Cómo siempre, saliendo de bañarme, acomode mi largo cabello negro con mechones platinados, puse anillos en mis delgados y pálidos dedos, me puse una falda a la cintura y con olanes, con una blusa a los hombros negra con mangas de gasa.
Me puse mis zapatillas negras con tacón corto, acomode un collar de plata sobre mi cuello.
Era la hora del almuerzo, y solo esperaba a que la elfina doméstica Arwen viniera a decirme que el almuerzo estaba servido.
Cerré la puerta del balcón de mi dormitorio y escucho un "Crack" sabía que era la pequeña elfina.
—Ama Gwendoline, el almuerzo está servido— volteo y veo a la pequeña elfina con orejas puntiagudas y ojos verdes y saltones, con una manta solo para tapar su pequeño y delgado cuerpo.
—Grácias Arwen, bajo en un segundo— la elfina vuelve a desaparecer tronando los dedos dejándome sola.
Abro la puerta del dormitorio ya camino el oscuro pasillo hasta llegar a las escaleras y una vez ahí, bajarlas.
Paso por el gran salón hasta llegar al salón del comedor, un comedor de mármol negro y grande solo para tres personas.
Veo que los elfos acomodan los cubiertos y abren una silla para que yo me sentará.
Agradezco y me siento en ella, acomodo una servilleta en mis piernas y veo la deliciosa comida preparada por los elfos.
Adrian llega con su porte elegante y como siempre besa mi frente como saludo y le doy una sonrisa.
Se sienta enfrente de mi y acomoda su servilleta.
Mi padre llega de igual manera más sin besar mi frente y se sienta quedando en medio de los dos.
La comida estaba sirviendose por los elfos y Arwen como siempre, me sirve a mi.
—¿Llego el correo ahora Arwen?— pregunta mi padre con su postura elegante.
—Si amo Adrián, Arwen lo a recogido amo Adrián— La elfina se acerca a mi padre y le entrega el correo.
Se acerca a mi hermano y le entrega a el sus cartas, llega a mi lado y me entrega una carta.
—¿Que te a llegado Gwendoline?— volteo a ver a mi padre aún confundida y veo el sello de la carta.
—No lo sé...— Adrián se acerca y me arrebata la carta de las manos.
—¡Hey!— le gritó.
—Espera, está es una carta de Hogwarts—
—¿Que?— sigo sin entender
—¡Abrelá!— me la da de nuevo y la abro.
Para: Srita. Gwendoline Pucey
De: Minerva McGonagallLa escuela de Magia y Hechicería Hogwarts quiere que sea estudiante e inicie su presencial este 1 de septiembre de este año.
Esperamos que con gusto acepte estudiar en la mejor escuela de Magia y Hechicería Hogwarts, esperamos su respuesta y verla en este curso.
Un cordial saludo
Albus Dumbledore
—¿Quieres asistir?— mi padre pregunta llevándose a la boca un sorbo de jugo de calabaza.
—Claro que si, quiero estar con este tonto— insulto a mi hermano riendo.
—Seguro, te vigilare enana, no quiero que nadie se te acerque—
—Solo iré a ver cómo pierdes en el Quidditch— arrugó levemente mi nariz.
—Para que lo sepas, soy el mejor cazador que Slytherin puede tener—
—Ya bajate de esa nube de ilusión Adrián— me río y tiro un trozo de pan.
—No estoy en ninguna nube pequeñaja, probablemente entres algún día al equipo pero de todas formas yo soy mejor que tú— me devuelve el trozo de pan.
—Ya basta, dejen la niñez a lado y pónganse a comer— mi padre nos regaña sin mirarnos.
—Si padre— respondemos los dos.
«Horas más tarde»
Gracias a los polvos flu fuimos al callejón diagon a comprar las cosas necesarias para la escuela.
Fuimos por un pequeño caldero, y a la tienda túnicas para todas las ocasiones de Madame Malkin, y ahora tendría que ir a la tienda de Ollivander para comprar una varita.
Al entrar veo todo a mi alrededor, todo tan callado y polveado, con muchas cajas que supongo que tiene varitas por dentro, me acerco a la caja registradora y doy leves golpes esperando a que alguien me atienda.
—Hola ¿Estás lista para ser elegida por una varita?— sale de un rincón un hombre viejo que parecía un loco.
—Por supuesto— hablo decidida, volteo detrás de mi y Adrián está fuera de la tienda esperándome.
—Toma— me entrega una varita— Sacudela— la muevo y veo como una luz brillante sale de ella —Usted a sido elegida para esta varita— dice Ollivander.
—¿Cuánto es?— elegantemente saco mi monedero.
—¿No quieres saber de qué está hecha su varita?— se recarga en el mostrador.
—Me da igual ¿Cuánto es?— restándole importancia.
—Quince galleones— mire su cara y le di lo que pidio—... está hecha de madera de espino con una longitud de treinta centímetros, su núcleo es fibra de corazón de dragón y es bastante flexible— dice rápidamente.
—Grácias— levanto mi mentón y fruncí mi seño, tomo lo que compre y camino a la salida encontrándome con mi hermano.
—Iremos a la tienda de objetos de calidad para el Quidditch— camino a su lado.
—¿Para que?— acomodo las bolsas y le tiro al pecho de Adrián para que me ayudara a cargarlas.
—Que carácter— susurra— iremos porque necesito para este nuevo año, no me quedaré con la escoba vieja del año pasado—
—Lo que digas, pero no te acompañaré, iré a la tienda Sugarplum, comprare unas golosinas— rodo los ojos y sin importar me fui y camine a la tienda de dulces.
Al entrar la puerta hace un sonido por la campana, me acerco al mostrador tomando una bolsa y junto los dulces que quiero, a decir verdad, eran bastantes, los pague y salí de ahí volviendo a encontrarme con Adrián.
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❌CANCELADO❌
Fantasy❌LIBRO CANCELADO ❌ RAZÓN El libro no me agrada mucho, siento que no es muy mío, así que escribiré uno idéntico o no a este, así que si quieren leerlo adelante o si quieren esperar unos días más está bien. Por lo tanto, este libro ❌se...