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Honey permanecía sentado en el sillón, manteniendo su mirada fija en la televisión pero sin prestarle nada de atención. Estaba muchísimo más concentrado en el leve reflejo que podía ver en esta, que le permitía ver la difusa figura de Devigi paseándose por todo el departamento.

 En ese momento solo podía pensar y repetir esa curiosa palabra que Tabi le había enseñado mientras veían películas. "Tensión".

A pesar de sus intentos, había fracasado en sacar un cuchillo de la cocina para cortar el aire luego de que Devi lo atrapara corriendo de un lado al otro con el filo apuntando a su rostro, por lo que se había quedado sin ideas para terminar con esa tediosa sensación de pesadez.

Pero Honey ni siquiera entendía demasiado la situación más allá de las pocas palabras que Devi había usado para explicársela.

"Britt se mudará"

El felino había pasado los cuatro días desde que se lo habían comunicado pensando en qué significaba aquello. Pues claro que sabía qué significaba mudarse, pero no entendía porqué Devi veía la oportunidad de tener más lugares que visitar cuando salían como una mala situación.

No había posibilidad de que Honey entendiera el dolor de pecho de Brigitte ni la manera en la que la boca de Devigi se había mantenido seca desde la primera mención del tema.

No había manera de que el felino entendiera porqué Devigi se quedaba parada en la puerta de la habitación de Britt, sin decir nada mientras la veía sacar las últimas cosas de sus cajones.

Y la verdad era que ni siquiera Devigi lo entendía demasiado. El pedido de la chica la había golpeado como si fuera una bofetada y aunque había insistido en que se quedara, en caso de que eso fuese todo lo que hubiese querido, no había logrado nada aparte de que la rubia le dejara en claro lo mucho qué quería irse de su apartamento.

Devi sabía que Brigitte no era una tonta. Su personalidad brillante y bromista no la hacían menos inteligente, y su condición de híbrido no la convertían en un ser dependiente de ella.
Consideraba que la canina era más fuerte que ella, tanto física como mentalmente, y por supuesto que no era alguien a quien necesitaba salvar o cuidar por su propio bien.

Tal vez esa horrible sensación que tenía era su complejo de heroína desmoronándose poco a poco al darse cuenta de que Brigitte estaría bien sin ella. Tal vez aquello que la quemaba era ver a la rubia y no encontrar a la misma chica que entró por primera vez al apartamento con cautela, como si fuera una visitante, y terminó llamando hogar a ese lugar durante cuatro años.

— ¿Qué harás con mi habitación cuando me vaya?— cuestionó la menor, como si fuera una pregunta de lo más casual.— ¿Conseguirás otro híbrido?

— ¿Qué harás en tu nueva casa?— contraatacó Devi, usando el mismo tono pasivo-agresivo.

— No consigas a nadie más... Honey se merece que le prestes toda tu atención, y realmente lo necesita— murmuró, sin apartar su mirada de las prendas que doblaba y volvía a desordenar al meterla en la maleta, para luego estresarse cuando le era imposible mover el cierre.— Honey necesita que estés para él, y que lo trates como si fuera especial en tu vida, y que le hagas sentir que importa, y que te aseguras de que tenga todo lo que necesita.

— Britt, puedes decir lo que quieras de mí, pero siempre cuidé de ti— interrumpió la mayor, soltando un gran suspiro ante el tono en el que le hablaba.

— Pero ya no necesito que me cuides y Honey sí, me atrevería a decir que mucho más de lo que necesité yo— la rubia solo dio unos pasos atrás cuando Devi se acercó a su maleta y reacomodó las cosas dentro.— Mi voz sale con recelo, pero te juro que no estoy enojada por nada— se corrigió luego de segundos de silencio.— No es que ya no te quiera y no es como si en algún momento fuera a dejar de hacerlo, pero quiero que estemos en paz y realmente no sé que tan bien nos mantendremos si seguimos de esta manera.

🍯HoneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora