Blake.
Estamos infiltrados en la mafia.
No tuvieron ninguna duda sobre Caliope y Lysenko; les acogieron como si hubieran nacido en su colonia y fueran parte de la familia. Tampoco su detector de metales detectó los maravillosos micrófonos de la policía.
Conectamos con ellos todas las noches para que nos informen de lo que va sucediendo —de momento no ha ocurrido nada—, pero a lo largo del día nosotros estamos pendientes de nuestros walkie-talkies, cortesía de la policía, a través de los cuales pueden contactarnos si sucede algo urgente.
Pero como digo, aún no ha pasado nada. En fin, estúpidos rusos.
Hablemos mejor de cosas importantes como, por ejemplo, de Quinn. ¿Ella es más importante que acabar con una gran mafia? Por supuesto, no hay nada más importante que Quinn. Si no derrotamos a la mafia, huiremos. Pero, sin embargo, no podría vivir sin Quinn. ¿Ves, querida conciencia, cuáles son mis prioridades?
Como os decía, hablemos del amor de mi vida. ¡Ya ha pasado el tercer mes de embarazo! Sí, se pasó los tres primeros meses vomitando constantemente, pero lo importante es que a pesar del riesgo que había, logró mantener a nuestro bebé en su sitio.
Ah, qué orgulloso estoy de ella.
¿Sabéis cuánto lleva embarazada? Cuatro meses. ¿Sabéis cuantas semanas son? ¡Quince! ¿Sabéis qué significa? ¡Que Cayden ya puede hacer la prueba de paternidad!
Con una sonrisa en el rostro, me dejo caer a su lado en el sofá. Ella me mira fugazmente, devolviéndome la sonrisa, antes de centrar su atención de nuevo en la televisión. Paso el brazo por el respaldo del sofá y Quinn apoya su cabeza en mi hombro.
—¿Otra vez viendo CSI? —comento en tono burlón.
—Cállate, me gusta y pienso verlo todo el tiempo que quiera —me responde ofendida.
—Trabajamos como policías y cuando llegas a casa te pones a ver series de policías —hago como que medito—. Sí, todo muy lógico.
El teniente prácticamente me obligó a volver al trabajo. Lo bueno es que ahora Quinn y yo somos compañeros, ya que no la han despedido y tampoco me hizo ni puto caso cuando la pedí que se quedara en casa, a salvo de cualquier cosa que pudiera provocarla un aborto.
—Si no te gustan, vete de aquí.
—No me gustan pero me quedo porque quiero estar contigo —beso su sien para que se le pase el enfado.
La verdad es que en este embarazo sus emociones están por los aires. Cuando estaba embarazada de Nyx sus sentimientos eran los de siempre —a excepción de la rabia intensificada que sentía por su familia—, pero en este embarazo parecen una montaña rusa. Tan rápido se está riendo como comienza a llorar así de la nada, además se enfada y ofende por absolutamente todo.
—Bien, puedes quedarte pero solo si te quedas calladito.
—Hecho.
Cumplo mi promesa. Durante un capítulo de la serie, al menos, me mantengo callado. Pero cuando empieza el siguiente casualmente con una mujer dando a luz, me es imposible no abrir la boca.
Así que, corriendo el riesgo de que Quinn me pegue por interrumpir los gritos de la mujer, giro la cabeza hacia ella.
—¿A qué hora viene Cayden?
—En media hora —responde sin mirarme.
—Fantástico. Entonces en unas... tres horas sabremos si soy el padre del feto —espero que Cayden no tarde más de tres horas en realizar la puta prueba.
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Ojos Rojos [+18] [Libro I & II]
Misterio / Suspenso[COMPLETA] «Un terrible asesinato. Un único testigo. Protegerte será su única obsesión.» *** La vida de Quinn, una chica con miles de problemas, cambia radicalmente cuando sin querer, una noche, presencia los horribles crímenes de un asesino en seri...