Capítulo 33: El que es incapaz de PERDONAR es incapaz de AMAR

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Al cruzar el portal que la conduciría fuera de aquella dimensión, Lulu volvió a encontrarse en aquella meseta o zona llana en lo alto de la montaña. Ahí Rumble y Áureo seguían inconscientes y con heridas bastante serias que si no eran tratadas en un margen de tiempo ya bastante más breve morirían sin remedio.

Ante esta situación de emergencia, la hechicera sabía exactamente lo que hacer. Primero, se acercó a Rumble, quien sin dudas había salido más lastimado del enfrentamiento con Veigar. Lo primero en lo que se centró fue en detener una pequeña hemorragia que había vuelto a reaparecer en el ojo perdido del mecánico. Ni con sus nuevos poderes era capaz de reconstruir un órgano perdido, por lo que optó por lo más lógico. Sacando un pequeño pañuelo de la mochila que Rumble siempre llevaba consigo, con cuidado lo acomodó al rededor de la cabeza de este para cubrir el ojo dañado.

Una vez hubo terminado con esto y gracias a los poderes que su madre le había otorgado, poco a poco las heridas de Rumble fueron remitiendo. El resplandor blanquecino que emanaba de las manos de Lulu hacía cicatrizar las heridas sin dejar una marca visible en la piel, además de ayudar a recuperar las energías del cuerpo. Al poco tiempo de iniciar el tratamiento, Rumble de manera tímida fue abriendo poco a poco los ojos. Cuando vio a Lulu perfectamente bien, se alegró muchísimo.

Rumble: Lulu....q-que alegría que estés bien....

Lulu: shhhh....ahora no hables Rumble, tienes que descansar. No te preocupes, yo me hago cargo de todo por ahora. -respondió la hechicera redirigiendo su conjuro a otra de las partes del cuerpo de su amigo herido.

Rumble: ¿d-donde....está Áureo....? ¿e-está bien? -preguntó de inmediato el Yordle azulado, tratando de encontrarlo con la mirada.

Lulu: no está bien, ha sufrido muchas heridas en el combate con Veigar, pero no temas, sus lesiones no se comparan del todo a las tuyas, así que en cuanto haya logrado que te recuperes del todo, me encargaré de hacer lo mismo con él. - Rumble trató de incorporarse, al hacerlo pese a las negativas de Lulu, pudo ver por fin a su amigo tirado en el suelo. Le pidió a Lulu que por favor lo dejase a él y fuera a ayudar a Áureo, lo importante era estabilizarlo a él también. La hechicera al principio dudó, pues las heridas del mecánico habían sido una cosa seria, pero ante su contante insistencia al final optó por hacerle caso.

Rumble que aun estaba dolido por la pérdida de su ojo, con la mano derecha trató de localizar el foco de la herida, pero al toparse con un pañuelo vio que Lulu ya se había encargado de eso. Él en si no estaba enfadado con Veigar, no lo odiaba por lo que acababa de hacer, pues sabía al igual que Lulu que ese no podía ser su verdadero yo, pero, aun así.....¿quien podía ser tan poderoso como para lograr mantener a Veigar bajo el influjo de un hechizo de control mental? en fin....esa herida le recordaría durante toda su vida por lo que peleó y además también sería un recordatorio de su falta de fuerza y preparación, aunque también una prueba de coraje.

Ya con Áureo, Lulu aplicó el mismo sistema que con Rumble. Al estabilizar a Áureo, Rumble se acercó lo más rápido que le permitían sus piernas. Al estar en frente del Yordle al que ahora consideraba su amigo, las lágrimas le brotaban de ahora su único ojo y sin pensárselo dos veces le dio un abrazo muy fuerte al Yordle marrón. Áureo aunque algo dolorido, correspondió sin vacilar a la muestra de afecto del mecánico al que en verdad se le notaba muy afectado. Áureo le recordó que era él quien había salvado su vida al interponerse en el ataque de Veigar y que por su culpa al intentar protegerle era que había perdido un ojo. Rumble no estaba de acuerdo con eso, pero ahora no estaban en posición de discutir, por lo que simplemente ambos se alegraron de que el otro estuviera bien.

Ante esta situación Lulu les pidió a ambos que se sentaran para poder terminar de curarles. Ahí, aprovechó para contarles todo lo que había pasado, que por fin había podido recuperar todos o casi todos los recuerdos de su pasado y....lo más importante que había podido conocer a su madre, La mismísima diosa Yordle Aila. Ambos no podían creer lo que estaban escuchando, pero....Lulu jamás se inventaría una cosa así, es más ahora a Rumble por fin le encajaba el hecho de que la hechicera pudiera haber identificado en el mapa con tanta exactitud donde es que se encontraban estos tres templos perdidos en medio de las montañas de las Tierras Inexploradas. Áureo al terminar de escuchar a Lulu inmediatamente se arrodilló ante ella como muestra de respeto, pues durante mucho tiempo habían esperado algo así en su aldea.

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