«Rendirse: darse por vencido, dejar de esforzarse o de oponer resistencia». Jodie buscó el significado en uno de los diccionarios de su padre antes de regresar a Bournemouth con Salem.
Las palabras de su madre resonaban en sus pensamientos y Jodie sentía que por fin su vida volvía a recobrar su rumbo. Ella había vuelto a casa, perdida y sin saber qué hacer, pero ahora estaba convencida de lo que quería y que era correcto hacer.
Jodie dejó a Salem en casa y salió corriendo hacia al trabajo; su hora de entrada no era hasta dentro de una hora, pero Jodie necesitaba el tiempo extra para cumplir con su meta del día. Cuando llegó a la cafetería, Jimmy ya estaba en la cocina, iniciando sus labores; no le sorprendió, porque él llegaba antes para experimentar en paz con nuevos sabores y platillos, pero él sí se llevó una sorpresa al verla.
—Estás un poco temprano hoy —comentó.
—Buenos días, Jimmy —lo saludó con una sonrisa mientras corría detrás de su estación de trabajo y sacaba de la nevera unos bizcochos en cuadritos listos para decorar. Sintió la mirada confusa de Jimmy sobre ella, sobre todo porque no se puso el uniforme antes de empezar a trabajar. Alzó la vista y le dirigió una radiante sonrisa que contenía más que simpatía.
Jimmy levantó una ceja.
—Ya dime lo que quieres —musitó con una sonrisa escondida.
—¿Podrías hacer un poco de ese maravilloso café que siempre preparas todas las mañanas?
—Pero tú no bebes café... —le dijo extrañado.
—No es para mí. —Jodie le guiñó el ojo y volvió a concentrarse en su tarea.
Jodie agarró los bizcochos y los remojó en licor de Baileys para luego decorarlos con crema de limón y almendras troceadas bañadas con caramelo. Cuando quedó satisfecha, empacó media docena en una caja decorada con un listón rosa. Jimmy se acercó a su estación y le dirigió una larga mirada curiosa antes de entregarle el café en una taza extra grande.
—Esto te costará todos esos bizcochos.
—Son tuyos —repuso ella con una sonrisa, antes de agarrar el café, los bizcochos, y salir corriendo.
Tomó el sendero principal de la playa y caminó deprisa. Diez minutos después, observó el alto condominio donde Wes vivía. Cuando ingresó en la recepción, los guardias la reconocieron y la dejaron continuar; Jodie les agradeció y corrió hacia los ascensores.
Ella estaba tan emocionada que no podía dejar de agitar los pies. Por un segundo pensó que lo que estaba haciendo era una locura, pero se sentía tan bien y tan correcto que supo que estaba bien estar un poco loco.
Bajó en el piso correcto y se detuvo frente a la puerta del departamento de Wes. Nunca dijo en qué piso vivía, pero ella había llamado a la señora Armagnac para preguntarle acerca de él. La mujer, en lugar de sentir desconfianza por su pregunta, habló de su vecino del piso inferior sin guardarse ni un detalle.
ESTÁS LEYENDO
Este corazón mío [TERMINADA]
ChickLitJodie lleva sobre sus hombros el peso de una maldición de corazones rotos. ¿Qué sucederá cuando conozca a Wes, su alma gemela? ~⋆ ✦ ⋆~ Jodie Sinclair es una joven alegre y carismática, trabaja en una pequeña cafetería junto a la playa, tiene una fam...