3. El destino de Caleb - Nevi

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Nevi - Philadelphia
Fabrica abandonada, Nov. 01:30pm

Byron y yo aguardamos por el veredicto. Nee busca una superficie contra la que sostener su peso para descansar, y reposa la espalda baja contra el mesón de su improvisado nuevo laboratorio, cruzándose de brazos antes de hablar:

—Es bastante simple —empieza, torciendo un respingo adolorido al acomodarse—. Se trata de dejarlo inconsciente justo antes de su transformación. Hay dos formas —hace una pausa—. La primera: agua.

Byron y yo nos observamos. Él guarda silencio; yo no soy tan paciente.

—No comprendo. ¿Quieres explicarte ya?

—Se trata de ahogarlo —contesta a la brevedad. 

Yo lo observo unos instantes, creyendo haber oído mal o quizás esperando que se retracte y que diga que es una broma. Viendo que no lo hace, inclino el rostro con una mueca.

—¿Estás demente? ¿Eso como lo ayuda?

—No lo ayuda; ya te lo dije. Te dije que ayudaría a mantenerlo controlado hasta encontrar una mejor opción; no prometí nada más.

—Agua... —susurro, incrédulo.

—O fuego —termina él—. Agua es menos arriesgado.

—¡¿Fuego?! —exclamamos Byron y yo al unísono.

—Mediante inhalación de monóxido de carbono. Pero está el asunto de cómo controlar el fuego una vez iniciado. Así que agua es, de momento, su mejor opción.

—No —niego con fuerza—. Podría matar a Caleb.

—No lo hará. Aún queda algo de tiempo. Sólo habría que hacer algunas pruebas para medir su resistencia e intentar determinar un tiempo exacto.

Nikolas habla con su frialdad característica. No sé hasta qué punto puedo confiar en las esperanzas de vida calculadas por una persona a la que no le importa la vida. Me revuelvo el pelo sobre la cabeza, echándomelo hacia atrás, lleno de frustración:

—Antes que nada, ¿se puede saber cómo llegaste a esta conclusión?

Nikolas rueda los ojos.

—Lógica. No tengo idea de criaturas sobrenaturales, pero cualquier cosa viva que tenga un sistema cardiorrespiratorio, no importa qué tan formidable sea, necesita aire, y sucumbirá a los efectos de la falta del mismo según sea su propia resistencia. Ahora, la mayor probabilidad de aplicar con éxito esta estrategia es un sótano profundo. —Nee se cruza de brazos, y se acomoda contra el mesón sin parecer en lo más mínimo afectado por la idea de que la teoría podría resultar mortal en la puesta en práctica—. Tenemos dos opciones: incendiarlo o inundarlo. Imagino que la segunda opción es menos drástica. Sólo habría que mantenerlo sumergido el tiempo suficiente como para dejarle inconsciente cuando ya no haya forma de revertir su transformación en lo que quede de noche. Piensa en ello como una especie de coma inducido.

Byron sólo escucha, en silencio. Yo no hago otra cosa que dar vueltas por el lugar con las manos a la espalda, pensativo y ansioso. 

Nunca he probado matar a un licántropo así, pero la explicación de Nikolas tiene sentido. Un licántropo es un animal grande y fuerte... pero sigue siendo una forma de vida que necesita de ciertas condiciones para poder vivir. Entre ellas: oxígeno.

Viví mucho tiempo convencido de que una bala o proyectil al corazón era la única forma de matar a uno transformado, y esto me resulta bastante nuevo; nunca me había parado a considerar el atacarlos desde dentro. ¿Cómo?

HUNTERS ~ vol.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora