Taehyung LXIV

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—Tae, te ruego... No me dejes...

—"..."

—No me dejes, por favor...—No paraba de decírmelo. Pero has tomado una decisión, ¿no? El doloroso resultado ahora es causado por ambos. Incluso nuestros amigos inocentes están involucrados.

—Deberíamos ser sólo amigos, Jungkook.—Aunque mis lágrimas siguen fluyendo, todavía tengo que aceptar esta realidad.

No sería tan malo volver a los viejos tiempos, cuando Kook era libre de hacer lo que quisiera, sin importar cómo me sentía o si estaba satisfecho. Si un amor es incómodo al principio, terminará un día.

—No, no quiero que seas mi amigo. No te dejaré ir.— Sus dos manos me apretaban fuerte. Quizás porque acabo de llorar demasiado, me siento muy mareado, así que tuve que ser sostenido por él sin tener ninguna fuerza para defenderme.

—Kook, lleva a Tae a casa...— Estaba a punto de girarme para mirar a Hoseok, cuando el hombre que tenía delante puso su mano sobre mi hombro, dijo:

—Por supuesto que lo llevaré de regreso. Arreglaré contigo las cosas más tarde.

—Bueno, te estaré esperando. Llama cuando quieras.—le respondió con sarcasmo.

—¡Besaste a mi hombre!

—Tu hombre es mi amigo, idiota.

—Ow, ¿qué están haciendo aquí?— Reconocí la voz de Jimin, pero Kook aún no me dio la oportunidad de mirar hacia arriba. Su brazo estaba envuelto alrededor de mí y su mano presionaba mi cabeza.

El hombre que acababa de llegar a la escena se quedó en silencio un momento, y luego preguntó con voz grave:

—Kook, ¿qué le hiciste a Tae?

—Me encargaré de ello yo mismo.

—¡Te pregunté qué has hecho con Tae!

—No es asunto tuyo.

—¡Suelta a Tae, te dije que lo soltaras!—Dos hombres me tiraron violentamente, pero al final no pude escapar de este bastardo.

—Quiero hablar con él. Quiero aclarar las cosas.

—Lo hiciste llorar.

—¡Maldita sea, Jimin! Deja que se encarguen de esto por su cuenta. La prioridad ahora es llevarme al hospital. ¡Me voy a morir, mierda!— Escuché a Hoseok quejarse, pero al mismo tiempo estaba sollozando en los brazos del hombre alto, y sabía que estaba de un humor en el que no podía decirle nada con claridad.

—No quiero hablar contigo. Quiero irme a casa.— Finalmente, dije lo que quería, y era bueno para todos salir de aquí lo antes posible.

—Entonces vamos juntos.—Jungkook me cogió de la muñeca y entró en el bar sin darme la oportunidad de responder. Las luces parpadeantes me hicieron sentir mareado. Cuanto más me acercaba a su mesa, peor me sentía. Mi cara debería estar tan roja como mi cuerpo. Me detuve.

—No voy a entrar.—La mujer seguía allí, y las imágenes de sus besos seguían volviendo a mí.

Ya es suficiente. Ya he tenido suficiente dolor.

—Sólo voy a buscar mi billetera y las llaves del coche. ¿Puedes esperar aquí? No te vayas.— No respondí y no tuve la fuerza para alejarme.

Viendo que no respondía o me negaba, Jungkook fue a su mesa. Después de tomar sus propias cosas, habló con la gente en la mesa, pero mi atención no se centró en él. He estado observando a la joven que acaba de unirse al equipo de sonido por un corto tiempo. Realmente me odio a mí mismo. Aunque me dije a mí mismo que no pensara demasiado al principio, al final todavía tengo que preocuparme por este asunto.

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