Capítulo 41: Mi mundo sin ti

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La guerra....había llegado a su fin, tras haberle arrebatado la vida a miles de personas, Swain había regresado al lugar que le correspondía, al olvido. La Ciudad de Bandle había quedado completamente arrasada y tras un mes muy largo y dificil para todos, aun las heridas de la reciente batalla no habían cicatrizado.

El ejército, encabezado por Teemo y Tristana, ahora ambos generales de cuatro pétalos, se encargaban de llevar a cavo las labores de reconstrucción. Tras el combate, muchos de los civiles habían perdió sus hogares, pese a que los campos habían sido los más castigados, después de eso, Bandle tendría que comprar grano a otras regiones de Runaterra para poder abastecerse, lo cual conllevaba que los yordles debían de salir del aislacionismo en el que estaban recluidos durante siglos, es decir, iban a darse a conocer al mundo.

Toda ésta nueva situación tan confusa dio pie a una acalorada discusión en el seno del Consejo de la ciudad. Los yordles más ancianos se negaban en rotundo a una apertura de su dimensión al mundo humano, alegando por supuesto que Noxus, uno de los reinos humanos, había sido el causante de todo lo ocurrido.

- Los humanos trajeron la guerra a esta tierra, si creen que nos vamos a quedar de brazos cruzados, están muy equivocados. Bandle siempre ha sido un lugar seguro para nuestras familias y los hombres solo traerán la guerra y el caos. -argumentaba uno de los representantes del Consejo, el cual era un Yordle de pelaje marrón oscuro, con un enorme bigote de color blanco y de una estatura reducida, incluso para ser un Yordle.

- los humanos no son todos como afirmas que son. Ahora mismo, no podemos sobrevivir por nuestra cuenta. La guerra reciente, dejó nuestros campos y nuestras cosechas reducidas a simples cenizas y dudo mucho que tu mismo abras las puertas de tus almacenes para dar de comer a toda la Ciudad. Necesitamos ayuda urgentemente, aun si eso implica tener que darnos a conocer al mundo. -respondió un Yordle más joven de pelaje grisáceo que al igual que los demás estaba sentado en una silla de madera de roble.

- vosotros los jóvenes no entendéis lo que supone el que una raza diferente llegue hasta nosotros, además el ansia y la avaricia humana acabaría por corromper nuestra esencia espiritual ¿es que acaso pretendes conducir a tu pueblo hasta la extinción? -replicó el viejo, generando murmullos entre el resto de los asistentes.

- lo que usted no entiende y con todos mis respetos se lo digo, es que no habrá extinción futura si no frenamos en seco nuestra extinción presente. ¿Qué piensa hacer sin comida? ¿acaso se ha parado a pensar en todos los yordles que viven hoy en día fuera de Bandle y que han encontrado un buen lugar para vivir? - el joven consejero no se iba a dar por vencido y de hecho llamó a alguien que nadie se esperaba ver. - Señorita Poppy, por favor, ¿sería tan amable de acompañarme al estrado? - dijo aquel joven señalando a uno de los laterales de la sala donde desde hace ya un rato Poppy escuchaba aquella discusión.

- ¿Qué hace ella aquí? está terminalmente prohibido que yordles ajenos a la política puedan entrar aquí, es una guerrera..... - aquel Yordle estaba sumamente molesto, sin embargo la guardiana ni siquiera se molestó en replicarle, con paso firme y calmado subió poco a poco aquel tramo de escaleras que la colocarían enfrente de la cámara del Consejo.

- muchas gracias por darme esta oportunidad consejero Owen, no me tomará mucho tiempo. - Poppy dejó su arma apoyada en uno de los laterales del atril, se desabrochó su armadura para poder moverse con mayor comodidad y entonces se dirigió al resto de sus compatriotas.

- Como muchos ya saben, desde pequeña me propuse explorar el mundo para descubrir mi propósito en la vida. Durante el camino llegué a ver muchas cosas, lugares y personas que jamás hubiera llegado a soñar en Ciudad de Bandle. Todos ustedes en esta sala tienen sus argumentos perfectamente válidos para defender su posición respecto a la crisis que atravesamos, sin embargo, tengo que decir que en mi caso, Demacia fue el hogar que aquí nunca pude ver. Puede que los seres humanos todavía cometan muchos errores y sean egoístas, pero....en su mayoría tienen buen corazón, no hay más que ver como me acogió mi gran amigo Orlon cuando aun ni siquiera el reino había levantado sus murallas. Pese a ser una Yordle, me trataron como un igual, me vio como una amiga en quien poder confiar. Ahora.....los yordles atravesamos un momento dificil, lo se perfectamente y también antes de que lo diga soy consciente del riesgo que supone revelarnos a otras naciones, sin embargo, no tenemos más remedio, a no ser que deseemos afrontar nuestra extinción inminente.

El Oscuro AmanecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora