10.

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Apoyando mi cara en mis manos mientras estoy boca abajo, lo miro. Su brazo está sobre mi cintura, su cara relajada, está en un profundo sueño. Son las 2 de la mañana y yo no logro dormirme, así que en aquella posición, sin moverme para no despertarlo, lo analizo detalladamente. Jamás me había sentido así, la piel se me erizaba, unas. cosquillas recorrían mi panza y eso solo lo provocaba el. Siento como se mueve, cierro rápidamente mis ojos. Se apega mas a mi mientras acaricia mi espalda. Siento como apoya nuestras frentes, nuestra narices rozan, siento su respiración. Pasó mi mano para abrazarlo por la nuca, donde dejo algunas caricias pero luego solo mi mano que allí.

Estás bien.- susurro y abro mis ojos para encontrarme con los suyos, solo asiento y me doy vuelta poniéndome frente a él.- entonces que es lo que no te deja dormir.- solto.

Como lo sabes.- solté acariciando su nuca nuevamente.

Siento tu mirada.- dijo y tan solo lo miro.

Estoy bien.- dije.- solo no encuentro el sueño.- solte, era verdad.

Ven.- dijo poniéndose boca arriba y me apoye en su pecho.

Me acaricio hasta que logre dormirme. Al día siguiente la alarma sonó temprano, ambos trabajábamos. Con pereza arranque mi rutina, esta vez con compañía.

Sabes, la semana que viene viajo a cordoba para ver a mi madre.- dijo y lo mire.- estaba pensando que sería buena idea que vengas conmigo, si quieres claro.- cómo le decía que me encantaría pero que no podía volver por aquellos lados.

Me gusta la idea, pero no se si podré ir.- solté con una pequeña sonrisa.

Esta bien, lo piensas y me dices.- asistí.- lista.- pregunto y volví asistir.

Si, vamos.- solté. Me dejaría en mi trabajo y luego se iría hacer sus cosas.

Estaba pensando que si yo no puedo viajar, cuando ella venga me la presentas.- solté en el coche.

Sii seguro.- sonrio manejando.- pero porque no quieres ir.- pregunto.

No.. no es que no quiera ir Hugo.- solté nerviosa.- solo que estoy con mucho trabajo en esta época.- el asistio.

Seguimos hablando y llegamos. Nos despedimos y él siguió su rumbo, hoy era un buen día.

Que carita traemos.- me saludo mi amiga y reí.- tuviste buena noche.- pregunto sonriendo.

Tuve una buena reconciliación.- solté y ella chilló.- apareció en mi casa, para decirme que estaba loco por mi y que lo perdone.-solté mientras me senté en la oficina.

Y que le dijiste, que hiciste.- soltó.

Me hice un poco la dura, luego le dije que ya estaba, no me sale enojarme con el.- solté y ella negó mirándome.- es tan lindo.- solté.

Me has inundado la oficina con tu baba.- soltó y reímos.- me gusta verte así, al fin.- soltó.

A mi también me gusta esta Eva.- dije y ella sonrió.- me dijo que iba a ver a su madre el finde y me invitó.

Me imagino que aceptaste.- negué de inmediato.- pero..- dijo.

No puedo volver a España sam.- dije suspirando.- no puedo ni quiero volver allí.- dije.- todo esta bien, no quiero meterme otra vez en la boca del lobo.

Tienes razón amiga.- soltó mirándome.- mejor cuando ella venga la conoces.- asistí.- todo esta bien y va a seguir bien.- me atengo y sonreí.- Esa caja es tuya, son unas marcas que nos mandaron canje.- soltó luego de un rato.

Luego lo veré en casa.- ella asistio.- tambien tengo que llevarme lo nuevo de la colección, hazme acordar por favor que siempre me la olvido.- reimos y asistio.

Estuvimos toda la mañana haciendo cosas, luego nos despedimos, me iría directo a mi casa, moría de hambre. Salí con dos cajas en mis manos, el taxi ya estaba esperándome. Me choco con alguien.

Mierda.- susurre y aquel hombre me dio rápido la caja.

Ostia lo siento.- soltó y levante mi vista. Su vestimenta no era moderna, yo conocía esa vestimenta. Pantalón ancho y camisa metía hacia dentro.

Thanks.- solté mirándolo poco.

Esta bien señorita.- pregunto con ese acento español.

Yes yes.- solté rápido.- thanks.- solté de nuevo y me fui rápido hacia el taxi.

En el viaje iba demasiado perseguida, no podía ser, tal vez solo es una casualidad, pero yo a esa gente y ese ambiente los conocía perfecto. Me estaba volviendo loca.

Hermosa.- dijo Hugo, solo él podía calmarme.

Podemos vernos.- dije mientras miraba por la ventana.

Claro, estoy en casa.- dijo.

Yendo.- solté.

Estás bien.- pregunto.

Si, ahora nos vemos.- dije y corte.

Le cambié la dirección al chofer y me dirigía hacia su casa. Le mande que ya estaba llegando y cuando llegue ya estaba esperándome abajo. Pague y baje con mis cosas, nos dimos un beso y me ayudo con las cajas.

Estás bien.- pregunto.

Si, solo son días difíciles y estoy un poco angustia.- dije sentada en el sillón y una lágrima cayó.

Quieres hablar.- negué de inmediato.

Tampoco quería molestarte.- suspire.- es que contigo me siento segura, protegida.- dije.

Protegida de que.- pregunto y lo mire.

De todo.- solté.- solo quería verte, ya voy a irme porque seguro tienes cosas que hacer.- el nego de inmediato.

Usted no se va de aquí.- toco mi nariz y sonreí a penas.- no sé qué pasa por esa cabecita, pero yo estoy aquí para ti, si.- asistí mientras acaricio mi nariz.- ahora voy a cocinar algo así comemos y luego dormimos una siestita juntos.- dijo y sonreí.

Tengo clases de baile, ya sabes.- solté.

Con que faltes un día no pasa nada.- soltó mirándome.- quédate conmigo.- hizo puchero, tenia razón, solo necesitaba estar con él.

Esta bien, ahora cocíname que muero de hambre.- solté y reimos.

Acaricio mi mejilla y luego junto nuestras bocas. Luego de un tierno beso fuimos a la cocina. Donde allí me cocino y solo me senté a observarlo. Sentía como que él era mi protección y no sabía porque.

Entre balas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora