Jodie sostuvo la mirada de la recién llegada y pensó que ni en sueños podía escapar de su legado. Al menos por esta ocasión, podían mirarse cara a cara.
En sus recuerdos pasados, nunca había podido distinguir su rostro, solo había sido una silueta borrosa o luminosa de la que solo escuchaba su voz. Sin embargo, sea cual fuera la razón de ese cambio, le daba la posibilidad de confrontarla.
—¿Por qué lo haces? ¿Por qué me muestras este sueño? —Jodie preguntó con firmeza, aunque sentía el corazón afligido—. Es casi cruel cuando sabes que esta posibilidad nunca existirá.
La mujer no dijo nada, pero su mirada se posó sobre la cuna. Jodie reconoció un rastro de añoranza en sus ojos, pero desapareció muy rápido. Su rostro no revelaba nada; era una máscara de completa serenidad, sin grietas o remordimientos.
Aunque... tal vez se equivocaba.
—¿Alguna vez te arrepentiste? —inquirió Jodie con cautela—. De tu decisión.
—¿Tú te arrepientes? —dijo ella por respuesta.
—No soy como tú —Jodie se defendió con aspereza.
La mujer sonrió.
—Claro que sí, tú lo eres más que nadie —dijo—. Las otras mujeres siempre han sido él; él, el amor y el dolor. Pero esta vez tú..., tú eres yo.
Jodie había escuchado esas palabras antes, muchas veces. No era una respuesta; era un acertijo. Y no podía seguir cayendo en una red de confusión.
—¿Por qué sigues diciéndome eso? Ya te lo dije: no entiendo lo que significa. Por culpa de esta maldición, perdí a Wes.
—Sabes que no fue por eso.
Sus palabras se sintieron como una bofetada. Dolorosa, igual que el recuerdo que provocó. La voz de Wes resonó en su mente, rota y desesperada, casi como un ruego y una acusación.
«No le temes a la maldición, Jodie. Le temes a perder a alguien... Con maldición o sin ella, debiste quedarte a mi lado».
Ella bajó la mirada.
—Supongo que fui débil —susurró con voz amarga—. No quería que él saliera lastimado. Creí que encontraría una respuesta, pero no se puede detener este legado.
—Pero ya conoces la respuesta.
—Claro que no —replicó Jodie.
La mujer sonrió.
—A veces podemos descubrir las respuestas a las preguntas que nos quitan el sueño hasta en las conversaciones y recuerdos más simples e inesperados. Solo tienes que ordenar los trozos que posees.
—¿Y se terminará? ¿Para siempre? ¿Podré ser feliz? —preguntó Jodie con tristeza—. ¿Y qué hay del resto de nuestra familia?
La mujer se acercó y sostuvo una de sus manos con firmeza.
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Este corazón mío [TERMINADA]
ChickLitJodie lleva sobre sus hombros el peso de una maldición de corazones rotos. ¿Qué sucederá cuando conozca a Wes, su alma gemela? ~⋆ ✦ ⋆~ Jodie Sinclair es una joven alegre y carismática, trabaja en una pequeña cafetería junto a la playa, tiene una fam...