~De comernos con la mirada~
N/D
Intentar estudiar en la biblioteca de la Universidad mientras Camila y sus amiguitas estaban sentadas detrás de mi, es mucho más de lo que puedo soportar, especialmente cuando no se callan. Escucho risas y me llevó la mano a la sien mientras apoyo mi codo en la mesa.
"Perra"
"Jorge y Danna otra vez, de seguro la vuelve a engañar"
"Perra"
¿Es lo único de Camila puede decir?
Son las palabras que más logra captar mi cerebro, aprieto los párpados y me concentro en el libro hasta que un peso se sienta a mi lado, levantó la mirada y veo el rostro de Ester, lleva unos libros que deja sobre la mesa unos largos audífonos blancos que sobresalen de su bolso, estoy a punto de decir que esta prohibido usarlos dentro de la biblioteca, pero tan rápido como tengo esa atención, ella es más rápida para quitarse el de lado izquierdo y ponerlo en mi oído.
-Aquí no se oye nada.-Ester se encoge de hombros y me mira con una sonrisa antes de girarse hacia Camila.
-Lo sé.-Arruga la nariz.-Es una excelente forma de evadir a todos a tu alrededor.-Me río bajito y vuelvo a colocar el audífono en mi oído Ester se las arregla para buscar una canción en su celular y sin que la biblioteca la observe encuentra una y la pone muy bajo.
-Jorge me dijo que te gusta la música de Morat.
-Uhmmm.-Murmurro sin ganas.-¿Y que más ha dicho Jorge?
-Dímelo tú.
-No hay nada que contar.-Respondo enseguida. Vuelvo a escuchar una risita de Camila, ambas nos giramos y compartimos una mirada y Ester sube el volumen de la canción.
-Ahora somos amigas. ¿Puedo hacerte una pregunta?
¿Amigas?
No se como funciona exactamente, no he tenido una relación parecida antes.
-Es decir, en proceso de amigas.-Se corrige ella misma. Me mira.-Aquí entre las dos...-La miro a los ojos esperando que continúe.-¿De verdad no has pensado en darle otra oportunidad?
•••
Estoy siendo amable.
Me recuerdo a mi misma cuando estoy sentada en las gradas del campus junto a varias personas más, entre ellas novias de deportistas como podría describir mi ahora "molesta" situación también se encuentran amigos de los postulantes para el mismo puesto de Jorge y novias de ellos mismos. Es el día de las pruebas y aunque el fútbol no es mi deporte favorito accede a venir a "apoyarlo", aunque no se que hago exactamente aquí además no soy la única.
Ella está aquí.
Victoria esta aquí.
¿Por qué?
No tengo la menor idea y no me importa.
¿Segura?
Muy segura, no es momento para ir un paso hacia atrás.
Trato de no tener contacto visual con Victoria durante el tiempo de las pruebas y lo cual resulta casi toda la tarde, cuando acaba ella se marcha sin siquiera esperarlo, pero con una sonrisa en el rostro y que en cierto punto causa hincón en mi estómago, Jorge si se percata de su presencia y supongo que sus ganas de volver si son muchas como para no prestar atención a otra cosa que no es el juego y al final no dependía de su hermano, él realmente quería volver a jugar.
Espero a Jorge afuera de los vestidores y cuando me ve esta muy confiado,bo al menos eso veo en sus ojos y le enorme sonrisa en su rostro tiene el cabello hacia atrás y húmedo, las mismas zapatillas, unos vaqueros oscuros y una camiseta poma igual de húmeda y en la que sus músculos se marcan atrás de ella. Bajo los brazos y le doy una leve sonrisa.-Te ves confiado...¿salió bien?
-Gracias a ti.-Su sonrisa me pone en cierto punto nerviosa y tengo ganas de abofetearme. Carraspeo rompiendo esa estúpida conexión.
-Entonces deberíamos volver.-Me giro para darme vuelta y él me detiene, cuando me apartó tengo esa misma mirada en mi observándome.
-¿Hay algo más que puedo hacer?
¿Algo más?
-Iba a decirlo cuando me acepten.
-¿Cuando?-Alzo las cejas.-Demasiada confianza.-Su sonrisa crece.
Si, esa es demasiada confianza.
Suspiro cansada.
-No tienes que darme nada, Jorge.
Ya salde mi deuda.
Me guardo eso para mi.
-Estamos bien.-Me mira confundido y ni yo misma se que acabo de decir, no vuelvo a hablar y la desilusión vuelve a mostrarse en su rostro, baja un poco la mirada y me muerdo la lengua. -No.-Pronuncio mirando sus ojos.-No debes darme nada, pero...
¿De verdad has pensado en darle otra oportunidad?
Trago saliva.
-Pero puedes llevarme a bailar música de los noventa.-La ilusión vuelve a brillar en sus ojos por más que todo me dice que me retracte, no lo hago, en vez de eso solo espero no equivocarme. Otra sonrisa vuelve a iluminar sus labios.
-¿Eso es una cita?
Lucho contra no sonreír y antes de que escape mostrar mis "débiles" emociones, me giro escuchando como sus pasos no tardan en seguirme.
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