Acostada, mirando la pared, echa un bollo y un poco tapada. No me muevo, solo me quedo en esa posición, en la misma que estoy hace una semana.
Amor.- escucho su voz ronca pero no lo miro. Se sienta al borde de la cama y acaricia mi mejilla, ahí conecto con el.- te traje la cena.- soltó.
No tengo hambre.- dije con un hilo de voz.
Debes comer algo, llevas una semana casi sin comer, no comes bien.- dijo mirándome.
No tengo hambre, ni ganas.- susurre.
Por favor, por el.- solto y solo lo mire.- qué pasa si vuelve, no le podrás dar de alimentar.- dijo.
El no va a volver, jamás.- solté mientras mis lagrimas caían.- el está muerto.- dije con dolor.
Si tú comes.. yo te cuento algo luego.- lo mire raro.- una opción de que no esté muerto.- soltó mirando sus manos y me senté rápido.
Que dices.- soltó y me pasó la bandeja.- no no, que dices, que quieres decirme.- dije desesperada.
Come y luego te cuento, sino no.- dijo mirandome.
No me importa la comida, me importa el.- dije sería.
Y a mi ambos, tú comes, yo hablo, sino comes, no hablo.- soltó con una pequeña sonrisa y suspire.
Trajo su comida también, ambos en silencio comimos, todo era silencio hace una semanas. Sabía que a él le dolía igual que a mi, sabía que lloraba, pero no delante mío. Como lo más rápido que puedo, quiero escucharlo. Al terminar dejo la bandeja en el piso y respiro profundo para empezar a escucharlo.
Yo se que no estabas tan consiente, pero te acuerdas cuando estábamos con él y una enfermera apareció para llevárselo.- asistí apenas.- ella no estaba en el parto.- soltó mirándome.
Como que no.- pregunte.- la verdad no recuerdo porque no vi bien quien estaba y quien no.- dije.
Ella no estaba en el parto y me pareció raro en el momento pero tal vez era una de las que tenía que asistirte.- dijo suspirando.- luego que.. que nos digan lo qué pasó lo pensé, mi cabeza maquinó mucho.- dijo.- y me contacte con Jesús y él empezó a trabajar en ello, yo se que te dije que no iba a meterme más con él pero es el único..
Hazlo, si es por saber qué pasó hazlo.- solté rápidamente.- tu piensas que..- el asistió.
Lo han secuestrado para otra familia, suele pasar, les pagan a la enfermera y luego desaparecen.- dijo y me dolió.- pero tú juro, que si es que fue eso lo qué pasó, lo voy a encontrar.- soltó y agarro mis manos poniéndose al frente mío.- lo voy a encontrar y no importa si es lo ultimo que haga en esta vida.- dijo y asistí con mis lagrimas.- quiero que tú vuelvas a sonreir y a tener ese brillo en tus ojos.- soltó acariciandome.- y por ti hago lo que sea.
Lo solté y me abalancé para abrazarlo fuerte, sus brazos siempre eran mi sanacion. Nos quedamos un rato así y al separarnos lo bese lento. Hace días no teníamos contacto. Mis fuerzas eran nulas, solo él podía levantarse, yo no podía, la tristeza me había ganado.
*una semana atrás*
Porque no vienen todavía.- soltó Hugo caminando de un lado a otro. Había pasado media hora desde que vino la doctora.
Tranquilo amor.- dije agarrando su mano y me miro.- debe estar bien no.- pregunte preocupada y él se percató.
Sisi, claro que si.- dijo y se sentó a mi lado.
Ojalá nos podamos ir a casa, juntos los tres.- suspire.- van a ser días difíciles.- dije.
Pero somos un gran equipo o se te olvida.- toco mi nariz.
Claro que lo se.- solté y dejo un corto beso en mis labios.
La doctora entró y sonreí porque al fin iba a ver a mi hijo, pero todo cambió cuando solo entro ella. Ella y una cara triste.
Y Santi.- solté rápidamente.- dónde está, ya lo van a traer.- dije y Hugo solo la miraba.
Lo siento mucho.- dijo y mi mundo se detuvo.- tuvo un pequeño paro, no resistió, jamás nos dimos cuenta que tenia problemas en el corazoncito. Lo siento.- dijo y mis lagrimas ya caían.
No.- solté y mire a Hugo.- no es cierto, no puede ser.- dije y el cerró sus ojos mientras sus lagrimas caían.- no por favor Hugo, haz algo.- dije desesperada y el me abrazo.- no no, nuestro Santi, no puede estar muerto.- dije desconsolada.- el estaba bien.- lloré.
Tranquila mi amor.- dijo llorando y lo empujé para que deje de abrazarme.
Suéltame, díganme qué pasó, él estaba bien.- dije gritando.- quiero verlo, quiero verlo.- solté y intenté arrancarme todo.
En menos de un minuto tenía a dos enfermeras agarrandome y la doctora pasándome algo por la vena, poco a poco me fui durmiendo. Al despertar Hugo estaba con su cara destrozada mirando fijo el piso.
Amor.- susurre y rápidamente se puso a mi lado.- dime qué fue un sueño.- dije y nego de inmediato. Solo me abracé a él para llorar como una niña.
No nos dejaron despedirnos, dijieron que había sufrido y como murió no podíamos verlo. Reclamamos, pero nada. La doctora no sabía qué enfermera fue la que lo vio, había pasado un cambio y no era la que ella pensaba. Sin más nos fuimos a casa, entramos solo dos, cuando deberíamos ser tres.
*actualidad*
Luego de la cena nos acomodamos para dormir, me coloqué bien en su pecho y allí dormí de corrido. Me levanto, esta vez sola, nadie ocupa el otro lado de la cama. Miro mi móvil, son las 10 de la mañana. Hoy comienza otro día, otro día donde días atrás me hubiera quedado en cama, pero esta vez no. Debo levantarme, por el, por Hugo. Hugo que está haciendo todo el esfuerzo, cuando a él le duele igual que a mi, cuando se que debo aferrarme a él, ambos pasamos el mismo dolor y no debo dejarlo solo porque también me necesita. Abro la ducha, el agua cae haciéndome relajar, masajeo mi pelo y me quedo unos minutos de más. Bajo las escaleras, no está en ningún lado, seguro está en su escritorio. Preparo el desayuno, se que no lo ha echo porque está todo limpio. Al terminar lo pongo en una bandeja y me dirijo hacia allí.
Buen día.- dije entrando.
Mi amor.- sonrio parándose.- me has echo el desayuno.- dijo al llegar a mi lado y asistí.- déjame que te ayudo.- soltó agarrándola y la dejo en el escritorio.- buen día.- dijo y lo abracé, el dejo un beso en mi cabeza.
Sabía que no había desayunado.- solté.
Como.- pregunto.
Está todo limpio.- soltó una risita negando.- asi que ahora a desayunar.- dije y me senté en una de las sillas. El trajo la suya para ponerse a mi lado.
Me perdí mirando una foto que tenia en su escritorio, era de los tres, en esos segundos que habíamos pasado juntos. Hugo le había pasado el móvil a una enfermera y captó el momento. Sonrió y miro mi taza, ya no quiero llorar mas pero me es inevitable. El se da cuenta y deja su vaso para ponerse más a mi lado.
Se que no es un angelito, lo presiento.- soltó acariciando mi mejilla.- y estamos trabajando duro por encontrarlo.- dije y lo mire.- te amo mucho.- soltó mordí mi labio.
Te amo también.- solté y me acerque a besarlo.
Luego me dedico una sonrisa y se encargó que nuestro desayuno y lo que resto del día no allá más lagrimas, sino sonrisas y risas.
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Entre balas.
Teen FictionEva era una chica normal, ahora escapa de su pasado. Hugo hará su trabajo para ayudarla. Sin saber lo que se venía, sin esperar aquellos sentimientos que iban aparecer entre balas.