—¿Qué? —preguntó Gerard. Inexpresivo al oír las palabras de Ray.
—No me hagas volver a repetirlo...
Gerard rió.
—Lo siento. No pude evitar reír con eso. —Trató de disimular su risa.
—No te burles de mí. —Gerard negó con la cabeza y contagió a Ray con su risa—. Dame una respuesta —dijo, tragando saliva posteriormente. Nadie quiere ser rechazado. Menos en ese momento.
Le había parecido mala idea su supuesta "cita" ahora. Sólo maldecia el haber aceptado la propuesta de Mikey y Bob.
—¿Hablas en serio? —Gerard parecía más sosegado ahora.
—Sí.
—¿No es una broma?
Ray pensó en decir que todo había sido una broma de mal gusto.
—En absoluto... no lo es. —Se rindió diciendo la verdad.
Gerard apoyó su cuerpo contra la puerta del baño del local.
Era tarde. Habían decidido irse de ese lugar, pero antes de eso, Bob le pidió a Ray que le confesara a Gerard sus sentimientos.
—No. Esto fue mala idea, Bob. Olvídalo.
—Ray, ¿qué crees que te hará Gerard? Mikey y yo estamos aquí —dijo Bob cruzado de brazos.
—No.
—¡Sí!
—... No.
Bob se acercó a Mikey, estaba hablando con Gerard en la mesa.
Mikey fue hasta el mostrador, donde estaba Ray pidiendo otra cerveza.
—Hazlo —dijo Mikey— o yo lo haré esta noche.
—Y yo me iré a vivir a otro país entonces.
—No, primero Gerard aparecería en tu casa —dijo Bob, tomando la cerveza de Ray.
Mikey asintió.
—Les he dicho que...
—¿Nos vamos? —interrumpió Gerard.
—Podemos tomar otro par de cervezas —sugirió Bob.
—Yo estoy un poco cansado, creo que...
—Ray, vamos, quédate —pidió Gerard—, tenemos tiempo sin estar juntos los cuatro.
—De acuerdo, pero...
Mikey derramó cerveza sobre la chaqueta de Gerard.
—¡Lo siento, Gee!
Mikey lo había hecho para quedarse allí hasta que Ray le dijera la verdad.
—Ray acompaña a Gerard a limpiarse al baño —dijo Mikey evitando reír.
—Podríamos irnos.
Gerard entró al baño antes que pudieran notarlo y Ray lo siguió.
Encontró a Gerard viendo específicamente hacia la entrada. Cuando Ray cerró la puerta, él le colocó pasador.
Luego de una corta interrogación por Gerard, Ray confesó lo que tanto quería confesar.
—¿Eres... gay? —Gerard pensaba que era una broma que habían hecho Bob, Mikey y Ray.
