Capítulo XVIII

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LA ANTIGUA MANSIÓN DE LOS MORGENSTER

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LA ANTIGUA MANSIÓN DE LOS MORGENSTER

Las ganas de retractarme comienzan a crecer cuando piso el primer escalón de la casa, la puerta lleva manchas más oscuras y arañazos la cubren por completo, trago grueso cuando Nicholas junto a Giles abren la puerta dejándome ver parte del interior de la mansión. Camino viendo cada parte de la mansión, paredes rasgadas con la misma mancha de...es sangre. Hago una mueca de asco cuando el olor a putrefacción me golpe las fosas nasales, la cena amenaza con subir por mi garganta y salir de mi boca cuando veo la cantidad de sangre qué hay en cada parte.

Encendemos nuestras lámparas, retrocedo cuando veo a un animal a la mitad de las escaleras, dejo de respirar al ver el cuerpo del animal sin vida, apartó la mirada mientras Caleb se acerca al animal. Me muevo para adentrarme a la sala, ilumino cada parte de lugar encontrándome con telarañas, rasguños, insectos y manchas de sangre, esto parece más un lugar de tortura que una antigua mansión.

Todo está casi derrumbándose, si no fuera por las imágenes familiares nadie pensaría que una familia vivió aquí, pasó la lámpara por la cada foto. Son familias pero ninguna foto es de los Morgenster o bueno no de esta generación.

- Está peor que la última vez - susurra Sansa a mi lado.

- ¿Estas familias son...? -pregunto iluminando las imágenes.

- Es toda la generación de los Morgenster - se acerca a la foto más grande y pasa los dedos por ella.

- ¿Sus padres son los únicos descendientes de sus abuelos? - pregunto viendo la foto que ella ve.

Asiente - Mi tía, Cartier Morgenster murió en le mismo accidente que mis abuelos, mi padre y mi tío no estaban con ellos, por esa razón ellos son los únicos descendientes de Marco y Kaila Morgenster, mis abuelos.

- ¿Accidente? - pregunto indagando.

Vuelve a asentir - Según - me mira y frunzo el entrecejo - El jet en el que iban desapareció, bueno ellos desaparecieron. El jet en el que iban lo encontraron entre montañas hecho pedazos, buscaron sus cuerpos pero no encontraron ningún rastro de ellos tres.

- ¿Los conociste?

- No, murieron cuando mi padre tenía quince y mi tío diecisiete. Se quienes fueron por las historias que mi padre me contaba sobre ellos, sobre la valentía de mi tía y porque me enseñó fotos.

Reparo las fotografía en blanco y negro que está viendo la castaña. Un hombre alto está junto a una mujer casi igual de alta que el, su forma de vestir y la postura que tienen solo gritan: seguridad. Enfrente de ellos hay dos niños y una niña en medio de ellos, Bastiann y Bernard están abrazando a Cartier Morgenster—su hermana—, los tres se ven contentos al igual que sus padres, sonríen a la cámara reflejando la lealtad y unión que tiene ellos.

Doylestown ✔️(EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora