Capítulo 16

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La mayoría salió del comedor a pasear por lo alrededores a la espera de nuevas presentaciones, mientras las familias de los que ya se habían presentado se dedicaban a conocerlos más.

Los que faltaban por presentarse se dirigían de nuevo a la sala de menesteres.

—Bruno ¿podemos hablar un momento? –o bueno, no todos– a solas –dijo para los que se detuvieron a verlos a la espera de información.

Él chico al notarla nerviosa y las miradas de las personas sobre ellos solo la tomo de la mano para buscar un salón vacío.

—¿Qué es lo que quieres? –pregunto sacándose la capucha una vez encontraron un salón vacío, sellarlo y silenciarlo para que nadie entrara o los oyera.

—Yo... bu..ueno yo –estaba nerviosa.

—Tú... –la miro serio.

Al ver como la miraba y respondía solo suspiró, ¿por qué le ponía las cosas tan difíciles? Respiro profundo para poder continuar.

—Yo solo quería saber si cuando nos presentemos diremos que somos pareja –dijo cabizbaja, le dolía que él estuviera así con ella.

La miro sorprendido, es cierto que habían peleado antes de toda la situación que vivían pero no pensó que ella dudaría si quiera el decir que son pareja, joder que la amaba con todo su ser, tal vez se a pasado con su actitud.

—Mírame –pidió, más ella nerviosa aun no lo hizo– mírame por favor –levantó su cabeza con su mano, pudo apreciar como ella trataba de contener las lágrimas– realmente crees que por una discusión estupida yo dejaré de presumir a la chica más bella y grandiosa de la cual tengo el gran honor de decir que es mi novia.

—Es que yo pensé... –no pudo contener más sus lágrimas– pensé que tal vez tú quisieras terminar.

—Porque quedria tal cosa –acarició su mejilla– te amo Calí, lamento darte la idea equivocada –beso castamente sus labios– pero por favor entiende que fue algo muy impactante para mi saber que estás pensando en irte, digo ya tienes el permiso ¿por qué no te irías?

—Porque soy feliz aquí –recostó su rostro en la mano que aun la acariciaba– porque por el hecho de que quiera conocer nuevos lugares signifique que deje de amarte –lo miro son seriedad– te conozco tan bien que sé que lo que realmente te molesta es que podrían haber personas que se interesen en mi.

—Podrían no, lo habrán –eso lo molestaba tanto– ellos se harán todos lindos y querrán robarte de mi lado y es algo que no pienso permitir –la sujeto de la cintura acercándola a él.

—Yo te amo y estoy contigo porque no deseo estar con nadie más, solo contigo –rodeo su cuello– ya no estes molesto conmigo –hizo puchero.

—No hagas eso –miro sus labios– tú sabes que no puedo resistirme si haces eso.

—¿Hacer qué? –pregunto con inocencia sin dejar de hacer el puchero.

Y como dijo no pudo resistir, no pudo resistir besar su labios como él tanto quería y a ella tanto le encantaba.
Sus besos siempre tenían la intensidad de el amor que esos dos se tenían.
Él le sujeto su nuca para profundizar más el beso enredando sus cabellos entre sus dedos.
Ella solo podía sujetarse de él mientras sentía un huracán de emociones y esa intensidad en su interior.

—Te amo –le dijo cuando se separaron por busca de aire– siempre voy a amarte y apoyarte en tus decisiones, perdóname por mi primera reacción.

—Está bien Bruno, si te arrepientes de corazón está bien –lo abrazo– perdóname por no decirte nada hasta que me dieron el permiso.

—No querías adelantarte Cal, esta bien.

—Te he dicho ya que me encanta como hueles –pregunto mientras aspiraba su aroma.

—Muchas veces hermosa –rio– quieres mi polera ¿verdad? –la miro divertido.

—¿Me la darías? –pregunto con una sonrisa

Él no respondió y solo procedió a sacarse la capa y luego su polera para dársela.

—Por ti lo que sea –la beso– pontela y vámonos que los demás deben estar esperando para saber si estamos bien o no.

Riendo se quitó la capa para ponerse encima la polera de su novio, aspirando su aroma en el proceso.
Cuando él sonriendo le señaló la puerta para poder irse ella tomando su mano lo detuvo.

—Aun hay tiempo hasta que la cena comienza –se acercó a él– enserio quieres volver ya –susurro en su labios.

—A donde quiere llegar señorita –puso sus manos en la cintura de ella.

—Oh a nada en específico sólo pasar un tiempo con mi ardiente novio –ahí estaba esa sonrisa, esa maldita sonrisa que siempre la ponía mal.

—Lo que tú quieras hermosa.

Se besaron mientras poco a poco caminaban hasta el viejo escritorio del salón, ella terminó sentada en ese escritorio mientras él la besaba con toda su intensidad estando en el espacio que sus piernas dejaban.

—Si tardamos mucho podrían pensar mal, lo sabes ¿no? –entre besos él dijo.

—Tomare el riesgo –respondió ella en los breves segundos que pararon a buscar aire.

No planeaban pasar de besos intensos y alguna que otra caricia, sabían eso, pero la adrenalina del momento más las hormonas revueltas...

—Te amo –se dijeron viéndose a los ojos para volver a besarse entre sonrisas.

Así estuvieron, en un salón a oscuras, besándose, dándose miradas de un sentimiento mutuo y susurrándose cuando se amaban hasta la hora de la cena donde sino fuera por el patronum de la hermana mayor del chico avisando que ya se dirigían al comedor ellos ni enterados de la hora.

—Vamos antes de que quieran buscarnos –se acomodó la ropa que se había movido un poco de su lugar con el pasar de sus besos.

—Si mejor, no quiero que uno de tus hermanos entren cuando nos estemos besando –la miro– con los celosos que son.

—Como si tú no fueras celoso –él alzó una ceja– ¿Qué pasaría si encuentras a Cygnus y a Stella besándose en un cuarto a oscuras? –interrogo.

—Esa idea no me agrada –se cruzó de brazos con el ceño fruncido.

—Exacto, hermano y novio celoso.

—¡Hey! –lo beso antes de que hiciera una rabieta.

—Vámonos ya –sonrió.

Se encontraron con el resto apunto de entrar al gran comedor, cuando los vieron acercarse corriendo entre risas y con las manos entrelazadas una dulce voz pregunto.

—¿Están mejor ahora?

—Así es –beso a su novia para dejar muy bien en claro ese hecho.

—Asco –dijo un chico.

—No tienen porque demostrar su afecto a todos nosotros –dijo otro.

Y con más ganas se besaron de nuevo, sólo para molestar a los dos chico anteriores.
Viendo que la pareja ya estaba mucho mejor pasaron todos al gran comedor dirigiéndose a su mesa para poder cenar y continuar con las presentaciones.

¡ESTAMOS EN EL PASADO! ~Tercera Generación~ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora