Capítulo treinta.

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  —Entonces... ¿qué sucedió? —preguntó Frank. No había mirado a Ray a los ojos desde que inició a contar su “historia con Gerard”. Miraba atentamente la botella de vodka casi vacía, jugando con ella entre sus manos, pensando qué decir.

Ray es su mejor amigo, y por ironía la canción que entonces sonaba era “You're My Best Friend”, no podía entrar en un ataque de celos contra él. De todas maneras, Ray se había enamorado de Gerard antes, lo conoció antes, tal vez habían llevado un noviazgo antes.

Frank había pensado en la posibilidad de Ray estar enamorado de Gerard muchas veces, pero al ser confirmada por él mismo lo dejó sin aliento para decirle algo, algo que aún trataba de pensar.

  —Gerard y yo salimos varias veces luego de esa noche, pero no llegamos a nada serio. —Miró a Frank—. En verdad, antes de tener la posibilidad de llegar a algo, sucedió lo de Mikey. Apoyé a Gerard en todo lo que pude, pero luego de eso pareció olvidar todo lo sucedido antes. Hubo algunas veces en las que no recordaba quién era yo.

Ray tragó saliva fuertemente, esperando la respuesta de Frank.

  —¿Él... sentía lo mismo por ti? —La voz de Frank ahora estaba entrecortada, quebrada sólo con pensar que Gerard podría recordar todo lo sucedido. Miedo de que todo lo que había vivido con Gerard hubiese sido causado por su propia inocencia, o causado por su enfermedad y su discapacidad para recordar por completo todo lo que había sucedido antes.

  —No lo sé. Un día fuimos al cine, a veces hacíamos esas cosas como amigos, pero esa vez fue como una cita. En la sala no habían muchas personas y la película era muy aburrida. Estábamos hablando sobre cosas sin sentido y Gerard dijo que creía cual era la respuesta que me diría acerca de iniciar algo más formal. —Al oír eso, Frank dejó caer la botella de sus manos, tambaleándose antes de ser detenida por las manos de Ray—. Jamás me dijo nada como una respuesta, yo jamás le propuse nada esperando que él me fuese sincero. Luego de eso me sonrió y siguió viendo la película.

Ray sonrió con tan sólo recordarlo, esta vez Frank si logró verlo.

Entre tanta confusión, Frank empezó a sentirse mal. Mal por Ray. Mal por él mismo si Gerard recordaba todo.

  —¿Cómo era mi angelito antes?

  —Parecido al de ahora. Ahora es más dulce y más inocente, contigo sobre todo, creo que es normal su amor hacia a ti. Sigue dibujando genial —Frank asintió—, sigue cantando genial, sigue siendo genial... Pero ahora puede estar al borde de un ataque en cualquier segundo, ahora mira cosas irreales, o por lo menos irreales para nosotros; y sin Mikey, Gerard está muy deprimido, más de lo normal con la enfermedad, sin mencionar que todo ocurrió por su muerte.

Hubo un rato de silencio. Frank aún no sabía qué pensar, Ray estaba asustado por su respuesta. La música seguía sonando, cambiando de una canción tras otra.

  —Deberíamos irnos, Ray...

  —No puedes decirme sólo eso cuando te he dicho todos mis sentimientos hacia Gerard, cuando pensaba que mi vida no podría ir mejor, y en vez de eso, empeoró todo.

Los ojos de Ray se cristalizaron, igual los de Frank al pensar todo lo que su amigo había vivido.

  —¿Qué sientes por él ahora?

  —Nada. Lo mismo de hace algunos años. No sé, maldición, ¿qué crees que sentiría al verlo todos los días en la casa donde vivo? —Frunció el ceño.

  —No lamento haber llevado a Gerard a New York...

  —Lo sé, Frank, es mi problema. Estoy viviendo en tu casa, no te diré que saques a Gerard por mi culpa. Lo mínimo que puedo hacer es cuidarlo.

Esquizofrenia // «Frerard».Donde viven las historias. Descúbrelo ahora