Llovía.
El pronóstico del clima en la radio decía que se esperaban cielos nublados, un poco de sol, humedad y todo eso, pero no lluvia. De haberlo sabido su mente tal vez estaría más clara. No le gusta la lluvia, es la cosa más espantosa del mundo.
Por más que lo intenta, no puede encontrarle algo bueno. Su aversión por el clima va desde el significado primordial de "Lluvia"; se lleva al sol, y sin él no puede encontrar otra manera de mantener a raya los pensamientos feos que surgen en su cabeza cuando el cielo se nubla. Un día soleado es todo lo que podría desear; le hace estar alerta, es caliente y no tiene que preocuparse por una sábana para dormir en las noches, seca rápido su ropa, mantiene iluminado su departamento, es lo mejor. El sol le trae muchos beneficios, no entiende por qué la gente le huye tanto.
Pero hoy no hay sol. Hoy hay agua cayendo del cielo y eso significa pequeñas filtraciones que por la pared exterior de su departamento, humedad en el interior, todo se verá lúgubre y no ha tenido la oportunidad de ir a la lavandería, así que seguramente tendrá que buscar entre su ropa sucia por algo para cubrirse en la noche. El verano es como pan de caja; con gusto se lo comería entero, pero llegar a las orillas no es muy agradable que digamos. Por lo menos las orillas del pan no saben muy diferente del resto, pero la lluvia es inconfundible y no puedes pretender que es un día despejado de nubes.
Da igual, ya está lloviendo. No hay nada que pueda hacer, no tiene poderes para cambiar el clima a voluntad o algo así.
Termina de alisar las últimas arruguitas de la desgastada sábana que cubre su cama y, con las gotas fingiendo siniestros golpes en el cristal de la ventana, toma asiento para doblar la poca ropa limpia que recogió hace unos días. Doblar ropa es bueno, le gusta oler el detergente y sentirla suave en sus manos. No es que fuera su actividad favorita de toda la vida, pero es mejor que quedarse viendo el cielo caerse sobre la ciudad.
Es un tema que ha estado evitando toda la tarde, tanto porque no quiere pensar en eso como porque sabe que no va a poder parar una vez haya empezado. Pero ya que está ahí, en completo silencio sin nada más que la lluvia, era inevitable que la primera corriente de recuerdos iniciara la avalancha en la que se enterraría el resto del día.
Días así le recuerdan a él.
Según contaba, la época de lluvias es la mejor. A él le gustaba cuando llovía, decía que era como un reinicio pequeñito para que la vida tuviera un descanso.
En tardes como esta, Shouyou descansaría en su regazo, acurrucado en su pecho, porque sólo eso logra alejar el miedo que siente de los truenos, y él bebería licor caro en las rocas de un vaso de cristalería fina. Sus manos acariciarían sus muslos desnudos y buscarían después el trayecto de su espalda para hacerle cariños en la nuca.
Su toque estaría helado, espectral, como si fuera una ilusión que nació de su deseo de no estar solo. Después de todo, estaba esculpido finamente en hielo cristalino.
Y, al igual que cada uno de los segundos que le regaló, esas tardes serían parte de una colección de recuerdos sin sentido a los que acudiría de vez en cuando, en alucinaciones y letargos a lo largo de sus días.
A él le gustaba mucho salir cuando llovía, buscarle cuando llovía e insistir en pasar la noche juntos cuando llovía. A veces llegó a pensar que su vida giraba en torno a la lluvia, que en lugar de ser un lobo humano era más bien un youkai de agua que intentaba regresar a su hogar. Porque tenía ese aire místico consigo, algo que le hacía creer que con él las cosas eran extraordinarias y fuera de este mundo. Algo mágico veía en él, no necesariamente bueno, sólo asombroso.
Solía pensar que las tardes lluviosas eran especiales para él si estaba a su lado. Algo bastante tonto considerando lo turbio que todo terminó. Es cierto eso que dicen: lo que bien no empieza, mal acaba. Al menos con él aprendió a asumir las responsabilidades por sus acciones. Las consecuencias podrán ser horribles, pero es inútil negar que lo buscaste.
La lluvia arreció. Acercándose a la cocina, se imagina cuál será la desventura que le tocará vivir el día de hoy. ¿Se quedará sin luz por varios días? ¿Otra vez tendrá que rogarle al señor Haiba para que no le cobre la reparación de sus tuberías? ¿Va a esperar a encontrarse de manera "casual" a alguien en la lavandería y fingir que olvidó su cartera para atenerse a su buena voluntad?
La lluvia es tan molesta, parece que llueve sólo por él. Las gotas suenan así de estridentes sólo para sus oídos, nadie más parece molestarse. Todos la celebran, comen caldos y bebidas calientes y ríen con sus amigos y familia. Ella no tiene nada de eso, no puede entenderlo.
En cambio, con él la lluvia parecía ser buena. Todo lo que no le gustaba se esfumaba apenas le veía salir de su lujoso auto, con un paraguas transparente que dejaba ver su alta figura entre el agua cayendo.
"Todo está peor, Tsumu". Sus manos tiemblan, está muy cansado. "Realmente no lo entiendo".
En días así, cuando no sale el sol ni hay calor, Shouyou se siente morir. Es curioso como la cosa que más odia en la vida trae recuerdos cálidos y bonitos. Pareciera que no quiere dejarle ir.
Lo peor es que él tampoco quiere salir de ese laberinto sin fin. Y, ¿cómo querría hacerlo? Si nunca se sintió tan vivo como cuando sus besos agresivos le robaban el aliento, con su agarre cruel y su intenso aroma tan varonil.
Lo extraña. No debería, pero lo hace. Lo hace porque sabe que, de una manera u otra, él siempre estará ahí.
🌱
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.no mamen
no mamen
no mamen
no pinches putos pitos vergas mamenpubliqué capítulo nomás para poder publicar estas FOTOS DE CHANCLAS ENCUERADO aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
oomf
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. comment antiguo pero que vale la pena dejar jajjaja
ando muy awitada estos días. gracias a dios ya me orientaron y voy a recibir ayuda. esperemos que todo se arregle un pesito.
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La Ira del Tirano | Haikyuu!! FF (KGHN | Omegaverse!)
RomantizmHoy se sintió como complacerle más que otros días. Sentado a la orilla de la cama, frente a una ventana de la que no colgaba ninguna cortina, dio un toquecito a la punta de su nariz con la punta de su dedo índice. Se sintió feliz de repente porque s...