16.

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Mi día empezó, pero no estaba de buen humor, en realidad tenía una sensación rara. Las llamas siguieron pero no contestaba, sino iba a terminar cayendo. Tenía pensado irme lejos pero debía esperar un tiempo, sabia perfectamente que me estaban vigilando y iban a saber donde me iría si lo hacía ahora. Desayuno y parto hacia mi trabajo, esta mañana sam no está, así qué pasa tranquila y aburrida. Mis días ya no eran lo mismo, estaba pendiente de cada movimiento, estaba extrañando aquel chico que me había enamorado y me hacía feliz. Quería decirle la verdad y huir juntos, pero él no se lo merecía. El se merecía una buena vida, no de escape. La última vez que lo vi lo noté muy dolido y eso me mató. Jamás quise hacerle daño, solo protegerlo. Si me iba, le contaría la verdad, para que esté seguro de mi fiel amor hacia el. Volví a mi casa a la hora de almuerzo, luego me fui a caminar un poco, no tenía ganas de asistir a baile, no tenía ánimos. Camine y bastante, sin rumbo y con miles de pensamientos. Entre a una cortada que no conocía, pero salía al parque, de fondo se veía, así que camine tranquila. Escuché una aceleración y giro a mirar, un auto negro se aproxima a mi y corro. Nada alcanzo, tres hombres ya me tenían acorralada. Patalee, luche, pero nada sirvió. Me ataron las manos y pusieron una cinta en mi boca..¿como podía ser que nadie pasara por aquí? Pensé. Es hora de siesta, Eva mira donde te metes tu también, me dije a mi misma. Me metieron en el baúl pero jamás arrancaron, debía actuar rápido.

Señor, la tenemos.- escuché a uno.

Debemos quedarnos acá hasta que venga la chata.- soltó otro.- ya esta en camino.- dijo.

Si, el jefe quiere verla en este instante, también viene.- soltó el anterior.

Entre llanto y mi respiración acelerada me puse a pensar. Los recuerdos con mi padre me invadieron, cada cosa que me enseñó, cada movimiento, debía actuar. Así fue, con habilidad y estrategia logré sacarme lo que ataba mis manos y saqué la cinta de la boca. Piensa Eva piensa.

*recuerdo*

Eva presta atención.- soltó mi padre.

Es que lo veo innecesario pa.- solté cansada, me había enseñado bastante cosas durante el día.

Nunca nada es innecesario en esta vida hija.- dijo mirándome y suspire asistiendo.

Esta bien, una vez más repasemos.- dije atenta.

Recuerda, si sientes que están atrás deberás buscar la forma de salir por delante y si están adelante se te hará más fácil salir, depende lo que encuentres para usar.- me dijo mi padre.- asi que vamos a practicar ambas y todas las formas.- asistí mirándolo.

Mi recuerdo se esfumó, sabía perfectamente lo que debía hacer y como, no podía fallar, debía salvarme y buscar todas las formas posibles, tal y como él me había enseñado.

Ayúdame papi.- pensé actualmente para empezar mi plan.

Ese recuerdo me dio fuerzas. Cada pasó que me había enseñado lo implemente. Despacio tiré el asiento hacia delante, los tres idiotas estaban atrás y el auto era polarizado, eso me ayudaba un poco. Gatee y me incorpore en el asiento de adelante, las llaves estaban puestas, agradecí a mi padre. Di arranque y acelere a fondo, pude verlos por el espejo cómo empezaron a correr detrás de mi. Doble y me metí entre los autos, nada me importo, creo que hasta prefería chocar en este momento. Me estanque en una calle con demasiado tráfico, debía llegar a mi casa o a algún sitio seguro así que me bajo y empiezo a correr. Corro mirando hacia todos lados, sintiéndome perseguida en todo momento. Cruzó una calle sin mirar, una frenada se escucha y me paralizo. El me mira raro y yo por dentro me muero.

Eva.- soltó bajando.

Hugo, ayúdame por favor te lo pido.- dije desesperada mientras mis lagrimas caían y me acerque a él rápido.

Qué sucede.- me abrazo fuerte.

Debo huir de acá.- dije y asistio.

Vamos sube.- soltó y subimos rápido.- qué pasa.- dijo cuando le dio arranque.

Me quisieron secuestrar, es decir, Hugo estoy en una grande metida pero no porque quiera.- solté rápida y agitada.

Pero quien, quieres son.- solto.- debemos ir a la policia.- dijo.

Tampoco quiero que termines involucrado en esto, porque me muero si te hacen algo.- dije rápido- Es que, mierda.- solté frustrada mientras lloraba.

Escúchame, tranquila.- soltó.- debes calmarte, sino no puedo ayudarte.- dijo mirándome un segundo y asistí.- toma un poco y trata de tranquilizarte.- dijo pasándome una botella de agua.

Gracias.- solté.

Tomé y bastante, estaba muy cansada, no sé cuánto había corrido, no sabía en qué parte nos encontrábamos.

Eres como mi ángel.- el sonrió.- juro contarte todo apenas lleguemos.- solté decidida y mire el camino.- donde estamos yendo.- pregunte y me empecé a sentir mal.- Hugo, me siento un poco mal.- solté y cada vez iba creciendo más el mareo y la debilidad en mi cuerpo.

Te amo, va a estar todo bien.- escuché decirme.

Que me diste.- solté como pude.- qué me hiciste.- solté desesperada, no tenía reacción.

Shh tranquila.- soltó y acaricio un poco mi pierna, quise sacar su mano, pero no tenía fuerzas así que solo quedó allí junto a la de el.

No Hugo.- susurre.- dime qué tu no eres..- y luego ya no logro mantener despierta, todo se vuelve negro para mi.

Entre balas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora