5.

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HUGO.

Me despedí de ella y su divertida amiga. Ella ya sabía que siempre iba a estar por aquel lado, necesitaba cambiar aunque sea por unos días, sino iba a parecer un loco. Llegó a casa y descansó para luego hacer mi informe de todas las noches.

Está todo bien entonces.- soltó Jesús.

Claro, como siempre.- respondi.

Hay que estar atentos igual, no te despistes.- soltó.

No hace falta que me lo digas.- dije.

Te lo digo por ella igual.- arrugue mi cara.- otro día informado, adios.- soltó y me corto. Idiota, murmure para luego ir a dormir.

Habían pasado tres días, la vi desde mi auto pero no tuvimos ningún tipo de contacto pero lo necesitaba. Tenía la necesitadad de verla y aunque me lo negué mil veces, terminé llamando.

Hola hugui.- soltó y sonrei.

Hugui.- pregunte raro.

Ohh bueno, hola Hugo.- dijo.- deberíamos aprovecharme cuando estoy de buenas.- jodio.

Y eso voy hacer, quieres venir a cenar a casa en la noche.- le pregunte y mire por mi ventanal esperando su respuesta.

No me has dicho hola.- soltó.

Hola Eva, cómo va.- pregunte.

Bien, aunque un poco cansada, pero feliz porque hoy me cocinan en la noche.- respondió y una sonrisa se dibujó en mi labio.- tu.- pregunto.

Bien y cansado tambien, pero esperando que me animen la noche.- le dije.

Allí estaré, me pasas la dirección por what.- soltó.

Claro, a las 8 te quiero aquí, puntual por favor.- solté.

Haré lo que pueda.- escuché su risita.- nos vemos luego entonces.

Adios evita.- la jodi.

Adios hugui.- rei escuchándola y corte.

Okey Hugo a ordenar un poco y pensar con que comida la vas a sorprender, pensé mientras apreciaba la vista de Nueva York. Giré y mi vista fue a mi cama, no se porque en mi mente imagino a ella en esta misma, cosa que borre de inmediato, eso jamás iba a pasar. Me fui acomodar un poco para luego darme una ducha, necesitaba relajarme un poco.

Hola.- soltó sonriendo cuando abrí, estaba hermosa.

Que lindo verte, pasa.- solté dejando un beso en su mejilla.

Tu me decías lindo departamento al mio teniendo esta mansión.- jodio mirándome.

No empieces.- negué sonriendo y rio.- cómo ha ido todo, bien.- pregunte mientras nos sentábamos en el sillón un rato.

Si.- sonrio.- por suerte no me choque a ningún idiota estos días.- soltó mirándome canchera.

Te hubiera encantado.- solte mirándola de la misma manera.

Puede ser, no lo se.- soltó mirándose sus uñas. Me sorprendió ese puede ser? Claro.- sam no ha parado de molestarme contigo, fue mala idea presentarlos.- negué sonriendo.

Que directa es.- ella asistio rapido.- pero no parece mala chica.

No lo es.- sonrio.- ella es lo único que tengo aquí.- dijo suspirando.

Ey y yo que.- solté de repente y me miro fijo.- ahora también me tienes a mi.- dije.- digo.. somos amigos, no.- trate de no ponerme nervioso.

Claro.- sonrio ella.- deberíamos salir a tomar algo juntos, digo ella y otros amigos, no.- pregunto.

Si, cuando quieras.- respondi.- ven, voy a terminar de cocinar.- dije y me siguió.

Que me cocinara el joven Hugo.- soltó jodio y se sentó en una de las bancas.

Pastas.- dije y me miro sorprendida.- oye, se me da muy bien la cocina.- dije riendo.

Quiero probar eso ya.- dijo mirándome.

Cuantos tatuajes tienes.- soltó y la mire .-curiosidad porque te vi el cuello.- rio.

No lo se la verdad.- rei y empecé a mostrarle. Ella estaba al lado mío mirando detalladamente.

Me encanta.- toco con su dedo mi cuello y me erizo completo, me corri tratando que su dedo deje de tocarme.

Lo siento.- rio nerviosa.- tengo las manos frías.- pregunto y asistí mirándola con una sonrisa.

Buenoo.. llegó la hora de comer.- solté dejando de mirarla.

Hugo.- soltó y volví a mirarla.- no, nada.- sonrio, que era lo que me quería decir, pensé.

Qué pasa.- le pregunte.

No nada, que dime donde están las cosas y pongo la mesa.- dijo mirando hacia todos lados y le señalé cada cosa.

Comimos, entre charla y risa. Era una persona maravillosa y no se merecía lo que le pasaba. Si fuera por mi, la metería en una cajita de cristal.

Gracias por traerme, no hacía falta.- sonrio cuando llegamos a su depa.

No confío demasiado en los taxis, más a estas horas.- le dije y asistio.

Me la pase muy bien.- dijo sin sacar su mirada fija de mi.

Yo igual, te lo aseguro.- sonrio y nos quedamos mirando.

Se acercó a darme un beso en la mejilla pero giré un poco mi cara. Estábamos a centímetros, podía sentir su respiración. A pesar que estábamos muy cerca, nuestras miradas luchaban entre sí. Me acerque un poco más, nuestras narices rozaron y vi sus ojos cerrarse. Ya no había nada que hacer, ya no podía controlarme. Nuestros labios se juntaron, nuestras bocas se movieron lentamente. Mi mano se dirigió a su mejilla y la de ella acaricio mi nuca despacio. Abrió un poco más su boca, nuestras lenguas se encontraron. No quería separarme, de que ninguno quería, pero debimos hacerlo por falta de aire. Nos miramos y ella se alejó acomodándose.

Ehh bueno, nos vemos, adios.- soltó nerviosa, iba a volver a saludarme pero se freno y directamente abrió la puerta del auto.

La mire hasta que desapareció, aún así me quede allí. Mordí mi labio cuando en mi cabeza apareció la imagen de lo que había pasado. Sonreí inevitablemente, pero al segundo desapareció, esto estaba mal y lo sabía.

Entre balas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora