Capítulo 27

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Jodie se quedó esa semana en Londres

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Jodie se quedó esa semana en Londres.

Primero habló con la señora Pryce y le explicó la situación. Como había imaginado, la mujer entendió y aceptó su permiso de vacaciones improvisadas. Luego habló con Jimmy para que cubriera sus turnos y la cafetería no se quedara sin dulces. Su compañero aceptó sin rechistar y Jodie le dio acceso a sus recetas. Y, de esa forma, organizó todo su trabajo.

Aunque fuera lo único en su vida que estuviera en orden.

Wes no era el problema. Él estaba bien.

Cinco días después de su visita al hospital, se estaba recuperando muy bien. Ya no sufría mareos, ni falta de coordinación. Incluso los dolores de cabeza habían desaparecido. A veces sentía ciertas molestias musculares, sobre todo en el cuello o en los hombros, pero no eran graves. Todo auguraba una recuperación completa a corto plazo.

Aún así, Wes seguía tomando su prescripción para la ansiedad. También descansaba durante todo el día. Jodie se aseguraba de que así fuera; lo obligaba a dormir, a ver televisión o a leer, aunque fuera un rato. Incluso le había regalado un par de audiolibros y esos libros con actividades para mantener activo su cerebro.

Yves lo visitaba por las tardes, pero no se quedaba mucho.

La tarde no era el mejor horario para que Wes recibiera visitas. En general, siempre estaba estresado, frustrado y algo malhumorado. Por las mañanas, al contrario, se mantenía animado, tranquilo y relajado. Sin embargo, por las tardes, el asunto cambiaba debido a varios factores que Jodie conocía bien.

Primero, no tenía permitido salir de casa. Segundo, tampoco le dejaban hacer ningún tipo de actividad física, así que no podía correr o levantar pesas para desestresarse. Y tercero, habían tenido cero actividad en la cama, motivo por el que también estaba sexualmente frustrado.

Wes no había dejado escapar ni una sola oportunidad para intentar seducirla, y Jodie debía admitir que se vio tentada a ceder en más de una ocasión, pero al final se mantuvo firme.

Cero actividad deportiva y sexual para él hasta nuevo aviso.

Además, Jodie no solo lo hacía por Wes, sino por ella. Su cabeza era un hervidero de pensamientos contradictorios y obsesivos. Sus emociones estaban igual de enredadas y confundidas. Y su corazón era cada vez más errático y titubeante.

Si había intimidad de por medio, tendía a olvidar las cosas importantes. Entonces seguiría aferrándose a Wes y haría caso omiso de lo que estaba ocurriendo. Aquel ligero distanciamiento le daba la oportunidad de mantener su mente despejada, así podría intentar comprender lo que estaba sucediendo.

Desde el día en el hospital, Jodie sentía que había algo diferente en ella. No solo estaba distante; también estaba callada, distraída y reservada. No quería hacer dulces ni ver televisión ni bailar al ritmo de alguna canción. No quería salir de la casa. A decir verdad, no sentía ánimos para hacer algo. Estaba triste y preocupada. Se sentía nerviosa y miserable. Y estaba asustada, siempre asustada.

Este corazón mío [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora