Doylestown ✔️(EN EDICIÓN)

Capítulo XXXIII

EL MISMO NOMBRE

Lara/Freya

1 semana, 7 días, 168 horas con los tres:

Sabia exactamente como iba hacer todo esto, sabia que nada seria color de rosas, sin embargo, nunca me prepare. Hace tres días que no veo a Sansa, simplemente escucho sus gritos y pedidos de auxilio; el primer día que me separaron de ella salí de mi horrible "habitación" tratando de buscarla, no logre lo que quería, pero si cause que mi tobillo empezara hacer encadenado.

Siempre viene por mí un hombre alto y corpulento, para llevarme a desayunar, comer y cenar; la porquería que hacen llamar comida es a veces carne...carne humana. Mis intentos de no consumir ese "alimento" no funcionan, mis muñecas son atadas a los antebrazos de la silla y mis pies a las patas de esta mientras que el mismo hombre que va por mi ejerce fuerza en la silla para que no pueda moverla.

El día de doy cambiaron mi silla a una de metal, mas pesada y mucho mas dolorosa; si trato de forcejear la silla manda una descarga eléctrica mas los dos clavos que te entierra en cualquier parte de tu cuerpo. Eso lo vi con mis propios ojos, pusieron a un hombre en lo que seria mi "silla" el resto de los días, forcejeaba tanto el hombre que termino muerto después de que un clavo entrara en su garganta.

Aprendí por las malas que si no le doy ni un mínimo mordisco a la "comida" las consecuencias serán graves y para eso, esta la enorme cortada en mi espalda gracias a un latigazo.

2 semanas, 14 días, 336 horas con los tres:

Me humillaron, me tocaron y casi me violan. Es el peor castigo que me ha tocado por desobedecer las ordenes de alguna de las dos—Cartier o Camile—son crueles, despiadadas y demasiado creativas para sus castigos. De no ser por Stefan todos los hombres que hay en esta casa me habrían violado, el recuerdo de las sucias manos de los enfermos de esos hombres sobre mi cuerpo me da nauseas.

Empezaron a darme solo carne humana. No la como. Recibo dos latigazos por no comer. Me toman como si fuera una muñeca de trapo, me destruyen la camisa que cubre mi torso dejándomelo desnudo, amarran mis muñecas para colgarme y acto seguido siento el primer impacto del látigo el cual tiene púas que cortan mi piel para luego sentir el segundo y mas doloroso.

3 semanas, 21 días, 504 horas con los tres:

Llegamos al nuevo lugar, los días empiezan hacerse eternos mientras que mis esperanzas para salir de aquí o por lo menos logara que Sansa salga van desapareciendo. Stefan ha estado empezando a dormir en misma cama que yo, sentir su presencia en el mismo cuarto que yo, no me gusta, ni mucho menos me deja dormir; siempre que siento su llegada me levanto del colchón y me arrincono en la esquina del obscuro cuarto.

4 semanas, 28 días, 672 horas con ellos:

Las torturas empezaron mucho mas fuertes esta semana, diario que Stefan deja la casa Cartier y Camile se las encargan para hacer de las suyas. Me atreví a propinarle un puñetazo a Cartier mientras ella se acercaba con unas tijeras, se tambaleo un poco para luego propinarme a mí, dos golpes. Dolió de la chingada gracias a los dos anillos que traía.

Las pesadillas empiezan a surgir, las alucinaciones no tanto, pero lo que mas me atormentan son los recuerdos de mis pesadillas. No duermo, si cierro los ojos temo a que las imágenes vuelvan y me atormenten por todo el día.

Los gritos de Sansa retumban por toda la casa cada noche, sus pedidos de auxilio resuenan en mis tímpanos y me odio a mi misma por no logara nada, por no encontrar la forma de que paren eso. No estoy logrando mi objetivo, yo no vine aquí para escuchar como torturan a Sansa y como su vida se va destruyendo.