26.

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Seguí el plan tal y como ya lo sabía, muerta de miedo sin saber cómo iba a estar el. Llegue a la casa, camine de un lado a otro, la panza me dolía un poco, seguro eran los nervios así que trataba de estar tranquila. Al oír las llaves en la puerta me levanto rápido del sillón para correr hacia sus brazos y analizo que esté bien. El corazón me iba a mil, tal vez si el no me había empujado nuestro hijo no estaría con nosotros y tal vez yo tampoco. Pensé que por fin íbamos a estar tranquilos, cuando me salió con algo que no me lo esperaba por nada.

Debemos alejarnos un tiempo.- soltó mirándome.

Que.- solté con los ojos aguadas.- supongo que estás hablando de irnos juntos de nuevo.- el nego y miro sus manos.- Hugo, que dices.- solté y mis lagrimas empezaron a caer.

Nosotros.- soltó y mi corazón se rompió.- debemos alejarnos un tiempo, es por tu bien.- dijo y su voz estaba quebrada.

No no, de que bien estás hablando.- solté llorando.- no puedes dejarme ahora Hugo, estamos esperando un hijo.- dije y me miro.

Por eso mismo debemos hacerlo, no podemos correr el riesgo de que les pase algo.- dijo mirándome y sus ojos estaban aguados.- será un tiempo, unas semanas y luego volveremos a estar juntos, los tres.- soltó y negué llorando.- por favor Eva, apóyame en esto.

No, estás diciendo cualquier cosa.- dije llorando.- no vamos a estar más en riesgo Hugo, vamos a estar bien.- dije con una sonrisa esperanzada.

Debo estar lejos de ti, no les va a faltar nada.- soltó y me llevé mis manos a mi cara llorando.- debo cuidarte, no quiero correr el riesgo, no me lo perdonaría jamás entiendes.- solto y quite mis manos.

Y yo jamás te perdonaría si tú me dejas ahora.- solté llorando y sus lagrimas caían.

Perdóname, hago esto porque te amo, te amo tanto que te pondría en una cajita de cristal para cuidarte toda la vida.- dijo y agarro mi cara para juntar nuestras bocas.- va a estar todo bien, pero ahora es lo mejor, mantendremos el contacto todo el tiempo, nada cambiará.- susurro y llore mientras nuestras bocas volvían a juntarse.

No lo hagas por favor.- llore despacio en alejándome un poco de su boca y apreté sus manos.

Dejo un beso en mi frente y luego se agacho delante de la panza, donde dejo varios besos. Se levanto y agarro su mochila. Iba a dejarme ahora mismo?

No no no.- dije llorando parándome y agarré fuerte su mano.- no te vayas, no me dejes por favor.- solté y me abrazo fuerte.- no me importa estar en riesgo, no me importa nada, solo estar contigo.- dije llorando en su pecho.

No hagas esto más difícil mi amor.- dijo acariciando mi pelo, estaba quebrado igual que yo.

No puedes dejarnos ahora, te necesitamos.- dije desconsolada y lo mire.

Eva..- susurro.

Si tú me dejas ahora olvídate de mi, olvídate de nosotros y para siempre.- dije sería.

No puedes hacer eso.- dijo negando y me separé.- lo estoy haciendo para cuidarlos.- soltó.

Tu cruzas esa puerta y nosotros vamos a desaparecer para siempre de tu vida.- y miro al piso.- jamás voy a perdonarte esto que me estás haciendo.- dije llorando y acaricie mi panza ya que me dolía.

Lo mire por última vez, no sabía qué decisión iba a tomar. Me fui a la habitación donde allí me encerré y me acosté en la cama llorando.

Vamos a estar bien mi amor.- dije acariciando la panza.- tranquiló.- dije ahogando un llanto.- por favor tranquilo.- dije acariciando y respirando profundo.

La angustia me invadía, no podía dejar de llorar. Los dolores aparecieron, acaricio mi panza, pero él no se mueve, todo indica que está tranquilo.

Ummm.- suelto apretando fuerte mis labios, no sé en qué momento el dolor pasó hacer grave.- todo esta bien, todo esta bien.- dije auto convenciéndome mientras pasaba mi mano por la panza.

El dolor no desaparecía, no podía levantarme, no sabía si Hugo se había ido o estaba acá aún. Trato de sentarme un poco, siento una presión en mi intimidad y empiezo a sentir una humedad. Asustada poso mi mano para comprobar que es y al ver mi mano me paralizo. Miro y compruebo lo que es.

Hugo.- grite llorando.- Hugo por favor.- dije desesperada.

Qué pasa.- entro rápido a la habitación y al verme se dio cuenta.- mierda.- grito y se acercó rápidamente a mi.- tranquila, tranquila.- soltó agarrando mi cara.

Lo estoy perdiendo.- solté llorando y mi respiración agitada.

Nonono.- soltó el asustado igual que yo.- ven, vámonos ya.- dijo y me ayudo a levantarme.

Me ayuda y caminamos hasta afuera donde nos montamos en su auto, trajo mi mochila y arrancamos hacia el hospital.

Va a estar todo bien mi amor.- dijo apoyando su mano en mi pierna mientras conducía rápido.

No te mientas.- solte mirando a la ventana con mis lagrimas aun cayendo y mi mano se posaba encima de la panza que no sabía si allí dentro aún mi bebé seguía con vida. Las pérdidas no eran comunes, eso era de riesgo y yo ya debía prepararme para lo que me digan los médicos.

Esto es toda mi culpa.- lo escuché roto y lo mire.

No.- solté y apoye mi mano encima de la suya.- tu no tienes la culpa de nada.- dije y era verdad.

Lo que quedó del viaje fue en silencio, al llegar rápidamente me pusieron en una camilla.

Mucha pérdida, hay que analizar todo, tenemos poco tiempo.- escuché a una médica gritar.

La obstetra la espera en el piso dos, vamos.- soltó otro y la camilla empezó a moverse.

Usted hasta acá, en unos minutos lo llamaremos.- soltó la enfermera al llegar al piso.

Mi amor, va a estar todo bien si.- soltó y asistí llorando.- te amo, los amo.- dijo besando mi frente.

Nosotros también.- solté.

Y fue lo ultimo que dije para luego perderlo de vista y entrar en la habitación. Donde allí me conectaron cosas y empezaron el procedimiento para ver cómo estaba mi bebé.

Entre balas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora