~Si quieres bota mis cuadernos
Si quieres borra hasta mi número del celular~
N/J-
A lo largo de mi existencia y desde que tengo uso de la razón he aprendido a llevar mi vida de acuerdo a mis creencias y no a dejarme llevar por simple supersticiones, sin embargo ahora mis pensamientos se encuentran en un jodido problema porque parece que no es suficiente con creer solo lo que puedo comprobar con mis ojos porque malditamente "el Karma" o como se pueda llamar en cualquier cultura es más que real. El karma existe, es real y me a estado dando una patada en la entrepierna.
-Jorge esto tiene que acabar, por favor.-Escuchó la dulce de voz de Victoria al otro lado de la línea.-Tienes que dejar de llamar, Si Nathan se levanta...
Ya estan durmiendo juntos, bien puedo tolerarlo.
Y una mierda.
Apretó con fuerza el teléfono.
-¿Por qué crees que me importa lo que Nathan diga?
-Si, ya se que no te importa, pero a mi si y no quiero tener problemas con él, es mi novio.
-¿Podrías escucharme al menos un segundo?-Digo frotando mis manos en mi rostro.- Solo un minuto.
-Es más de media noche.
¿Tan tarde es ya?
-¿Estás bebiendo?-Preguntá con cierto interés en su voz.
¿Por qué diablos hace la pregunta?
Es obvio que si.
-Necesito verte...
-¡Jorge!
-En serio.
-Ya hablamos de esto.
-¡Me engañaste!
-¿Crees que quería hacerlo?-Eleva un poco la voz.-Las cosas se dieron, no planee engañarte con Nathan. Solo pasó, bien, las cosas solo pasan.
-Si...las cosas solo pasan.-Sonrió con dolor.
-Lo lamento...pero, se acabó, ya no me llames, Jorge.
Dejo caer mi teléfono al lado de mi taburete y apretó los puños con tanta fuerza conteniendo las ganas de arrojar el teléfono contra cualquier lado de la pared del bar.
Me levantó con la poca ayuda de mi mismo cuerpo y camino mirando todo borroso no es la primera vez así que estoy acostumbrado a mi rutina cada noche, solo espero que al ir a casa no me encuentre con un policía en la carretera.
Arrancó el auto estacionado en la entrada y me dirijo directamente por la misma ruta, mi vista falla por ligeros segundos y siento grandes deseos de detenerme a descansar.
Pero si no quieres amanecer desnudo tirado junto a la carretera y sin ningún billete es mejor que me despierte enseguida, sin embargo no puedo exigirle eso a mi cuerpo cuando me siento incluso peor.
