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~Si quieres borra hasta mi número del celular~

N/D

-Te quiero.-Ester pronuncia las palabras de Jorge y provoca la misma sensación de miedo en mi cuerpo.-¿De verdad te lo dijo?

Hubiera deseado que no, pero lo oí claramente.

Aprieto la almohada ridiculamente en forma de corazón de Ester, escondo mi cabeza y la escuchó murmurar. Me ha obligado, por no decir otra palabra, a venir a la pijamada en su casa, pero hasta yo misma se que solo es una excusa más que doy porque lo cierto es que no quiero pasar la noche en la misma habitación de Jorge.

Ni siquiera quiero verlo.

Eres una cobarde, Danna.

Ahora, tal vez.

Dejo de ahogarme con la almohada y levanto la cabeza.

-¿Y solo huiste y ya?-Pregunta sorprendida.

-Me fui no huí.

-Irte, huir, ¿acaso en un momento así importa?-No respondo y me muestra una sonrisa.-Entonces te fuiste, lo dejaste desnudo y con una erección en los baños.

-Es probable que se le haya bajado apenas me fui.-Ester suspira.

-No entiendo esta relación.

-No eres la única.-Murmurró para mi misma. Bajo la cabeza y la levantó cuando vuelve a hablar.

-¿Qué vas hacer ahora?

Evitarlo, por ahora eso puedo hacer.

•••

N/J

No he visto a Danna desde esa tarde y dado los acontecimientos dudo que se aparezca en la cena con mi familia esta noche.

Te quiero, Danna...

¿Pero...en qué rayos estabas pensando?

En nada, no pensaba en nada, solo me dejé llevar y dije lo que realmente sentía en ese momento. Y gracias a ese pequeño error ahora tengo que buscar una buena excusa que decirle a mi mamá, ella lucia realmente emocionada luego de que mi hermano le platicara sobre que Danna y yo volvimos, estaba esperando este día, pero lo eche a perder y posiblemente también eche a perder alguna oportunidad con Danna.

Mierda...

He intentado llamarla lo he hecho pero sigue enviándome al buzón, le recordé la cena con un mensaje y en que lugar estaríamos, pero no hay un jodido visto en mis mensajes.

Esta más que claro que lo eche a perder.

Tomo aire y me ajusto la corbata, salgo de la habitación llevando el estupido traje encima y con la boca cerrada hasta llegar al restaurante, mi madre no hace ninguna pregunta hasta que llegamos al restaurante. Bastante elegante.

-¿A que hora llega Danna, cariño?-Me pregunta mi madre. Aprieto las manos, y le doy una mirada, dada por la suya intuyo que sabe que no vendrá.

-Mamá...-Mantiene las manos juntas mientras apoya los codos en la mesa, ella me mira con una sonrisa enorme esperando escucharme.-Tan solo esta tardando un poco.

¿Por qué mientes?

Me levanto de la mesa.

-Voy a...voy a llamarla.-Mama asiente y mi hermano duda otra vez, sin embargo, antes de ser invadido con sus preguntas, salgo a la calle por normas de restaurante hago la llamada afuera y sigue sin contestarme.-Contesta, pequeña.-Ruego masajeando mi sien.-Danna...pequeña...

¿Por qué no contesta?

¿Y dónde está?

Otra vez la imagen de Miguel invade mi cabeza y los celos vuelven a impregnarse en cada parte de mi cuerpo. Controlo mis impulsos y luego
de enviarle otro mensaje, vuelvo a llamarla otra vez.

-Danna...

-¡Aquí estoy!-Me queda claro que no me ha contestado por medio del teléfono este sigue sonando y cuando me giro lo compruebo.

Ella realmente está aquí.

Y no solo eso...

Quedo jodidamente maravilloso.

Danna se ve perfectamente.

Jodidamente preciosa que el botón de mi pantalon puede salir volando en cualquier. Trae un vestido dorado hasta las rodillas, de esos que las tiras son casi transparentes y la tela de la parte del pecho está caído en el centro resaltado muy bien sus pechos, el vestido se adhere muy bien a su cuerpo, es ajustado y perfecto para ella. Como si hubiera existido solo para que ella lo use, además no tengo ni puta idea del maquillaje de las mujeres, pero lo que le puso a su rostro la hace lucir más hermosa de lo que ya es y su cabello castaño está suelto como casi siempre, pero esta noche se ve jodidamente perfecta.

-Te ves bien.-Me dice logrando que salga de mi asombro. Sus ojos me recorren por segunda vez.-No recuerdo la última vez que te vi con un terno.-No puedo responder lo mismo refiriéndome al vestido, pero, joder, debería estar prohibido.

-Igual tú.-Digo nervioso, pero enseguida tomo confianza.-Estas caliente.

Se ruboriza, joder...

Danna aparta la mirada y he estado tan atontado viéndola que me olvide en que situación estábamos.

"Te quiero..."

Trago despacio.

-Danna...yo.

-Debemos entrar.-Mi pecho se aprieta.

¿En serio no siente nada por mi?

Me trago el malestar y cuando cruzo a mi lado sin esperar escucharm e,su espalda descubierta sale ante mi vista  y solo por ahora lo ignoro, en lugar de darle importancia, le tomo del brazo deteniendola, sus ojos avellana se abren mucho y me observan, mi corazón late como nunca y puedo jurar que el suyo esta igual, o quizás solo son mis nervios y mi desesperación porque ella me corresponda. Baja la mirada a mi agarre y lentamente hago lo mismo deslizando mi tacto por su piel cremosa hasta llegar a sus manos tomo la suya entra la mías y nuestros dedos se tocan con lentitud, levantó la mirada y con sus ojos en los míos entrelazo nuestros dedos. Un pequeño flashback recorre mi mente, de esos momentos en los que siempre caminábamos tomados de las mano, jamás creí que extrañaría esos pequeños detalles. Danna traga despacio y ese gesto parece relajarla. Cuando intenta avanzar vuelvo a detenerla.

-Al final de la noche vamos a hablar.-Le digo y la sorpresa inunda en sus ojos.-Y tengo muchas cosas que decir.-Queda callada, pero yo no más.

Hoy mismo le voy a decir todo lo que ella ha despertado en mí.

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El mismo aire-Jordanna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora