11.

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HUGO.

Ella dormía tranquila en mis brazos, ambos en aquel sillón y un poco tapados.
Me levanto despacio para hacer unas llamadas, sabía que ella no estaba bien y no era porque eran tiempos difíciles.

Señor.- escuché a través del móvil.

Hazme un repaso desde que Eva entro a trabajar hasta que salió.- dije en mi habitación y mire a través del ventanal.

Ha sido una mañana normal, solo al salir se choco con un hombre, luego se subió rápido a un taxi.- soltó.

Y cómo vestía aquel hombre, viste algo raro.- pregunte.

Pantalón ancho, camisa adentro, como un tipo grande.- soltó y pensé.- algo esta mal señor.- pregunto.

No, solo mantenla vigilada, no me fio mucho de un hombre así.- dije.

Entendido.- soltó y corte.

Por eso estaba nerviosa? Pensé mientras no quitaba mi vista de la ciudad.

Hugo.- escuché a mis espaldas y me sobresalte. Me giré a verla con su carita de dormida.- me has dejado sola.- soltó y sonreí mientras me acerque.

Es que no tenía mas sueño y estabas tan tranquilita que no quería despertarte.- solté y la abracé.- estás mejor.- pregunte mirándola y asistio.

Creo que ya debería irme a mi casa.- soltó mirándome.

Por.- pregunte.- porque no vamos a buscar ropa para mañana y te quedas hoy conmigo.- solté.

Hugo, no hace falta, solo fue un bajón.- soltó mirándome con una sonrisa.

Pero si yo no te lo digo por eso.- solté.- bueno si, pero también porque me gusta pasar tiempo contigo.- dije mirándola.

Eres tan cursi.- soltó mientras me sonreía.

Pero te encanta.- solté sonriendo.

Claro que si.- dijo y pasó sus brazos al rededor de mi cuello.- a mi también me gusta pasar tiempo contigo.- dijo.

Entonces no se dice mas, hoy te quedas conmigo.- solté y ella se acercó a besarme.

Luego fuimos a buscar sus cosas, pasamos por un lugar y paramos a merendar. Cada día descubría algo nuevo, aunque nunca iba a descubrir su pasado, estaba seguro que jamás me lo diría. Luego llegamos a mi casa y se fue a duchar. Me contuve todo lo que pude por no ir con ella y darle su espacio. Termine de fumar en el balcón y me quede allí sentado.

En que piensas tanto.- pregunto apoyada en el marco del ventanal.

Ahora mismo mi pensamiento cambió.- solté mirándola y reímos.- te parece salir así.-la mire, su pelo mojado ya desenredado y de bata.

Me apetece sacármela aquí, delante de la ciudad.- soltó sonriendo.

Ni se te ocurra.- gruñí.

Por qué no.- pregunto mirándome y se desabrocho el cinto.

Eva.- la mire negando.

Que aguas fiestas.- soltó entrando y la seguí rápido. Cerré y la agarré por detrás para besar su cuello.

Acaso me quieres volver loco.- pregunte en su cuello.

Tal vez.- soltó y giro para besarme.

Su bata ya estaba desatada, mis manos tuvieron el previlegio de tener contacto directo con su piel. Me hizo sentar sobre la cama allí pasó sus piernas a cada lado.

Pensé que vendrías a la ducha conmigo.- soltó besando mi cuello.

Quería pero me limité.- suspire mientras mis manos recorrian su espalda por adentro de su bata.

No lo hubieras echo.- soltó y mordió mi oreja, sentía que iba a morirme.

Volvió a juntar nuestras bocas, gimió al sentirme y sacó mi remera. Mi móvil empezó a sonar, quise ignorarlo pero otro tono apareció. Ella me sacaba las manos para que no atienda mientras nos besábamos.

Hola.- solté frustrado y ella fue hacia mi cuello.- hermosa, cómo estás.- solté y ella me miro fijo.- anaju, no te escucho bien, sal de donde estés.- rei y Eva salió de encima mío. La mire raro y se fue hacia el baño con su ropa.- ahora si, dime.- dije mientras me tiré en a cama para escuchar aquella chica.

Nos conocíamos hace años, era la novia de Rafa, pero se dedicaba a algo parecido a lo mío, siempre compartíamos contactos cuando teníamos estos casos. Escuché la puerta abrirse y ella salió cambiada, pero se fue de la habitación. Termine de hablar con anaju y la busqué, estaba en el sillón. Me senté a su lado y no me dio bola.

No estábamos en algo nosotros.- susurre cerca de ella y se alejó.- Eva.- solté.

No.- soltó sería mirando su móvil.

Qué sucede, dije algo que no te gusto.- pregunte mirándola.

Ya terminaste de hablar.- pregunto mirándome.- hermosa.- hizo burla y reí.

No me digas que estás celosa.- solté mirándola y se paró yendo a la cocina.

No.- dijo.

Claro.- rei.

Hugo, en serio no me molestes.- soltó, se notaba que estaba furiosa.

Giro para servirse agua, pero no iba a dejar así tan fácil.

Sabes, me encantas más ahora.- susurre abrazándola por detrás, me apreté bien en ella y acaricie su cintura.- me encantas que te pongas celosa sin saber quien era.-solté besando su cuello.

No estoy celosa.- soltó.

No.- pregunte.

Debo estarlo.- me miro de costado y no respondí, solo junte nuestras bocas.

Se dio vuelta pero no nos movimos de allí. La subí a la mesada, su piel se erizo por lo frío que estaba.

No debes estarlo.- susurre en su oído.

Lo estoy igual.- dijo agarrando mi cara para juntar nuestras bocas.

No nos importo el lugar, nos adaptamos rápido y lo volvimos cómodo. La poca ropa que había desapareció y ambos entregamos mucho del otro.

Sigues celosa.-pregunte cuando ya estábamos acostados en el sillón.

Claro, que te piensas.- dijo y la mire riendo.

No debes preocuparte.- solté y solo acaricio mi nuca.

Me encantaba esto, era un descubrimiento día a día, pero muy en el fondo sabía que estaba mal y me daba miedo.

Entre balas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora