La segunda oleada de la que en un futuro sería conocida como la batalla de Bandle...había terminado. Pese a que por el momento lograban resistir a los noxianos de manera admirable, el ejército Yordle también había quedado bastante tocado. El hospital de campaña ya había comenzado a saturarse y ni los magos que Áureo había traído consigo desde Aventauri eran suficientes para hacerse cargo de esa cantidad de heridos.
Por suerte el hospital general de Bandle aun tenía la capacidad para lidiar con la alta demanda de aquel entonces. Los gritos de dolor recorrían cada una de las salas de aquel hospital, la sangre caía de las camillas hacia el suelo y los cirujanos experimentaron una de sus peores pruebas hasta la fecha. Era horroroso, simplemente escuchar como un soldado pedía constantemente morfina para el dolor, los miembros amputados por heridas gangrenadas no eran raras de ver por aquellos lares, así como otro tipo de lesiones, ya fueran huesos rotos o simplemente desmayos por agotamiento o incluso paranoia por culpa del asalto.
En cuanto a la hermana de Teemo Cassie, ella estaba tratando de hacer todo lo posible por ayudar, si bien es verdad que su especialidad era atender a las yordles embarazadas, su persistencia y entrega a su trabajo ayudando en todo lo que podía a esos pobres soldados que por poco dan su vida por defender la ciudad, la llevaron a ganarse el respeto de todos los médicos y de sus compañeras enfermeras.
Los noxianos se habían replegado para volver a reorganizar sus fuerzas. Swain, pensaba que si mantenía la presión de esa manera, los yordles acabarían por desmoronarse, e incluso ya no haría siquiera falta que el mismo interviniera en combate. Gracias también a este pequeño descanso, Teemo había ido corriendo hasta el hospital junto con Tristana y Áureo que quería tomar nota del sistema de salud de su aldea hermana y de paso, apuntar algunas cosas para mejorar el centro de salud en Aventauri.
Teemo: bueno, ya hemos llegado....espero que no esté muy ocupada. -pensó el explorador en voz alta
Tristana: viendo que el ataque ha terminado, es posible que por lo menos les hayan dejado descansar un par de minutos. Si prefieres te podemos esperar aquí, no quisiera interrumpirte cuando hables con ella. -respondió Tristana, a lo que Teemo rápidamente se negó girando la cabeza de lado a lado.
Teemo: no te preocupes Trist, es más, hace tiempo que quería presentarte a Cassie. Se.....que puede que este no sea el mejor momento pero...
Tristana: si...lo entiendo, no te preocupes Teemo, se lo que puede ocurrir en esta guerra.
Teemo: y tu Áureo...¿seguro que no te importa acompañarnos? deberías descansar un poco tu también, después de todo muchos de mis hombres se han salvado gracias a ti y quisiera agradecértelo de alguna manera. -esta vez el explorado se dirigió hacia el Yordle marrón el cual caminaba detrás de ellos dos.
Áureo: no me tienes que dar las gracias, solo hice lo que consideraba correcto, pero si en verdad quieres hacer algo por mi....una vez todo esto haya terminado deberás promulgar un indulto total a Veigar, luego....el decidirá donde pasar el resto de su vida, ya sea en Bandle o en Aventauri. -respondió firmemente.
Teemo: si eso es lo que quieres...así será. Bueno....por ahora entremos, no se cuanto tardarán los noxianos en volver a atacar pero debemos ser breves.
Así pues, los tres entraron en el edificio de color blanco. Ya solo con pasar por la puerta el olor a sangre era insoportable. Más o menos lo podían aguantar, pero la escena frente a sus ojos en verdad era desoladora. Teemo apretó con fuerza sus puños por la rabia que le daba ver a todos sus hombres así, Tristana por su parte la agarró de la mano para tratar de tranquilizarlo, no quería verlo sufrir. Áureo aprovechó y rezó una oración a su diosa para pedirle un buen desenlace para el conflicto.
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El Oscuro Amanecer
RomantikLa esperanza es ser capaz de ver que hay luz a pesar de toda la oscuridad. Esa sería la descripción perfecta de lo que pasa entre estos dos yordles, Veigar y Lulu, los cuales se conocerán en una Bandle completamente desconocida para ellos. Uno frio...