El Oscuro Amanecer

Capítulo 28: ¿Amistad, Amor o Poder?

Ya han pasado casi dos meses desde que nuestros queridos protagonistas abandonaron Ciudad de Bandle. Durante ese tiempo, han pasado numerosos peligros a los que han tenido que ir haciendo frente.

Veigar le pidió un favor especial a Áureo, líder de la aldea Aventauri, un lugar escondido en lo más profundo del Valle del silencio. El mago quiso que se les permitiera vivir allí, pues en el lugar del que provenían no eran bien recibidos.

El verano había llegado y con el la época de cosecha de las hermosas espigas de trigo dorado que crecían a las afueras del pueblo. Todos los yordles durante esta época aunaban el hombro para prestar su apoyo a los agricultores, para después todos juntos celebrar la fiesta de la cosecha en la plaza del pueblo, un festival al que se le conocía por el nombre de "Festival del grano dorado".

Veigar y Lulu en ese momento se encontraban en la casa que recientemente los constructores habían levantado para ellos. Practicaban con los poderes de la hechicera para evitar que volvieran a salirse de control. Pese a ser un poco gruñón en ciertas ocasiones, lo cierto es que Lulu agradecía que Veigar se hubiera empeñado en enseñarle. El mago estaba muy orgulloso y contento de como progresaba su "alumna", pues su talento la hacía pillar todos los conjuros y trucos al vuelo. Por otro lado y no nos olvidemos de él, Rumble se había instalado a las afueras del poblado, donde con la ayuda de los locales levantó un nuevo taller que de seguro enseguida acabaría por llenarse de chatarra, pero bueno.... por el momento centrémonos en nuestra pareja de magos.

Veigar: muy bien hecho Lu....veo que el hechizo de levitación también lo has comprendido rápidamente. Estoy muy contento de que en verdad te lo estés tomando tan enserio. Si me lo hubieran preguntado hace unos meses hubiera negado que esta fueras tu. -rió Veigar por lo bajo para que ella no lo notara, pero no hubo suerte para el Yordle oscuro.

Lulu: oye.....no soy tan despistada, seguro que algún día llego a ser una maga tan buena y poderosa como lo eres tu ahora Vei....solo espera y verás- replicó la hechicera cruzándose de brazos.

Lulu: (pero...me alegra que estés así de contento) -pensó a su vez

Veigar: bueno......vale, perdona. Como te he dicho, estoy muy orgulloso de ti, ahora.....un buen maestro nunca revela todos sus trucos, no sea que algún día te de por traicionarme o apuñalarme por la espalda jajajaja.

Lulu: ¿enserio? -_- -suspiró

Veigar: ¿qué? soy un maestro del mal con muchos enemigos repartidos por este asqueroso mundo, por supuesto que he de estar preparado para todo. -argumentó muy convencido

Lulu: ummmmm.....¿con que para todo, ehh...? -una idea retorcida pasó por la cabecita de Lulu, una como la que ya había tenido hace tiempo cuando visitaron a Rumble por primera vez. Con cuidado de que Veigar no lo notara, se fue acercando poco a poco. El mago en ese momento había cerrado por un momento los ojos vanagloriándose de su capacidad de enseñanza y de su poder como archimago.

Justo ahí, fue que Lulu aprovecho para acabar al lado de su oreja. Suavemente sopló en ella, a la vez que le dijo lo siguiente....

Lulu: ¿ y....si ahora te pidiera un bebe Vei....? ¿Qué harías entonces?.... -la pregunta no pudo ser más inesperada. No solo por ella, sino por lo cerca que se había situado y por su cálida respiración. Todo junto llevó a que el mago se sobresaltara de una manera muy graciosa.

Veigar: ¿¡¡¡¡Q-que.....!!!!!? L-Lulu.....¿q-qué....e-es.....lo que a-acabas de decir?. ¿a-acaso.....sabes....l-lo que significa? - no lo podía creer ¿Qué enserio esa Yordle de pelo púrpura no tenía ninguna especie de inhibidor en el cerebro que le impidiera decir semejantes disparates?

Lulu: JAJAJAJAJAJA......¡¡¡deberías haberte visto la cara Vei....jajajajaja!!!!! p-por....favor jajajaja.....deberías poner esa expresión m-más....a menudo jajajajaja!!!!! - a diferencia de Veigar que no se reía ni siquiera un poco, Lulu había estallado en carcajada. Se rodeaba a si misma con los brazos en el estómago para tratar de no quedarse sin aliento.