፧ Capítulo 40.

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— ¿Veneno? ¡¿Es una maldita broma?! —Gruñó Kim Namjoon frente a una gran multitud de guardias, quienes tienen la cabeza gacha por la vergüenza de estar recibiendo un regaño por sus acciones. Ellos están arrodillados sobre la arena, todos manteniendo sus puños firmes sobre su regazo.

Es de madrugada, cinco de la mañana en Ágrabah y hace un frío de mierda; pero eso no le importó al sultán.

Su hijo Kim Taehyung llegó junto a su novio muy tarde, ambos desesperados mientras contaban todos los sucesos ocurridos durante el día. El príncipe expresó su molestia y desagrado hacia los guardias mientras que mostraba la palma de su mano. El sultán lo escuchó por un largo tiempo, atento a todas sus quejas. Ambos jóvenes habían pasado mucho tiempo limpiando la herida del mayor y tratando de quitar todo el líquido letal.

Al parecer el veneno puesto es especialmente para destrozar la piel de los animales, sus tejidos abriéndose poco a poco sin causar dolor, pero dejando una gran marca. Afortunadamente la mano del príncipe no resultó afectada, pero ambos hicieron una suposición que los dejó aterrados. Con esos látigos golpeaban reiteradas veces a los caballos y animales de carga, no podían imaginar las terribles marcas que los animales podrían tener. Lo peor, es que la mayoría de guardias utiliza esos látigos en las calles con toda la gente "desobediente" y de mala conducta, según ellos.

Taehyung casi llora en su oficina gritando por la gente que es golpeada con esa clase de látigos cada día. No podía creer la maldad de los guardias al momento de realizar un acto tan cruel con su gente.

— Muéstrenme sus látigos, cada uno de ustedes.— Están todos en el desierto, puesto que el sultán no quería hacer un escándalo en el palacio. Prefirió hacerlo con cuidado y alejado de todos para no crear rumores entre sus empleados. No están todos los guardias de la ciudad, Kim Namjoon solo llamó a aquellos que vigilan la ciudad. De igual manera va a revisar más tardes a los demás, quienes tienen otros objetivos como vigilar el palacio o mantenerse cerca del sultán.— ¡¿Están esperando otra indicación?! ¡Muestren sus látigos, ya! —Sus hoyuelos se están marcando por tener la mandíbula tan apretada. Algunos guardias estaban dudando en sacar el arma, pero al escuchar los gritos de Namjoon tuvieron que hacerlo para no recibir un buen golpe.

Cada uno de ellos fue sacando el látigo y dejándolo frente a sus rodillas, la mayoría teniendo la cabeza inclinada para no mirar al imponente hombre frente suyo.

Kim Namjoon comenzó a caminar frente a los guardias arrodillados, verificando que sus látigos no estén mojados por la sustancia mortal. A su lado está su sirviente más leal conocido como BangChan, ayudándole a clasificar a los guardias peligrosos. Afortunadamente no todos tienen los látigos con veneno, pero la mayoría sí.

Estuvieron por lo menos media hora clasificando a los guardias, algunos intentaban ocultar el líquido dañino limpiándolo con sus atuendos, pero el látigo continúa viéndose brillante. La menos sesenta guardias fueron los que tenían esa clase de líquido, veinte son los restantes que parecían no tener idea de lo que ocurre.

— Pasarán cinco meses en prisión y luego serán despedidos. —Se escucharon las quejas de varios de ellos, claro que debe ser terrible ser despedido de un trabajo con tan buena paga como aquel. — ¿Se están quejando de mí decisión? — Kim Namjoon soltó una fuerte carcajada, sintiendo el pulso de su cuello acelerar por lo enojado que está. Los guardias dejaron de murmuran entre ellos y sus cuerpos se tensaron por la dura mirada del sultán.— Vamos, hablen, ¿hay algo que les molesta?

— Es d-difícil conseguir empleo en estos días. Tengo una familia, mi señor..—Murmuró uno de ellos, su mirada transmitiendo miedo. Quería que el sultán tuviese algo de piedad con su decisión.

Aladdín ୭̥ Taekook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora