HUNTERS ~ vol.2 | COMPLETA

25. Mudanza II - Cassie

Cassie - Pennsylvania
Pennsburg, Ene 10:10am

Sin soltar el brazo de Abel, riendo y entre jadeos, lo conduzco a paso rápido escaleras arriba, y nada más llegar al pasillo, abro de golpe la primera puerta con la que nos topamos, que se encuentra a la izquierda del todo.

Se trata de lo que parece la habitación principal. Es grande, con un ventanal muy parecido al del salón, un armario de tres cuerpos de madera oscura que parece antigua y pesada y una cama queen size de matrimonio cubierta por un edredón desteñido por el paso del tiempo con un arcón cerrado a sus pies.

—Uh... Creo que mejor esta habitación se la dejamos a Byron, que es el que más ocupa. Nosotros no podemos compartir esta cama, no estamos casados — me río.

Contemplo a mi amigo de refilón y puedo distinguir cómo su mente trabaja a toda velocidad tratando de descifrar el significado detrás de mis palabras, y cuando finalmente lo consigue, sus ojos se abren como platos y su cara se torna roja como una manzana, arrancándome una sonora carcajada. Soy capaz de sentir el calor de su rubor incluso desde el medio metro que nos separa. Atrapo su brazo de nuevo y salimos de vuelta al pasillo.

La siguiente puerta que atravesamos da a una segunda habitación con dos camas separadas por una mesilla de noche. La decoración es algo escasa: una cómoda, un espejo, un armario de dos cuerpos y otro arcón en una esquina. Las colchas de las camas son de un color crema con detalles en azul a juego con las cortinas que tapan una ventana casi tan sucia como la del salón

—Bueno... no está mal — comento. — Probemos la siguiente.

De nuevo, tiro de él hacia el pasillo. Otra puerta a la derecha lleva a un baño amplio, con bañera, doble lavabo, un espejo grande y un inodoro algo oxidado. No veo toallas por ninguna parte, pero siempre las podemos volver a comprar. Otra puerta frente al baño y a la derecha de las escaleras da a un pequeño armario ropero, y finalmente hay dos últimas puertas, una algo más ancha que la otra.

Atravesamos esta última y al ver el interior, esbozo una sonrisa de felicidad.

—Aby, esta será nuestra habitación — declaro con solemnidad.

Se trata de una habitación algo más pequeña que la anterior, con un escritorio al fondo bajo la ventana. A un lado de la puerta hay una cómoda de varios cajones y, al otro, dos literas, ambas con unas colchas con patrón similar a las de la otra habitación.

—¡Me pido la litera de arriba! — exclamo, lanzando la mochila sobre esta.

Abel contempla las camas con cierto recelo.

—¿Por qué hay una cama sobre la otra y no al lado?

—No lo sé. ¡Pero las literas molan! Supongo que lo hacen para ahorrar espacio.

—Pero te puedes caer.

Suelto una carcajada.

—No te preocupes, no me caeré — le aseguro. El niño escudriña la litera superior poco convencido.

En ese momento se escuchan unas voces provenientes del pasillo, y cuando nos asomamos vemos a Nevi y Nikolas al borde de las escaleras. Cotillean sin ganas las dos habitaciones que acabamos de pasar y finalmente reparan en nosotros.

—¡Esta es la nuestra! — les informo, cerrando la puerta de la habitación de las literas tras nosotros. — Buscaos la vuestra.

Nikolas se vuelve hacia Nevi y señala la habitación de la cama doble con una singular sonrisa y una mueca algo extraña en la cara.