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"Eh... Creo, creo, creo que hablé con él una vez o dos. La verdad no lo conozco muy bien, Tobio-kun, nos llevamos unos años de diferencia él y yo".

Hoy amaneció con un viento endemoniadamente frío. Koushi le hizo sentir un joven de veinte años otra vez; buscando huir del clima imponente en uno de los salones vacíos, cerrando la puerta con algunas mesas y sillas para evitar que alguien más entre y comiendo un pequeño refrigerio en el piso del rincón más alejado de la puerta.

Sugawara Koushi iba vestido con ropa inusual en él; una sudadera que le quedaba floja con el escudo de la facultad y en sus mangas el lema de su programa, "A parva ed magna", y unos vaqueros rasgados que le llegaban arriba de los tobillos. Tal vez debió revisar antes el pronóstico del clima pues sus pies, apenas cubiertos por unos Converse bajos y unas calcetas negras están recibiendo todo el frío.

Tiene sus piernas juntas y juntas a su pecho. El estilo casual le sienta bien. Le hace ver tierno, y su peinado que no tiene mucho esmero le hace ver todavía más; algunos cabellos caen libres en su frente y otros cubren flojos sus orejas.

El Omega muerde del panquecillo y sigue con su relato. "En fin, el punto es que me dijiste que te llevabas bien con él, ¿no?"

"Sí". Llevarse bien se queda corto. Aunque no lo parezca, Kei es uno de sus amigos más cercanos.

"Qué bien. Es difícil convivir con él, ¿no? No le conozco muchos amigos".

Sugawara Koushi suena un poco a su tono molesto de cuando recién la conoció en persona, mirando indulgente a los demás. A Tobio sigue pareciéndole irritante, pero ahora la diferencia es que quiere saber cuál es la causa de ese desprecio.

"Kei fue el que se me acercó, realmente". Murmura, no muy seguro de querer seguir con esa conversación. "Sus feromonas están muy concentradas y me dieron un poco de náuseas. Acabé haciendo una cara muy grosera, pero a él no le importó. Bueno, supongo que debió sentirse mal, pero aún así se acercó a mí".

"Oh, es verdad, tiene un desorden". Dice suave. "Es raro. Es algo muy común en los Omega, pero en un Alfa apenas y se escucha. Me pregunto cuál es el tratamiento que sigue".

"¿Eh? ¿Por qué?"

"Porque ya era para que hubiera dado resultados, ¿no crees?".

El salón, helado como una cueva, empieza a sentirse un poco más cálido. Puede ser porque Sugawara le quitó la tapa a su café o porque él ha abierto su vaso de sopa instantánea, lo que sea le hace sentir bien. Sus rodillas duelen con el frío, pero ahora no lo hacen tanto.

"A menos que no esté tomando algo. ¿Tú sabes, Tobio-kun?"

Nunca le había escuchado mencionar algo sobre algún tratamiento. Kei sólo mencionaba lo difícil que a veces era vivir con su condición, pero nunca de buscar atención médica.

"Pues... Creo que no está bajo ninguno".

"Qué raro". Acerca sus labios al borde del vaso de papel y bebe un poco. "Y... Supongo que lo aprecias mucho. No cualquiera se acostumbra a eso tan fuerte".

Sí. Kei es más que su desorden. Cuesta mucho de él, pero cuando empiezan a hablar y se pierden en la conversación ya nada más importa. Así deberían de verlo todos, así es como deberían acercarse todos.

"Sí..."

"Deberías sugerirle entrar en un tratamiento, Tobio-kun". Parte un pedacito de pan y le ofrece a él, directo a sus labios firmemente apretados. "Aunque no creo que lo necesite. Si ya tiene a alguien que está dispuesto a soportar su olor tan pesado, entonces no hay otra cosa por la qué preocuparse. Intimidar a los otros es el único inconveniente de su condición que tendría que preocuparle, ¿no?"

La Ira del Tirano | Haikyuu!! FF (KGHN | Omegaverse!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora