Capítulo XXXV

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EL ANCLA

1 semana después.

Giles Morgenstern

La llegada de Sansa nos tranquilo por segundos al pensar que Freya venía detrás de ella, sin embargo, cualquier tipo de esperanzas desapareció cuando cruzó la puerta con la cara llena de golpes y con los ojos llorosos. Lo primero que pensé fue que Freya había muerto pero Sansa mato esa idea, las únicas dos cocas buenas son: la llegada de Sansa y que Freya sigue respirando.

Mi desesperación crecía con cada minuto sin tenerla frente a frente, sin poder agarrarla, sin poder verla a los ojos. Hacemos todo lo posible por saber donde demonios está pero no sabemos, la única esperanza es esperar a que Sansa pueda hablar sobre todo lo que sucedió.

Nos cambiamos de casa gracias a la guerra que se formó, todo el que está de nuestro lado está muriendo y no encontramos a Stefan por ningún lado, según Sansa, no está solo y eso lo empeora más. Nosotros queremos encontrarla y lo haremos, estamos moviendo todo lo que tenemos a nuestro alcance, salimos del refugio cuando dicen que la vieron.

Desespera no poder conseguir ni un cuarto de lo que queremos, mis padres empiezan a perder la esperanza de que siga viva, por mi parte y por la de mis hermanos y primos nos aferramos con todo a que ella siga viva. Yo, junto a Caleb, Bemus y Nicholas prometimos que la cuidaríamos antes de que ella pisara esta casa, antes de que supiéramos que ella vendría.

Se lo prometimos cuando éramos niños, los cuatro lo hicimos, la conocimos antes de que ella pisara la casa y me mata el no poder recordar perfectamente esa parte de mi vida. Pero lo que sí tengo claro es que nunca la olvidamos, nunca la olvide, porque cuando nuestro padre nos enseñó la foto estoy seguro que un recuerdo que ignoramos en ese momento paso por la cabeza de mi hermano, de mis dos primos y mía.

Teníamos siempre nuestras sospechas, siempre sentíamos que la conocíamos desde hace tiempo, siempre sentimos que fue una parte y que es una parte fundamental de nuestra vida, y la foto que tengo en mis manos más la información que Caleb y Ruth averiguaron, lo confirma todo.

Freya siempre fue parte de este mundo, nosotros siempre fuimos parte de su mundo tanto como ella en el nuestro. Todavía quedan dudas pero esas se tiene que responder con Freya aquí, ella merece saber todo esto.

Freya es nuestra desde que la conocimos, pero completamos todo eso con lo qué pasó en la sala de boxeo y por ende no la dejaremos. La perdimos una vez, no la volveremos a perder.

Le doy otra calada a mi cigarro mientras Caleb está detrás de la computadora junto a Ruth, mentiría si esos dos no trabajan bien juntos porque para ser sincero trabajan demasiado bien. Les costó trabajo conseguir muy bien la información de Freya y lo que importa ahora es que la tenemos. Ahora lo que no tenemos es su estadía.

La puerta se abre de golpe dándole paso a Nicholas, nos busca con la mirada para luego abrir la boca y empezar a hablar:

- Está lista - habla captando toda mi atención - Ya quiere hablar.

Caleb se levanta de golpe, sigo a Nicholas mientras Caleb me sigue a mi, los pasos los empiezo a sentir lentos. El que mi hermana ya esté lista para hablar mejora totalmente mi día, quiero decir que lo tenemos, pero no se lo que nos dirá y si, si no sirva. Nicholas abre la puerta y pasa, mis ojos buscan los de Sansa pero ella baja la mirada.

Doylestown ✔️(EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora