Capítulo XXII

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LAS VERDADES SIEMPRE SALEN A LA LUZ

- Suéltame - trato de zafarme pero no consigo nada.

Mira mis manos y luego a mi - ¿Qué paso?

Antes de pensar en lo que haré mis ojos viajan al pasillo de la puerta de metal para luego regresar a su cara.

- Solo quiero aire, ya sabes, el alcohol y todo eso - trato de sonar normal sin éxito alguno - Quiero salir a tomar aire, suéltame Giles - mis padres no murieron en vano, así que no dejaré que me maten.

- Iré contig-

- Quiero ir sola - digo antes de que termine la frase.

- No puedes salir casi a las cinco de la mañana sola - suelta mi brazo y se acerca a la puerta - Vamos.

Retrocedo por inercia y el frunce el ceño, si me va a matar que deje sus juegos al lado, necesito fuerzas para encararlo y un plan que no acabe con mi vida pero las palabras salen antes de que piense las cosas:

- Ustedes los mataron, a mis padres, a Julia, a la chica detrás de la puerta de metal - susurro lo último y retrocedo cuando el da un paso adelante.

- ¿De qué carajos estás hablando?

- ¡NO MIENTAS! - aprieto mis labios cuando mis ojos vuelven a cristalizarse - ¡Tu y tu jodida familia arruinaron mi vida!¡Me arrebataron a las personas que siempre estuvieron para mi!...¡Por sus malditos juegos mi mente es un caos! - se acerca y yo retrocedo - No te me acerques, mis padres no murieron en vano.

- Lara...¿Qué fue lo que viste? - su voz en neutra.

- ¿Qué está pasando? - volteó en cuanto escucho la voz de Bemus.

Me mira a mi y luego a Giles, su vista queda en mis manos. Un extraño sentimiento nace en mi pecho, los quiero de alguna forma rara y ellos son los culpables de todo lo que m está pasando. Baja las escaleras con la vista fija en mis manos, se acerca a mi y retrocedo.

- No lo hagas - digo en un hilo de voz.

- Debemos hablar - dice tranquilo - Escúchame, se que es confuso pero necesito que nos escuches.

- No necesito más mentiras. Déjenme salir y les juro que no volverán a saber de mi y no dire nada - todo en mi cabeza da vueltas y no ni lo que estoy diciendo.

- No serán mentiras. Querías saber la verdad ¿no? - frunzo el ceño - Las llaves no estaban en el piso por casualidad y mucho menos se calló el libro solo. ¿Quieres saber toda la verdad? Quédate.

¿Qué mierda?

- Lara, nosotros no somos los malos en esta historia - habla Giles y me volteó para verlo - ¿Viste a la chica? Ella no era buena, las cosas que hizo. Ella no merecía vivir y teníamos motivos para-

- ¿Matarla? - suelto una risa sarcástica - Ustedes no deciden quién muere y quien vive. No son dioses.

- No, pero tampoco somos los malos. Entiende joder, si quisiéramos matarte ya no vivirías. Lo creas o no, su muerte te salvo la vida - niego.

Doylestown ✔️(EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora