Este corazón mío [TERMINADA]

Capítulo 11

Insomnio: trastorno del sueño que involucra la falta anormal de sueño y dificultad para conciliarlo en el momento en que corresponde dormir.

Cuando Jodie era pequeña y no podía dormir a causa de las pesadillas, su madre solía contarle un cuento sobre una liebre llamada Pax que había discutido con su mejor amigo, Zizu, sobre quién era el más veloz.

Durante los días que estuvieron enemistados, Pax no quería hacer nada. No quería correr, ni comer, ni divertirse. Incluso no podía dormir; el sueño lo evadía y se movía en la cama sin poder descansar. Entonces Pax pensó en su pelea y en su querido amigo Zizu y se dio cuenta de que lo más importante no era quién fuera el más veloz, sino su amistad. Al final, luego de hablar con Zizu y arreglar sus diferencias, volvieron a ser amigos y Pax pudo dormir en paz de nuevo.

Sabía las razones de su insomnio, pero su vida no era un cuento infantil y ella no era Pax. No podía solo llamar a Wes y creer que las cosas mejorarían. ¿Qué derecho tenía ella de preguntarle sobre los rumores? ¿Quién era ella para traspasar su amistad y exigirle más? Aunque le costara aceptarlo, Wes era su amigo. Y tal vez se había precipitado al creer que el tiempo que había pasado juntos había cambiado la forma en que Wes se sentía.

Jodie se aferró al recuerdo de la última noche que habían pasado juntos. La forma en que él había hablado sobre la ilusión de su cita le hizo pensar que ella podía gustarle. Y cuando estuvo a punto de besarla, Jodie creyó que sus sentimientos eran los mismos. Sin embargo, ya no estaba segura de nada, ni de sus acciones o sus sentimientos; lo único que comprendía era que su corazón estaba inseguro y triste.

Se levantó de la cama y se envolvió en una cobija. Dejó su alcoba y, con pasos silenciosos, atravesó la sala hasta su balcón; era un espacio rectangular y pequeño con rejas de hierro forjado y macetas con flores de colores que plantó. Su padre le había regalado una banca de mimbre y, desde entonces, solía salir a sentarse ahí cuando necesitaba aire fresco.

La noche estaba fría y silenciosa. Jodie se sentó y contempló el cielo sin estrellas. No supo cuánto tiempo transcurrió hasta que escuchó pasos acercándose.

—¿No puedes dormir? —preguntó Alasdair desde las puertas del balcón.

Ella negó con la cabeza.

Él entró y se sentó a su lado. Jodie lo miró de costado. Alisdair —Dare para sus amigos y la familia— era el mayor de sus hermanos y con quien se llevaba mejor desde niños. Sus hermanos y ella siempre habían tenido una relación estrecha y muy buena; discutían y peleaban todo el tiempo, pero se amaban. Ayden y Bryden siempre fueron más divertidos y solapadores, mientras que Dare siempre era más serio y protector. Quizás por eso él y Jodie eran muy unidos.

Luego de su llegada sorpresa hacía dos noches y de sus intentos para tratar de calmar sus lágrimas, Jodie les contó todo, desde el principio. Como esperaba, los gemelos reaccionaron de la peor forma; quisieron salir en ese momento a romper y golpear cosas. Dare tomó el asunto de mejor forma, aunque la expresión seria en su rostro lucía más peligrosa que cualquier cosa que los gemelos hubieran dicho.