Capítulo 28

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Duda: vacilación o estado de incertidumbre que puede experimentarse ante un hecho, una noticia, una creencia o un pensamiento

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Duda: vacilación o estado de incertidumbre que puede experimentarse ante un hecho, una noticia, una creencia o un pensamiento.

Cuando Jodie estaba en el colegio, una vez tuvo que escribir un ensayo sobre algún libro que hubiera disponible en su casa. Su padre dijo que podía buscar en el librero de su estudio y ella escogió una novela llamada La sombra de la duda.

La historia contaba la vida de dos amigos de la infancia, Mitch y Víctor, mientras cursaban su último año de universidad. Eran casi como hermanos. No existían secretos ni mentiras entre ellos. No había nada que no supieran del otro y sus vidas eran muy mundanas. Hasta que, una noche, Mitch encontró evidencia que podría relacionar a Víctor con unos crímenes ocurridos en los alrededores de la universidad.

Al principio, Mitch se rehusaba a creer que Víctor podía ser un asesino. Sin embargo, a medida que la historia avanza, la línea entre la confianza y la duda se distorsiona y Mitch se obsesiona con descubrir la verdad, lo que llevará a ambos jóvenes a un trágico final.

El libro tenía un final abierto y lo único que le quedó a Jodie fueron más preguntas. ¿Era Víctor un asesino? ¿O lo era Mitch, al asesinar a su mejor amigo bajo la premisa de una duda? ¿Cuál merecía morir? ¿Cuál tenía la razón? ¿Eran culpables o inocentes? ¿Eran amigos o nunca lo fueron?

Jodie, con solo trece años, aturdida por la lectura y molesta porque no sabía cómo escribir su ensayo, acudió a su padre para que le diera una explicación. Jamás olvidaría lo que él le dijo:

—Una duda puede ser nuestra mejor o peor enemiga. Puede construir puentes donde no existen o destruir ciudades enteras. Una duda puede ser el inicio o el fin de una persona.

En esta historia, en esta vida, su vida, Jodie se sentía en los zapatos de Mitch. Estaba obsesionada con una duda que la consumía despacio. Y había ido hasta allí para descubrir si sus pesadillas eran reales, para saber si era culpable o inocente.

Jodie llamó a la puerta y esperó.

Se percató de que sus manos temblaban y cerró las palmas en puños apretados. A cada segundo que se alargaba su espera, sus emociones se volvían más inestables. Se distrajo mirando el cielo; apenas era media tarde, pero ya se percibían amplios nubarrones oscuros.

«Se acerca una tormenta», pensó.

—¿Jodie?

Miró al frente y se topó con el rostro de su tía, a quien le sorprendió verla.

—Lamento venir sin avisar, tía Kirsten —repuso Jodie, retorciéndose las manos—. ¿Puedo ver a tía Syla?

—Mi madre salió a un evento del geriátrico, pero debería volver pronto —respondió Kirsten. Se apartó y abrió aún más la puerta—. Entra, Jodie. No te quedes en el portal.

Agradeció su hospitalidad y siguió a su tía hasta el jardín solitario que estaba al fondo de la propiedad.

—Estaba intentando podar el césped por mí misma. Desde que Arthur se mudó, nadie lo hace —comentó Kirsten, señalando una máquina—. ¿Quieres un poco de té?

Este corazón mío [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora