24.

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Que lindo volver a verlos.- soltó la madre de Hugo.

Es la última, la próxima lo tendremos en brazos.- soltó Hugo y sonreí mientras termine de saludar a Ana.

Lamentablemente si, ya no puedo viajar mas.- solté acariciando la panza y empezábamos a caminar hacia el auto.

Te dije Hugo, no hacía falta, yo viajaría a penas pueda.- solto y yo negué.

Tranquila ana, nos apetecía salir un poco de la ciudad.- solté sonriendo y Hugo asistió mirándome.

Hugo le quitó las llave y manejó él hacia su casa. Habíamos llegado a cordoba con mi panza de siete meses. El vuelo me había cansado pero fue llevadero. Era verdad que sería la última visita, ya no podíamos viajar más, mi embarazo no lo permitía y mi médico menos. Disfrutaríamos este fin de semana, luego ya volveremos a casa y allí nos quedaremos quietos para esperar los meses pasar.
Vamos en el auto entre charla y risas. Recién son las 8 am, por lo que al llegar ana debía ir a trabajar, nosotros aprovecharíamos para descansar un poco. Dejo mi bolso encima de la cama de la habitación de Hugo, él entra con una valija grande que allí está la ropa de ambos.

Estás bien amor.- pregunto y asistio.- quieres que desayunemos.- soltó.

La verdad es que quiero descansar un poco, me duele la cintura.- el asistio.- si quieres ve a desayunar tu, yo voy a recostarme un rato.- solté.

No, también quiero dormir un poco más, aunque sea dos horas y luego desayunamos.- asistí sonriendo.- quieres que te haga unos masajes.- pregunto cuando me acomode en la cama.

Solo quiero que vengas y me abraces.- solté y sonrió pasando del lado de la pared.

Aproveche que santino estaba quieto y me di vuelta, Hugo me abrazo y beso mi cuello. Si, Santi, esperábamos un nene, un rey, mi compañerito. Tenía muchas ansias por que los meses sigan pasando rápido y ya tenerlo entre mis brazos, solo quedaban 2 meses, no mas que eso.
El día nos lo pasamos con su madre y hermano, mañana visitaríamos otros familiares. Salimos a comer afuera y caminamos un poco. No fue mucho, pero mi cuerpo ya no era el de antes y el cansancio se hacía notar más rápido.

Muero de sueño.- bostecé cuando llegamos a la habitación.

Vas a ducharte.- pregunto y asistí.

Si quieres puedes venir con nosotros.- solté acariciando la panza.

Un gustazo.- soltó y dejo un corto beso en labios mientras sus manos recorrían mi panza.

Nos metimos a la ducha, donde los besos no faltaron y las caricias tampoco. Al salir me puse una de sus remeras, que ya empezaban a quedarme cortas. Cepillo mi pelo, mis ojos se cerraban solos mientras mis manos acariciaban despacio mi panza.

Listo.- escuché y abrí para encontrarme con el.- quieres agua, algo.- pregunto y negue de inmediato para luego besarlo.

Gracias mi amor.- solté embobada.

Nos acostamos, estuvo jodiendo un rato con mi panza, le dabas besos y le hablaba, mientras mis manos acariciaban su pelo, era una imagen muy linda.

Cuando volvamos debemos armar la habitación.- soltó poniéndose a mi lado.

Si, creo que ya es hora.- asistio.

Tienes algo visto.- soltó y negué con una mueca.

Tengo alguna idea, pero no me la imagino todavía.- solté.- es complicado.- dije y soltó una risita.

No veo la hora de tenerlo con nosotros.- dijo mientras su mano subía y bajaba en mi espalda.

Y yo, aunque estoy muerta de miedo.- suspire.

Te cuento un secreto.- soltó y lo mire fijo.- yo también.- susurro y reí para luego besarlo.

Aunque me da más miedo el post parto.- solté.- no sé cómo vaya a quedar mi cuerpo.- suspire y acaricio mi mejilla.

Eso no importa.- soltó mirándome.

Eso dices tú, pero a mi si, quiero verme bien.- dije frustrada.

Eva.- soltó mirándome.

Son inseguridades bobas mías, supongo que ya se me pasarán.- dije.- es que estaba tan acostumbrada a verme de una manera, es un cambio fuerte.- soltó.

Tal vez estás haciéndote la pelicula nomas, vas a quedar re buena.- solto y mordí mi labio negando.- aunque quedes con unos kilos de más o no se, pero vos vas a seguir siendo linda.- dijo.- aparte se trabaja de ultima, no te hagas problemas por eso.- soltó.

Me vas a querer igual.- pregunte casi susurrando.

Claro que si amor, que es esa pregunta.- soltó mirándome.

Es que tal vez ya no te voy a gustar.- dije apenada y mis ojos se aguaron, le echaba la culpa a las hormonas.

Amorrr.- soltó sentándose un poco.- no me digas que vas a llorar por eso.- acaricio mi mejilla.- yo te voy a querer y amar toda la vida.- soltó.- no pienses esas cosas, nada va a cambiar entre nosotros, estás trayendo a mi hijo al mundo, claro que va a ver cambios.- dijo mirándome y llevo mi pelo hacia atrás.

Que lindo eres.- solté y sonrió para besarme.- estoy un poco sensible, no es por el tema.- asistio mirándome.

Te amo, si.- soltó.

Te amo.- dije dejando un corto beso en sus labios.- te amamos.- corregí y sonrió para luego acomodarnos y dormir.

Estaba soñando que me comía unos churros con chocolates, me levante y la boca se me hacía agua. Miro mi celular, son las 7 am y yo necesito comer aquello. Se que aún es temprano, no quiero levantarlo, tal vez aquí había ya que ellos eran de comer. Despacio sin molestarlo me levanto y salgo de la habitación para dirigirme a la cocina. Todos duermen así que hago todo despacio y fracaso en mi búsqueda.

Amor.- soltó Hugo cuando volví a costarme.

Aquí estoy.- susurre.

Todo bien.- pregunto aun con sus ojos cerrados.

Tengo un antojo.- dije y los abrió despacio mirándome.- churros con chocolate.- el sonrió.

Amor, son las..- miro su reloj.- las 7 de la mañana, no voy a conseguir ahora.- dijo.

Los necesito.- solté desesperada.- muero por comerme uno de esos, por favor amor.- le dije y se sentó. Yo también estás sentada y mi espalda apoyada en él respaldar.

Luego de las 9am tal vez pueda conseguirte.- solto y me queje como niña.- no quieres que te traiga dulce de leche o tal vez hay algún chocolate.- dijo animándome.

Quiero churros con chocolate.- dije mirándola seria.- sino vas a conseguirme eso entonces vuelve a dormir.- le dije de mala manera y me acosté.

Hey no te pongas así conmigo.- soltó abrazándome de lado.- pero es temprano aún para conseguir aquello, apenas sea la hora salgo en busca, te lo prometo.- dijo dulce y lo mire.

Me siento como el nene de Matilde por la torta de chocolate.- dije mirándolo y soltó una risita.- estaba soñando que comía los churros, me estoy volviendo una vaca.- sollocé.

No mi amor.- rio acariciandome.- porque no vuelves a dormir un rato más, tranquila.- soltó y me di vuelta, no quería mirarlo, solo quería los churros.

Al rato volví a dormirme y no se por cuanto, pero al levantarme lo hizo él y con una bolsa de churros. Lo llene de besos y me disculpe, me ponía insoportable y él hacía de todo por cumplirme lo que yo quería.

Entre balas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora