•|Prólogo|•

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Quinn.

Mis ojos se quedan fijos en la fría y oscura pared gris. La poca luz que ilumina el pequeño cuarto hace que mis ojos se acostumbren a la oscuridad.

Golpeteo nerviosa la mesa de metal con mis uñas, mientras que me muerdo las de la otra mano.

Muevo también mi pierna a modo de tic nervioso. Los acontecimientos sucedidos hace a penas un par de horas se repiten una y otra vez en mi mente.

Tengo miedo. Mucho miedo.

Las manos me empiezan a temblar. Mierda, es hora de volver a casa. Tienes que salir de aquí ya.

Miro el reloj que hay colgado en la pared. ¡Joder! Chad se va a enfadar. Tenía que volver a las nueve en punto, y son las nueve pasadas. Estará dando vueltas por casa, furioso, fumando y despeinándose el pelo negro.

¿Me dejará sin lo que tanto ansío en estos momentos? Sí, seguramente sí.

O quizá, solo quizá, y con suerte, está con alguna puta que le entretiene y no se da cuenta de la hora que es.

Por eso debes salir de aquí ya mismo, antes de que mire la hora.

Aún cuando la puerta se abre, mis ojos siguen fijos en una de las cuatro paredes que me rodean. Solo desvío la vista cuando dos hombres se sientan frente a mí.

—¿Cómo se encuentra, señorita Moore? —me pregunta el chico rubio. No respondo, así que vuelve a hablar—. ¿Quiere un café...?

—¿Qué vio exactamente, señorita Moore? —interrumpe su compañero.

—O también podemos interrogarla directamente —ironiza el rubio.

—No estamos aquí para ejercer de camareros, Marvin —refunfuña el moreno.

—Se llama educación, pedazo de animal —fija su vista en mí—. Disculpe a Kalman, es muy... apasionado en su trabajo.

—¿Puedo irme ya? —por favor, debo irme.

—En cuánto responda a la pregunta —contesta el chico llamado Kalman.

—Ya se lo he contado todo a vuestro compañero —suspiro, agotada y ansiosa.

—No es nuestro compañero —Kalman frunce el ceño.

—Aún —le recuerda Marvin.

—Eso ya se verá —parecen un puto matrimonio—. Cuéntenos si vio algo importante, algo que nos sirva para localizar al asesino.

En mi mente aparece lo que vi, nítido, inconfundible.

—Sus ojos —respondo casi al instante y con un nudo en la garganta.

—¿Sus ojos? ¿Qué tenían de especial? —Marvin apoya los brazos en la mesa para observarme mejor.

—En sus ojos vi el mismísimo infierno. Eran rojos, oscuros, fríos, malvados. Si te pierdes en ellos, puedes ver toda la maldad que tiene ese ser en su interior —respiro hondo—. Era como si mirase los ojos de Lucifer.

—Red... —susurran los dos al mismo tiempo que se miran con pánico.

—¿Red?

—Así le llaman —aclara Kalman.

«Y así, Red se convirtió en el protagonista de mis pesadillas.»

NOTA DE LA AUTORA:

Bueno, ya sabéis que AMO dejaros con intriga JAJJAJA

¿Que os ha parecido el prólogo?

Espero que si os ha gustado, me acompañéis en esta nueva historia hasta el final 🥰

*AVISO: esta historia tendrá un vocabulario más fuerte, y me gustaría intentar, repito, INTENTAR, que las escenas de sexo sean más explícitas. Como no tengo ningún tipo de experiencia, espero que haber leído Lascivia/Lujuria, más mi preciada mente, me sirva para lograrlo JAJA. Así que si eres una persona sensible, queda bajo tu responsabilidad.*

Las actualizaciones serán los domingos y... Pues no tengo nada más que decir😂

¡Nos vemos el domingo que viene!

¡Nos vemos el domingo que viene! ❤

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Ojos Rojos [+18] [Libro I & II]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora