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~Si quieres bota mis cuadernos~

N/D

Puedo describir este momento como el más silencioso de mi vida porque incómodamente lo es, nadie dice nada mientras el entrenador se detiene frente a todos para decir los resultados de las pruebas.

Hay demasiada tensión en este momento.

Cruzo los dedos esperando atenta escuchar el único nombre de Jorge y cuando se da cuando el nombre de él sale de los labios del entrenador me sorprendo yo misma por no controlarme, ya estoy de pie después de gritar una pequeña "celebración" mientras Jorge tiene una sonrisa de oreja a oreja observándome completamente complacido desde el medio del campo y ni que decir de las demás personas a mi lado.

¿Qué rayos ocurre conmigo?

Como vergüenza y todo tomo asiento de nuevo en las gradas y espero que el entrenador continúe.

-Gracias, señorita Danna.

Mierda...

-¿Me deja continuar?-Solo asiento mientras Miguel ríe a mi lado, golpeó su hombro.

-¿Y decias que no estabas emocionada?-Muerdo mi lengua para evitar responder, le pedí por favor que me acompañara ya que Ester ya tenía planes con Álvaro al terminar las clases y aunque eso no le agradó nada a Jorge, fue la única forma en que le dije que estaría aquí. Mi relación con Miguel ha crecido desde la primera vez que se sentó sin invitación en la mesa de Ester y la mía, y aunque sus insinuaciones me fastidiaron al comienzo, en este tiempo se ha vuelto parte de mi rutina, aunque él sigue recordándome qué está disponible para un polvo rápido que hasta el momento he rechazado. Digamos que después de Ester, creo que si me hacía falta un amigo.

Jorge está en el equipo.

Mi deuda está saldada

Deberia estar feliz, ¿no?

Me despido de Miguel cuando acaban de dictar los resultados, él se marcha y me quedo de pie esperando fuera de los vestidores observo a cada mastodonte salir después de un baño.

Y Jorge sigue sin salir.

Hasta me cruzo con Diego y sus insoportables amigos quienes pasan de largo a excepción de Roger. No luce nada contento tras el ingreso de Jorge.

-¡Danna...cielo!

¿Y tu novia Roger?

-¿Esperas a Jorge? Joder, es tan obvio que ni siquiera debería preguntar. Tu escenita en el campus hizo lo posible.

-¿Por qué lo haces?-Sonrié de lado.

-Lo sé, tal vez solo quise iniciar una conversación contigo.-Alzo las cejas.

-¿Es todo?-Su sonrisa crece.

-Eso es lo que me gusta tanto de ti, me pone mucho.

-Eres asqueroso.-Se rié.

-Jorge sigue dentro y supongo que lo estás esperando para una celebración.

-Ese no es asunto tuyo.-Vuelve a mostrarme que deja ver sus dientes blancos, Roger me rodea y antes de irse vuelve a hablar tengo que girarme para verlo.

-Dile a Jorge que es muy pronto para una celebración.-Frunzo el ceño.-Lo más probable es que en el próximo juego no sea más que un calienta bancas.-Abro la boca para responder, pero Roger se despide con un gesto de la mano y me da la espalda antes de irse, después de esperar tanto me permito ingresar a los vestidores el poco vapor de agua caliente que aún hay me roza la cara y sigo mis pasos hasta buscarlo entre los casilleros, doy con Jorge unos segundos después,esta terminando de ponerse los tenis mientras trae aún el torso descubierto. Al sentir mi presencia, sonríe.

-Hola.

¿Qué debería decir?

-Felicidades.-Sus ojos se abren.-Por volver al equipo.

-No lo hubiera hecho sin ti.-Sus ojos me miran con mucha fuerza, él niega con una sonrisa.-Si no hubieras hablado con el entrenador.

-No fue nada.-Se acerca a mi.

-No, se que dices que lo hiciste por saldar tu deuda.

-Y fue eso.-Le interrumpo. No quiero que se haga ideas, ni que piense que le he dado atajos a lo que sea nuestra relación.-No ha sido por nada más.-Sigo sin duda. La decepción en sus ojos es notoria, pero no me arrepiento.

Solo es saldar mi deuda.

¿Hasta cuándo?

Por siempre, así tiene que ser.

Trago despacio y estoy lista para irme cuando escuchó mi nombre salir de sus labios.

Entonces lo hace.

Me besa.

Sus ojos se cierran mientras su boca se mueve ágilmente sobre la mía, pidiéndome corresponderle y por una fracción de segundos lo hago. Luego recuerdo todo y me apartó.

-Espera...no...-Jorge me mira confundido y siento toda la tensión en mi cuerpo, quiero besarlo, esa es la verdad,pero no quiero dar posibilidades de algo más.

-¿Sigue siendo por siempre?-Levantó la mirada y sus ojos me miran con la misma intensidad lucho contra no hacerlo y termino perdiendo, yo tomo el control agarrandolo del cuello y presionando mi boca sobre la suya, cuando su lengua roza la mía estoy perdida hasta que el mismo me interrumpe.-¿Sigue siendo por siempre?-Vuelve a preguntar esperanzado. Aunque prefiero quedarme callada, le respondo.

-Sigue siendo por siempre.

Es lo único que puedo darle y si no puede aceptarlo...

Por más clara y cortante que he sido, eso no lo hace retroceder, me toma de la cintura y sus labios vuelven a callarme, me besa hasta que los labios me arden y hasta que necesito respirar, sus manos se plantan en mi cara y en poco tiempo siento como me lleva con el directo a los baños privados. Dejo que lo haga porque primero estoy excitada y segundo, ya olvide lo segundo. Los labios de Jorge recorren mi cuello y sus manos comienzan a desvestirme con rapidez, mi camiseta cae y mis pantalones también mientras sus pantalones deportivos le siguen junto a los boxers,me quedo en ropa interior y rápidamente sus manos me quitan el sujetador solo para quedarme en bragas,se agacha y su boca se detiene entre mis piernas, su tacto me hace cosquillas mientras me acaricia y sus pulgares presionan mi cintura, me arrincona contra la pared y volvemos a besarnos. Disfruto de sus caricias y de sus besos de lo único que es capaz de darme hasta que el mismo decide arruinarlo y volver mis miedos a la realidad.

-Te quiero, Danna.

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El mismo aire-Jordanna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora