Capítulo 17

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Presentimiento: sensación o intuición de que algo va a suceder

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Presentimiento: sensación o intuición de que algo va a suceder.

Aquel día Jodie se levantó con un inesperado pensamiento que apareció en su cabeza y la dejó con una sensación extraña. Intentó convencerse de que solo era su intuición que estaba jugando con ella, pero muy pronto aquel presentimiento se volvió un pensamiento sólido y consciente: «¿Wes está bien?» «¿Por qué no lo estaría?» se respondió.

Luego de regresar de Cornualles, Wes estuvo un par de días en Bournemouth antes de volver a Londres. Jodie llevaba más de una semana sin verlo, pero sabía que no había nada de malo en eso. Lo extrañaba, pero no era eso lo que le molestaba; el problema eran sus pensamientos idiotas.

«¿Estás segura de que está bien?».

«Llama todos los días. Está bien».

«¿Pero está bien hoy? ¿Ahora?».

Jodie se mordió los labios y ladeó la cabeza.

«¿Por qué no has tenido más "incidentes"? ¿Y si tu suerte está cambiando? ¿Y si no está cambiando? ¿Y si sí está cambiando?».

Suspiró y cerró los ojos. Luego siguió comiendo su pedazo de bizcocho de naranja; ella misma había horneado el pastel con un glaseado de caramelo y chocolate. Como siempre, hacer postres mantenía su corazón en calma. Y estaba sentada en la barra de la cafetería cuando Noah entró y se ubicó a su lado. Un leve tarareo llegó a sus oídos y, aun con la mente distraída, Jodie supo que algo estaba pasando.

—Estás viendo a alguien, ¿verdad? —dijo de forma abrupta.

—¿Qué? —Él la observó, sorprendido.

—Solo tarareas cuando estás viendo a alguien.

—Tarareo cuando estoy feliz.

—No, cantas cuando estás feliz —Jodie insistió con seguridad y una sonrisa—. Te conozco, Noah, y he estado contigo en casi todos tus enamoramientos y rupturas amorosas. Sé que estás viendo a alguien.

—¿Noah está viendo a alguien? —preguntó Ada, cuando se acercó a entregarle a Noah un plato con sus tartaletas favoritas.

Jodie asintió y ambas contemplaron el rostro del joven, expectantes. Al inicio, Noah mantuvo una expresión indescifrable, pero se rindió.

—Sí, está bien —admitió—: estoy viendo a alguien.

La sonrisa en los labios de Jodie se estiró.

—¿Es el dueño del club? —adivinó.

—¿Dueño del club? —inquirió Ada.

—Del Abyss —apuntó Jodie.

—¿Sales con el dueño del Abyss? —Los ojos de Ada se abrieron consternados. Ella sabía del amor no correspondido de Noah, pero no quién era el responsable.

Este corazón mío [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora