Aladdín ୭̥ Taekook.

፧ Capítulo 3.

La noche caía sobre la ciudad de Ágrabah, un potente frío pasaba por las calles con un potente viento de invierno. Aunque estuvieran en primavera, los días seguían siendo muy cálidos y las noches muy frías. Es de madurgada, aproximádamente las cinco de la mañana, hora perfecta para que el hijo de Sultán pueda cometer una pequeña travesura. Su plan era salir. Ya su curiosidad era muy grande, no podía seguir esperando por conocer su futura ciudad. Quería conocer gente, alimentos exóticos, pasa tiempos. Su deseo era camuflarse entre el gentío, queriendo sentirse libre y como una persona normal, sin deberes ni presiones por delante. Para él, sería algo sumamente genial trabajar por su cuenta y poder esforzarse para comprar el pan del día a día, sin tener un importante apellido. Quería ser como el resto. Tal vez compraría alguna artesanía como recuerdo para cuando vuelva de su aventura.

Es un día Sábado, aquel día su padre le dejaba estar todo el día en los aposentos junto a diversos caballos, era su día. Kim Namjoon estaría ocupado con algunas reuniones, Taehyung era consiente de aquello, es por eso que eligió este día para escapar. Sólo esperaba volver temprano, al menos antes de que su padre se de cuenta de su ausencia. Esperaba que el Sultán ese día no le enviara alguna otra pretendiente, para eso tenía a Yeontan preparado. El tigre estaba emocionado por arañar vestidos de visitas no deseadas.

El rubio se preparó muy bien, desde memorizar el horario de su padre hasta conseguir ropa más de acuerdo a la clase baja. Su bella túnica masculina azul fue cubierta por una chilaba, una túnica tradicional holgada con capucha. Era de una tonalidad café, no era llamativa, pasaría desapercibido por la gente. Al tener capucha, tenía la posibilidad de cubrir sus llamativos cabellos rubios. Los guardias podrían descubrirlo sólo por el color de su cabello. Decidió no quitarse las pocas joyas que tenía, sólo las cubriría con el atuendo que llevaba.

Ya era hora, siendo de madrugada Taehyung bajó por las largas escaleras del palacio hasta llegar a la puerta que da al jardín, abriéndola en extremo silencio. Por suerte no hay guardias vigilando dentro del jardín, por lo que no debía preocuparse de aquello. Caminó derecho por el lugar, mirando de reojo las lindas plantas a los extremos. Continuó caminando hasta llegar a los altos muros que dividían el palacio de la ciudad, habían algunos árboles alrededor. Se había asegurado de encontrar un buen lugar donde escalar. El rubio observó el palacio por última vez, asegurándose de que nadie estuviera viendo. Se introdujo entre la gran cantidad de árboles hasta tocar el muro con sus propias manos. Miró la altura que tenía y se sujetó a la rama de un árbol, dispuesto a subir. Pero antes de que pudiera hacerlo, sintió la tela de su túnica siendo jalada. Algo confundido giró ligeramente la cabeza, observando a Yeontan.

— No, tigre, no puedes venir conmigo. Pero te prometo que volveré pronto, tal vez pueda traerte algún recuerdo.— Dice con su característica sonrisa cuadrada, observando que el animal dejaba sus orejitas caídas. Se veía desanimado por su partida, él nunca se alejaba del tigre. Dejó una última caricia al albino pelaje del animal y se dispuso a escalar el árbol, obteniendo algo de ayuda por parte del tigre, quien extendió su cabeza para que sirviera como apoyo. Ya estando sentado sobre el muro, miró a Yeontan por última vez, sintiendo sus ojos brillar de la emoción. Pronto pasó al otro lado del muro, estando ya fuera del palacio. Suspiró con nervios y se colocó la capucha sobre la cabeza, comenzando a caminar hacia el mercado, evitando el por la calle principal. El mercado ya estaba comenzando a armar sus puestos desde temprano.

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Kim Taehyung ya se encontraba caminando por todo el mercado, era casi medio día y las ventas comenzaban. Se podía escuchar ofertas, el bullicio de la gente y gritos de pequeños niños corriendo por el lugar. Era un ambiente fascinante, según el príncipe. Miraba con ilusión cada uno de los puestos, observando con atención las artesanías que vendían. Desde jarrones hechos a manos hasta alfombras de distintos colores, formas y texturas. Habían tantas joyas, accesorios, muebles y ropa que Taehyung realmente quería quedarse allí para comprar de todo. Estaba tentado ante las grandes ofertas.