quería conversar un poco— murmuró la mayor, escondiendo su sonrisa mientras negaba con la cabeza.— Acerca de lo que me pediste que averiguara...

— ¿¡Encontraste algo de antes de la tienda?!

 Ambos híbridos se pusieron en alerta con esas palabras, dispuestos a prestar toda la atención del mundo hacia lo que Devi fuera a decir. Ni siquiera tuvo que echarles una mirada para darse cuenta de que esperaban a que siguiera hablando, y solo en ese momento se dio cuenta de que no había preparado absolutamente nada de lo que diría.

🍯HoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora