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Era tal vez el quinto día en el que estaban en esa situación. Devi había decidido no salir de la casa mientras sus híbridos pudiesen tener una emergencia, pero su presencia solo se dedicaba a separarlos lo suficiente para que no olvidaran tomar agua y comer. El sentirse impotente ya parecía común.

 Durante esa tarde, su intención era ponerse de pie para estirar sus piernas un poco, pero la inercia la dirigió directamente hacia la habitación de la rubia. Tuvo que detenerse un largo rato a pensar en qué tan buena idea era aquello.

Ya les había visto desnudos a ambos las suficientes veces como para conocer cada centímetro de sus cuerpos y conocía sus hábitos sexuales como la palma de su mano. Y no solo había soñado miles de veces con el momento en que ya no tuviese que intervenir en sus peleas, sino que se había imaginado situaciones como esas en las peores partes de su mente.

¿Entonces por qué le espantaba tanto verlos de esa manera? Tal vez solo consideraba extraño el verlos tan cerca y sin empujarse, pues parecían haber encontrado el ritmo perfecto para poder llevarse de lo mejor.

 Ahora sabía que no podía hacer nada útil para con sus híbridos, y esa realización provocaba demasiadas sensaciones en ella.

 No se atrevería a decir que se sentía dolida por haber sido dejado de lado cuando ella misma había movido los hilos para que fuese de esa manera, pero tampoco aceptaría toda la culpa. Después de todo, podía decir que la pelea de sus dos amigos había metido esas ideas en su cabeza pero irónicamente la única que parecía recordar ese intercambio de palabras era ella, pues ninguno había mencionada absolutamente nada desde esa noche o actuado de manera recelosa el uno con el otro.

Probablemente estaba siendo inmadura al buscar culpables a su alrededor, pero debía pensar en algo más para evitar fruncir el ceño cada vez que oía ruidos desde la habitación.

Pensar que Jamie hacía eso cada mes le decía mucho de su personalidad, pues estaba segura de que el rubio tenía una gran paciencia y muy buenos audífonos, o que era un pervertido voyeurista que podía acabar con tan solo oír a otros. Por otro lado, pensar que Wren nunca había permitido que Tabi conociera a otros híbridos de esa manera también le hacía sentir enferma.

 Tal vez la única lección que aprendería de esto sería que necesitaba nuevos amigos... aunque no quería hacerse la tonta, sabía que la verdadera lección que la golpeaba cada un par de segundos era que nunca más debía desestimar los sentimientos de sus híbridos. Si alguna vez volvía a escuchar que alguno estaba celoso, se encargaría de recordar fervientemente estos momentos y usarlos para no poner a ninguno en una situación parecida nunca más.

Le había costado poco conectar que su mal humor y la cercanía de los híbridos habían comenzado al mismo tiempo, y cuando por fin había estado lista para aceptarlo, consideraba que sería hipócrita separarlos luego de declarar con firmeza que no se metería en medio. Y entonces se encontraba bajo el mismo dilema que le atormentaba cada vez que metía su cabeza allí: ¿Qué podía hacer además de sentir pena por sí misma?

Aún más importante, consideraba un completo misterio cómo Jamie soportaba vivir de esa manera, y alguna parte de ella creía que todo lo que necesitaba para estar en paz era el secreto de Jamie. Se sintió aliviada al tener algo que hacer mientras marcaba su número, pero antes de realizar esa llamada se dio cuenta de que no tenía absolutamente ninguna idea de qué era lo que quería saber. Después de todo, no podía solo poner el celular en su oreja e interrogar al chico sobre cómo había logrado llegar a tal nivel espiritual como para no inmutarse por la belleza de un híbrido.

Tuvo que pensar un buen rato antes de tener un mensaje escrito y lo juzgó aún mientras observaba cómo se mandaba. Estuvo apunto de apagar su celular al ver el poco tiempo en que el chico planeaba responderle, pero en vez de parecer una idiota decidió continuar con la conversación igual de rápido. Aunque, para variar, hubiese sido bueno tener algo que contestar.

🍯HoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora