Capítulo 26

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Jodie llegó al hospital con el corazón en la mano

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Jodie llegó al hospital con el corazón en la mano.

Estaba desorientada, alterada y desesperada por ver a Wes. Habría sufrido una crisis nerviosa en medio de la recepción, si Yves no hubiera estado con ella. Durante el trayecto hasta el hospital, él había intentado explicarle lo sucedido, pero Jodie apenas podía entender las palabras que salían de su boca. Nada le importaba más que ver a Wes.

Yves la guio a través del ala privada y Jodie siguió sus pasos, sin percibir nada de su alrededor; tenía trabajo para concentrarse, sobre todo porque su respiración era errática y su corazón latía con fuerza, al punto que vibraba en sus oídos. Ella chocó con la espalda de Yves cuando él se detuvo frente a una habitación.

La puerta estaba cerrada y no se atrevió a abrirla hasta que Yves lo hizo y le indicó que entrara. Ella dio unos pasos inseguros antes de detenerse de forma abrupta.

Wes estaba recostado en la cama, con los ojos cerrados y la respiración acompasada. Su rostro lucía pálido, pero pacífico, y en su mano izquierda tenía un catéter y un fino tubo transparente que conectaba hacia un suero blanquecino.

—Wes...

Él no respondió ni se movió, y el pánico se extendió por su cuerpo, paralizándola.

—¿Qué pasa? ¿Por qué no está despierto? ¿Qué sucede?

Yves se acercó y tomó su brazo. Salieron de la habitación y cerraron la puerta.

—Es lo que he intentado decirte todo el camino —dijo—. Wes está bien.

—Pero está inconsciente y ese suero...

—Es un procedimiento normal. Solo está dormido —le aseguró Yves.

—No entiendo. ¿Está en coma?

Yves negó. Miró a su alrededor, y la llevó hasta un grupo de sillas, a un par de metros de la habitación. Ella se sentó.

—Primero quiero que respires y te calmes un poco.

—Estoy calmada —replicó ella.

—Jodie —apretó sus manos—, estás temblando.

Ambos contemplaron sus manos, sus brazos, y Jodie se percató de que era cierto. Él acarició sus dedos y le dedicó una sonrisa paciente. Ella respiró despacio e intentó recuperar el control. Cuando se sintió más estable, habló:

—Dime qué pasó.

—Wes estaba en el entrenamiento para evaluar el nuevo monoplaza —le explicó Yves—. Sin embargo, en una de las paradas de pits, una tuerca quedó floja en uno de los neumáticos; esto provocó que su automóvil saliera de la pista y golpeara contra la barrera de seguridad. El impacto no fue tan grave porque sus neumáticos aún estaban fríos por el cambio y su velocidad no era tan alta. Su cuerpo está bien, pero sufrió una concusión.

Este corazón mío [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora