1.

3.4K 75 2
                                    

Mi vida era buena, normal y siempre decía que tenía a la mejor persona al lado mío, mi padre. Hasta que un día me lo arrebataron de mi lado y desde ese día todo cambió. Tuve que huir, entre miedo y llanto, aún recuerdo todo como si fue ayer y ya han pasado tres años. Mi papá levantándome rápido y diciéndome que salga por donde habíamos acordado. Me acuerdo sus palabras exactas "si en 15min no nos encontramos ya sabes lo que debes hacer, te amo". Habían pasado 45 min, no sabía nada. Sabía lo que debía hacer y volví a casa para encontrármelo asesinado. Nosotros viviamos en un pueblo en Galicia, España. Ahora me encuentro en Nueva York, aqui comencé mi nueva vida. Llegó a mi casa luego de una mañana de trabajo, gracias a mis estudios podía dedicarme a lo que me gustaba, ser diseñadora. Allí conoci a la única persona que le tenia plena confianza aquí, Samantha. Es modelo, una gran modelo conocida y tiene su propia tienda, donde allí trabajo. Miro desde afuera cuando bajo del ascensor, todo está bien, entro a casa y hago una mirada general, todo está en su lugar. Siempre lo hacía, siempre debía estar atenta al ataque, sabía que vendrían en algún momento por mi o tal vez el desde el cielo no lo permitiría. Mi papá me había enseñado muchas cosas de defensas, ataques, estrategias. Desde chica me hacía memorizar las cosas y agradezco el día de hoy haberle prestado atención. Como algo para luego cambiarme y agarrar mi bolso, iría a mi clase de baile. Me encantaba y me sacaba un poco el stress.

Holaa chiquita.- me dijo Nia y la abracé.- lista para la clase de hoy.- soltó.

Como siempre, hazme sudar.- reimos para empezar a calentar y comenzar con las coreos.

Deberías animarla a sam a que venga.- soltó cuando busque mi toalla para secarme la cara.

Dice que no se le da bien y que no quiere hacerte perder el tiempo.- solté y ella negó sonriendo. Estaban llegando las chicas del otro turno.- Gracias, como siempre sacas lo mejor de mi.- le dije para luego dejar un beso en mi mejilla.

Te quieroo, nos vemos mañana.- asistí sonriendo y salí de allí.

Iba buscando mi móvil en el bolso, no lo encontraba, mientras tanto trataba de esquivar a las personas que caminaban por aquella misma vereda.

Mierda.- susurre cuando choque con alguien.- lo siento.- dije y mi mirada se dijo en aquel chico.

Rubio, de ojos verdecitos, con una remera ancha blanca y unos jeans rotos negro. Me miro con una sonrisa y nego.

Yo también venía distraigo, perdón.- soltó y le dediqué una pequeña sonrisa.- qué ojos.- soltó de repente.- lo siento.- rio por el comentario.- Hugo.- dijo extendiendo su mano.

Maria.- solté mintiendo, aunque no del todo. Eva María era mi nombre así que era una pequeña. No confiaba en nadie.- bueno debo irme.- solté.- un gusto, adios.- dije y seguí caminando.

Me di cuenta de algo, era español también. Aunque del mismo lugar que yo no. Una parte de mí decía malditos, me encontraron. Otra que me relaje, solo casualidad. Volví me di una ducha y luego a la noche llego sam para comer conmigo.

Estaba pensando que podríamos salir este finde.- soltó y negué.- por queee.- soltó quejándose.

Para que me abandones como la última vez.- pregunte jodiendo.

Prometo no dejarte sola, por fiss.- soltó y suspire.- ya esta, es un si.- dijo.

Esta bien jefa.- la jodi.

No me digas así.- dijo mirándome seria y reí.- sabes que no me gusta.

Solo era una broma.- solté.- vamos a salir.- dije finalmente y festejo.

Va a estar Flavio.- dijo sonriendo.

Pobre chico, deja de histeriquear con el.- solté riendo.- pobre es tan tranquilo al lado tuyo.- solte.

Oye.- se quejo.- de que lado estás.- soltó cruzándose de brazos y me reí.

Del tuyo mi amor.- solté y sonrió victoriosa.

Como recompensa le voy a decir que te haga la onda con uno de sus amigos.- dijo sonriendo y negué. Me quede pensando en el chico que me cruce hoy.- Eva.- soltó y la mire.

Hoy choque con un chico.- dije.- su nombre era Hugo.- solté.

Guapo.- soltó y asistí rápido.- le diste tu número, algo.- pregunto.- no me defraudes.- dijo esperando mi respuesta.

Ni mi nombre verdadero le di, o sea si, pero no el principal.- solté mirándola.

Evaaa.- me grito.- pero.. eres tonta.- me retó.

No puedo confiar en nadie sam, no puedo, no me sale, lo sabes.- solté suspirando.

Pero sabes que no todos son personas malas.- dijo agarrando mi mano, ella sabía mi historia.- pero no importa, algún día conocerás a tu príncipe.- jodio y reí.

Comienzo otro día y marcó la misma rutina de siempre. Desayuno, trabajo, volver a casa a comer, baile, tiempo libre. En ese orden era mi día a día. Salgo cansada y satisfecha como siempre de mi clase. Esta vez para no chocar a nadie me quedo quien buscando como siempre mi móvil.

Espero que esta vez no me choques.- escuché y levante mi vista.- hola.- soltó sonriendo.

Hola.- sonreí.- otra vez tu y en este mismo lugar.- solté.

Casualidad.- soltó.

Las casualidades no existen.- solté mirándolo fijo.

Buenoo.- soltó levantando sus manos.- siempre pasó por acá, no sabía que no podía pasar más.- dijo canchero.

Yo jamás dije nada.- solté sonriendo.

Si, dijiste que..- y lo interrumpí.

Dije que las casualidades no existen, nada más.- solté canchera.

Que maludaca.- soltó con sus ojos entrecerrados mirándome con una sonrisa.

Lo siento, no te encontraste con una princesa.- solté y reimos.- debo irme, nos estamos viendo supongo.- jodi.

Me das tu numero.- solto de repente.- perdón que maleducado.- dijo y me cruce de brazos mirándolo divertida.- no se.. podríamos quedar para merendar o cenar.- dijo mirándome.

Mi numero es privado, pero ya sabes dónde encontrarme parece.- dije para luego sonreír y irme.

Entre balas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora