Devigi caminó por las puestas de entrada del lugar, antes de la hora habitual y con toda la calma del mundo. Honey esperaba en el auto, con unas cajas de pizza que los tres cenarían más tarde, lo único que faltaba para su plan era Brigitte.
Cuando fue recibida a pocos pasos del salón principal por la mismísima Madame Loire, supo de inmediato que sus planes para la noche estaban arruinados.Su mirada severa decía todo, y cuando se volteó y empezó a caminar en dirección al pasillo, no dudo medio segundo en seguirla. Aquella situación le recordó al caso de Honey, pero le era imposible pensar que Brigitte se hubiese portado lo suficientemente mal como para haber tenido que ser mantenida en aislación.
Pero allí estaba, el mismo pasillo de la parte de atrás del establecimiento, dirigiendo sus pasos hacía esa exacta puerta.— ¿Va a hacerme poner en duda sus capacidades como cuidadora?— la pregunta de la anciana provocó que su respiración de detuviera por un momento.
— Brigitte ha estado muy nerviosa últimamente...
— ¿Ella lo ha estado? ¿No hay alguna posibilidad de que haya sido usted?— dejó escapar una risa burlona.— Déjeme decirle que este no es un buen lugar para empezar su celo.
La puerta soltó un chirrido muy agudo cuando se arrastró al abrirse, pero los quejidos de Brigitte en el interior de la habitación eran aún más agudos. Devigi lo supo en ese momento, cuando la rubia se quejaba por estar molesta no sonaba de esa manera, esos quejidos eran los de aquellas ocasiones.
Se maldijo mientras avanzaba a grandes pasos hacia la rubia, quien apenas la notó, sacó su mano del interior de sus shorts para lanzarse hacia los brazos de la mayor.— Brigitte, vamos a casa— habló de la manera más dulce que pudo, lo último que necesitaba en ese momento era que la chica estuviese de mal humor.
— ¡No! Vamos a quedarnos aquí— pidió, casi babeando en la camisa de la mujer al pegar el rostro a su pecho.— Podemos quedarnos, hace mucho calor para moverse— estiró los bordes de su blusa como si fueran lo más molesto del mundo, pero Devigi se aseguró de tomar sus manos y detener cualquier intento de desnudez pública por parte de la rubia.
Cuando pasó por el lado de Madame Loire al salir del establecimiento, pudo sentirla juzgando su capacidad de mantener en orden a sus híbridos. Le pareció la cosa más absurda del mundo, Devi era más que perfectamente capaz de ser responsable de ambos.
O eso pensó hasta que estuvo parada a un lado de su auto. Observó a Brigitte, quien se revolvía por la molestia que su agarre le provocaba. Observó a Honey, quien le mandaba una mirada curiosa desde la ventanilla. Supo que era una muy mala idea.
Dando un largo suspiro, abrió la puerta trasera y empujó a Brigitte hacia el asiento, donde comenzó a retorcerse incómodamente. Esperó unos segundos antes de darle la vuelta el auto y llegar a su asiento, sin embargo, cuando abrió su propia puerta, el felino tenía casi la mitad de su cuerpo en la parte posterior del auto.
— ¡Honey!— exclamó, intentando llamar su atención, pero al chico no pareció importarle.
Dejó escapar un suspiro mientras ponía una mano en el hombro del chico, siendo recibida por un fuerte movimiento que le obligó a dejar de tocarle. El chico se había tomado aquella acción como un intento de detenerle, por lo que apresuró su llegada hacia la parte trasera del auto. Brigitte lo miraba, cubriendo la mitad de su rostro con su brazo, su otra mano fuertemente apretada alrededor de su estómago, no hacía ninguna acción por alejarse o acercarse a él. Y de todas formas, esa simpleza parecía volverle loco.
Devigi también podría decir que se volvería loca, aunque no por aquél aroma que Honey sentía y a ella le era imposible. Se hubiese quedado horas preguntándose qué tan bueno este podría ser para convertir a su tímido híbrido en una especie de bestia, listo para saltar sobre la chica con la que ni siquiera solía poder entablar conversaciones. Pero no, no importaba su curiosidad, o la emoción que sentía al recordar alguno de esos sueños que había tenido dónde los escenarios eran similares, nada importaba porque ya había leído el historial de Honey. No podía dejarle lastimar a Brigitte.

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🍯Honey
Roman pour AdolescentsDevigi solo necesitaba sentirse poderosa. Tener esa criatura le iría bien. Honey le haría sentir bien.