~Llévate ese par de anillos que nos comprometen~
N/D
-Duele...-Junto un poco los labios al sentir la crema que Jorge pone en mis heridas aparta su mano de mi rostro cuando nota el ligero dolor que me provoca, antes de que diga algo le arrebató la crema y la pasó por mi piel. Jorge suspira.
-Ni siquiera así vas a dejarme ayudarte.-Cierro la tapa y levanto la mirada hacia él.
-Gracias por dejar que me quede.-Él mantiene su mirada en mi, la baja un poco y asiente,sin embargo,su expresión cambia cuando sigo.-Mañana buscaré un lugar.-Incluso intentra sonreír, logra que los músculos de la cara me duelan por el esfuerzo.-No esperabas que me quede, ¿no?-Interrogo en broma.
-No, si lo esperaba.-Mis ojos se abren, me pongo de pie cruzandome de brazos, incluso quedarme aquí ya es demasiado y no quiero crear malos entendidos entre nosotros.
-No voy a quedarme, Jorge.
-¿Por qué no?
Sin pelos en la lengua, Danna.
-Porque eres mi ex y es extraño.
-No lo es.-Alzo las cejas y bajo los brazo.-Eres una persona que necesita ayuda y yo soy alguien que va a dártela, es todo.
Eso ha sonada nada honesto.
-¿Otra vez la labor de buen samaritano?.
-No me das más opciones.
-Jorge...-Se pone de pie y se acerca a mi.
-Te niegas a seguir con esto y a denunciar a ese hijo de puta. ¿Qué más opciones tengo para protegerte?
¿Protegerme?
-Ya te he dicho...
-Que puedes cuidarte sola.-Completa por mi.-Bien, ya me quedo claro, pero estas completamente loca si crees que dejaré que regreses a esa mierda que llamas casa.
-Quedarme aquí no es una buena opción.-Se aproxima más hasta invadir mi espacio.
-¿Por qué no?-Reaccionó de inmediato apartándome de él.-¿Tienes miedo de arrepentirte de tus propias palabras?-Frunzo el ceño.
-¿Se supone que ahora estas seduciéndome?
-¿Lo he conseguido?-Suspiro.
-Solo tú puedes decir que quieres protegerme y intentar seducirme al mismo tiempo.-Me sonríe, dejo que una leve sonrisa se me escape.
-Quiero descansar.-Me señala su habitación.
-Dormiré en el sofá.
Es lo mejor.
Asiento y entró a la habitación, él se detiene cuando me giro hacia la puerta, su cuerpo choca contra el mío y retrocede, otra sonrisa se me escapa.
Buen intento, López.
-Buenas noches, Jorge.-Junto la puerta y antes de cerrarla escuchó su respuesta.
