Quinn.
Los labios de Blake se unen a los míos en un beso apasionado. Echo mi cuerpo hacia atrás, apoyando mi espalda en el colchón. Blake no pierde el tiempo e introduce la lengua en mi boca, buscando la mía. Miles de sensaciones me recorren el cuerpo ante el beso.
Le quiero y lo sabe. Está feliz y lo sé. ¿Él me quiere? Puede que sí, puede que no. Que no me haya dicho nada no es lo que me preocupa ahora mismo; ya me dirá algo. Sin embargo, sí que me preocupa el hecho de que me muero de ganas de llevar nuestra relación al siguiente nivel. Lo necesito dentro de mí.
Blake se deja llevar y se sube sobre mi cuerpo para estar más cómodo. Una de sus manos está sobre el colchón, sosteniéndose así en el aire para no aplastarme. La otra descansa cálidamente en mi mejilla de forma tierna.
Reuniendo toda la fuerza de voluntad que tengo, rompo el beso. Blake accede y se separa de mí; nos miramos fijamente. Sus ojos están oscuros, como siempre que me desea. Me fijo en sus apetecibles labios, carnosos, hinchados y rojizos. Joder, qué hombre tan sexy.
—¿Qué pasa? —pregunta agitadamente.
—¿Podemos hablar antes? —me chupo el labio, tentándolo a propósito. Me roba un beso antes de asentir.
—¿Me sigues queriendo? —busco sus ojos cuando me pregunta y veo vulnerabilidad en ellos.
—Claro que sí —sonrío—. Sólo han pasado dos minutos.
—Le gente suele dejar de quererme rápidamente —confiesa agachando la mirada.
—La gente no te conoce como yo.
—Adelante, te escucho —me anima a hablar después de sonreír.
—Te quiero, ya lo sabes. La gente pensará que estoy loca, pues no hay quien te soporte, pero a mí me gustas tal y como eres.
—Me vas a sonrojar —comenta con tono burlón, guiñándome un ojo.
—¡Calla! —le regaño divertida—. Es enserio, Blake. Te quiero demasiado y me gustas. Me gustas mucho. Y yo... —me muerdo el labio, dudando—. Quiero que seas mi novio. Lo quiero más que a nada. No quiero ser una chica más en tu lista, y sé que te cuesta abrirte con la gente, pero quiero que te abras a mí. ¿Podrás?
—Reina, me gustas desde que te obligué a subirte a mi coche —esbozamos una sonrisa ante el recuerdo del día en el que nos conocimos—. ¿Sabes lo perfecta que eres? Lo tienes todo, Quinn. Somos putamente perfectos el uno para el otro, nena.
—¿Eso significa...? —noto como me pican los ojos.
—Sí, reina, sí quiero ser tu novio —suelto un grito de emoción y le abrazo fuertemente—. Hey, ¡cuidado que me rompes los huesos!
—¡Lo siento! ¡Es que estoy tan emocionada! —lágrimas de alegría bajan por mis mejillas.
—¿Me quieres? —me mira profundamente.
—Te quiero.
—Yo también te quiero, problemática —me vuelve a besar tras pronunciarlo.
Esta vez el beso es más bonito, más romántico. ¡Blake me quiere! Por una vez, todo está saliendo a la perfección.
Enredo los dedos entre sus cabellos negros mientras sigo el ritmo de su boca, que comienza a moverse con desespero. Cuando suelta un gemido de placer, una ola de calor recorre mi cuerpo y me veo obligada a tirar suavemente de su pelo, lo que me saca un gemido a mí.
Blake se mete entre mi cuerpo. Rodeo su cintura con mis piernas y le aprieto más contras mí. Hoy sí que lo hacemos y nada ni nadie podrá detenernos, y tampoco dejaré que se escabulla. Él parece pensar lo mismo que yo, pues su mano sube lentamente a lo largo de una de mis piernas hasta llegar al dobladillo de mi camiseta, donde su mano se pierde bajo esta y acaricia mi tripa con las yemas de sus dedos.
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Ojos Rojos [+18] [Libro I & II]
Mistério / Suspense[COMPLETA] «Un terrible asesinato. Un único testigo. Protegerte será su única obsesión.» *** La vida de Quinn, una chica con miles de problemas, cambia radicalmente cuando sin querer, una noche, presencia los horribles crímenes de un asesino en seri...