El día para Liam no podía ir peor, anoche durmió tarde por acabar una de las maquetas para su clase, por lo que llegó tarde a la primera clase y recibió un regaño, tenía sueño y por si eso no fuera poco, su compañera de trabajo enfermo por lo que tendría que doblar turno.
—Ugh.—Se quejo Liam dejando su mochila en su casillero sacando la camisa de la tienda con su pequeña tarjeta que traía su nombre.
La vida de estudiante y trabajador era un asco, pero Liam no podía depender del dinero que su padre le había dejado cuándo falleció.
Si, Liam consideraba que su vida era un caos y si existía un dios quería preguntarle porque a él le tocaba esa vida de mierda.
—Que bueno que llegas Li, nos vemos mañana.—La chica detrás de la caja le sonrió y salió de ahí.
Trabajaba en una tienda de ropa, rolaba los puestos con sus compañeros, quien en su mayoría al igual que el eran chicos que tenían que trabajar y estudiar para vivir y hoy para su mala suerte tendría que estar en la caja, tendría que estar parado todo el día dándole una falsa sonría al las personas que entraban y preguntar amablemente si habían encontrado lo que querían, odia los días de estar en cajas.
No es que Liam fuera un amargado, en realidad era una persona muy alegre a pesar de cómo lo ha tratado la vida, pero ese día en específico estaba teniendo un día de mierda y de solo pensar en todas las tareas que tendría que hacer llegando a casa hasta las 11 de la noche lo ponía de peor humor.
Recargo su cuerpo en el mostrador poniendo su codo y su cabeza sobre su palma mirando a la gente pasear fuera de la tienda en la gran plaza, su estómago hizo un ruido desagradable, lo que le hizo recordar que lo único que había comido en el día era un café y dos mordidas de hamburguesa que Monica le había dado, pero tendría que esperar hasta su hora de descanso para comer algo.
—Hola Lee.—Melissa, una chica castaña que trabajaba acomodando las prendas que la gente dejaba por ahí votadas se acercó con una pequeña sonrisa.—¿Porqué esa cara?—Su largo dedo tocó su frente, frunció más el ceño y se alejo del toque.
Melissa era una chica sumamente guapa, no lo iba a negar, pero la chica se empeño en coquetear con el desde que llegó a la tienda, y eso no le molestaría si no fuera por dos razones.
1.-Melisa era más grande que el, la chica tenía 25 y el todavía no llegaba a los 20.
2.-No le iban las mujeres y se había cansado de hacerle saber a la chica que a él no le gustaban las vaginas pero la chica se empeñaba en coquetear y Liam creía que eso ya podía considerarse acoso laboral.
—¿No deberías estar trabajando?—Preguntó tajante, por el rabillo de sus ojos vio una luz cegadora y volteo la vista afuera, pero todo seguía normal.
—Quita esa carita, te hace ver feo.—Liam seguía viendo la plaza buscando que fue aquello que brillo con tanta intensidad, pero no veía nada extraño.—Cariño no me ignores.—Manoteo la mano de Melissa sin prestarle atención.
—Le diré al jefe que te todo lo que hiciste en tu turno fue acosarme.—La chica hizo un puchero pero se fue de la caja.
Los ojos de Liam aún buscaban algo, no sabía que era pero algo le decía que tenía que seguir viendo ahí. Hasta que lo encontró, arriba de la tienda de comida, estaba sentado al borde de esta, sus pies colgando mientras grandes alas negras se movían con parsimonia. Cerró los ojos y los volvió a abrir. ¿Estaba delirando por el hambre?—Se acercó aún más al ventanal mirando a lo que estaba ahí.
Era un chico, su cabello negro caía sobre sus cara por lo que no podía verlo, pero vestía completamente de negro y lo que eran alas brillaban, estas también eran completamente negras.
Apretó sus dedos en sus ojos y los tallo con fuerza, cuando los volvió a abrir eso seguía ahí.
—¿Liam?—El nombrado volteo a ver a Louis, su compañero de carrera y de trabajo.
—¿Lo vez?—Señaló con el dedo.—Eso que está ahí con las grandes alas.—Susurró asustado.
Louis frunció el ceño y miró la dirección de su dedo.
—Ahí no hay nada Liam.—Liam volteó a ver, pero ahí estaba aún con la cabeza gacha.
—Mierda Louis, esta ahí, justo arriba del restaurante.—Golpeó el cristal con fuerza pero el chico negó con la cabeza.—Mira bien, lo estoy viendo tiene grandes alas negras.—Louis lo miro con el ceño fruncido.
—Debes dormir más Liam, ahí no hay nada, estás delirando por el sueño.—Frunció el ceño y enojado volteó a ver a lo que sea que estaba ahí parado, pero Louis tenía razón.
Ahí no había nada.
—Estaba ahí, lo vi te juro que había algo ahí.—Louis suspiro y miro al castaño.
—Ve a dormir una hora a la cafetería, yo te cubro.—Liam miró de nuevo al lugar para asegurarse de que no había nada.
—Me vio.—Zayn miró a su hermano que se sentaba a su lado extendiendo alguna rara comida.—Esta entrando a su etapa madura, pero aún no lo hace bien, cuando se distrae deja de verme.—Dio una mordida a lo que sea que traía en sus manos.
—No puedo cuidarlo, tengo que aparecer de humana.—Hizo una mueca de asco y chasqueo la lengua.—Deja de comer esa mierda.—Lo miró y Caleb limpio un líquido rojo de su mejilla.
—Los humanos pueden ser unos inservibles, pero tienen comida rica.—Dio otro gran mordisco y Zayn rodó los ojos mirando al frente encima de una gran edificio, veía a la gente pasearse.
Pensaba la forma en la que se acercaría al bastado ese sin que se diera cuenta de su aura.
***
¿Alguien tiene alguna duda? Pueden preguntar si quieren :3
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Dioses
FantasyLiam es un semi-dios, hijo de la diosa Atenea, el nunca creyó las historias que su padre contaba. Zayn es un arrogante dios, hijo del dios Hades y la diosa Persefone. Es mandado a cuidar del hijo de Atenea.