Aladdín ୭̥ Taekook.

፧ Capítulo 43.

Jungkook admiraba a Taehyung, su corazón latiendo con fervor y sus dedos trazando líneas imaginarias sobre la espalda desnuda del hombre.

Todavía recuerda lo que sucedió durante la noche. El ladrón estaba tranquilamente sobre la cama que compartía con el príncipe, su intento por leer un cuento para niños no daba muchos resultados, pero al menos comenzaba a entender algunas palabras simples y básicas.

Cuando las manecillas del gran reloj del salón indicó las doce con un fuerte sonido, la puerta de su habitación fue abierta, dejando ver la silueta de un tambaleante hombre.

El príncipe había pasado todo el día encerrado en la oficina de Hoseok, fue tanta la lectura que sus ojos pesan al igual que su cuerpo entero. Su espalda dolía por haber estado en una posición incómoda al igual que su cuello. Logró salir más temprano ya que Hoseok insistió en que debía descansar; una pausa no estaría mal para los dos. Incluso bebieron un poco, pero no lo suficiente para nublar sus sentidos.

Y cuando cruzó la puerta, Jungkook lo esperaba con una sonrisa, apartando el libro de su regazo y acomodándose en el extremo cual conejito ansioso. Y es que, ahora son pocas las veces que duermen juntos.

Pero antes que Taehyung lo salude, cayó rendido sobre la cama, quedando dormido en cuestión de segundos. El ladrón en vez de molestarse, soltó una carcajada por lo que ocurrió.

Tuvo que hacer varias cosas. En primer lugar, acomodó el cuerpo de su novio sobre la cama y quitó su incómoda túnica para colocar una camisa más holgada y cómoda, al igual que unos pantalones de suave material. Quitar sus zapatos fue todo un desafío por los variados botones y listones que lo rodeaban. Finalmente cerró las cortinas y tapó todo su cuerpo con mantas gruesas para que pueda soportar el frío de la noche.

Casi le da pánico al ver al descomunal tigre albino subirse sobre Taehyung en busca de mimos. Tuvo que distraerlo para que no logre despertarlo, lo que fue bastante difícil al no saber cómo tratar a un animal de esa especie.

Y ahora se encuentra arrodillado frente a la cama, sus falanges acariciando la suave dermis bronceada del príncipe. Sus hermosos orbes tienen manchitas oscuras debajo; ojeras.

Jungkook detesta verlo cansado. Hace lo posible por vigilar que se alimente cada día, porque si no fuese por él, Taehyung no comería por estar leyendo y echaría a las sirvientas que les brinda comida. Parece estar cuidando de un niño pequeño.

Sus manos sudaron cuando Taehyung dio una vuelta, quedando boca arriba sobre la cama. Aquella acción ha logrado sorprenderlo un poco, al parecer seguía durmiendo.

Jungkook subió a la cama con sigilo y quitó las sábanas de su cuerpo, tragando saliva al ver el hermoso y escultural cuerpo del príncipe. Con cuidado se sentó sobre su regazo, colocando las piernas a los lados de su cadera. Lentamente fue recostándose sobre él, mirando enternecido el rostro dormido del otro. Después de admirarlo por un largo rato, dejó una suave caricia en su frente y tapó a ambos con las mantas, apoyando la mejilla contra su pecho para poder sentir los latidos de su corazón.

La calidez que emana su cuerpo es tan atrayente, que Jungkook cierra sus ojos para comenzar con una siesta, pero el brusco agarre en sus caderas lo desconcertó. Fue empujado contra la cama, su espalda chocando con el colchón. Taehyung está despierto, y bastante activo al parecer.

— ¿Estabas d-despierto? ¿Desde cuándo? —Aguantó un jadeo al sentir las cálidas palmas del rubio deslizarse bajo su camisón, tocando sus niveos muslos con extrema suavidad y delicadeza.

— Quería ver si te aprovechabas de mi, ya veo que no fue así. Ni si quiera me diste un beso. —Gruñó molesto, aunque su mirada transmitía tanto cariño y amor por el otro. Taehyung está embelesado. Adora tener al ladrón así, bajo suyo a su disposición, solo mirándolo a él.