Miraba detrás de él cada paso que daba, podía sentir a alguien caminar detrás de él, pero no podía ver a nadie.
Sacó los audífonos de su bolsillo y empezó a desenredarlos con el ceño levemente fruncido, de nuevo antes de ponerlos en sus oídos miró detrás pero no había nadie. Metió las manos a sus bolsillos de la sudadera y alzó su capucha cuándo la música estuvo en un volumen considerado.
Odiaba trabajar hasta tarde, porque la calle que tenía que pasar para la parada de autobús estaba completamente sola y sin luz, le daba miedo, ahora más sintiendo a alguien detrás de él.
—Parece que nos siente pero no puede vernos.—Dijo Caleb a su lado.
—Tengo que encontrar una forma de acercarme para cuidarlo.—Zayn frunció el ceño, claramente molesto por el esfuerzo que tiene que hacer.—Los bastardos son complicados.
—Te puedes convertir en un gatito.—Dijo su hermano, Zayn lo miró molesto.
—No me voy a humillar de esa forma.
—Puedes fingir ser estudiante.—Dijo con una pequeña sonrisa y sus cejas elevadas.
—No, convivir con demasiada gente.—Hizo una mueca.
—Que tal si trabajas donde el lo hace.—Zayn alzó la ceja mirando interesado al otro peli negro.—Si entras a trabajar ahí, puedes cuidarlo y las demás horas del día ser un cuervo.—Sonrió orgulloso de su plan.
Zayn asintió aún meditando si sería buena idea, mientras seguía al castaño y entraba a un alto edificio. El chico le sonrió al anciano detrás de un mostrador y subió al elevador.
—Quinto piso.—Dijo Caleb moviendo sus alas y mirando el techo antes de desplegarse hasta el piso dicho.
Esperaron unos segundos hasta que el chico salió otra vez, Zayn miraba curioso su cansado rostro, pero aún así había tenido la amabilidad de sonreírle al sujeto de abajo.
El chico sacó unas llaves buscando entre estas una en específico.
—Me alegra verte niño.—Liam brinco sobre su lugar y dejó caer sus llaves por el susto, se agachó y miró a su vecina.
—Buenas noches señora Holly.—La anciana no se molesto a regresarle el saludo más que a mirarlo enojada.
—Te he pedido muchas veces que no traigas a tus clientes aquí, me es molesto ver a hombres venirte a buscar.—Liam suspiró.—Y sobre todo a ese chico que parece drogadicto, si no haces algo con ellos me veré en la necesidad de hacer una junta de vecinos.—Lo señaló con su arrugado dedo.
—Ya me canse de decirle que no soy ninguna prostituta y que son mis amigos los que me vienen a buscar.—Susurró metiendo la llave en su puerta y dándole vuelta para que esta se abriera.
—Sabes que la gente como tú no me agrada, no son bienvenidos en nuestro reino.—Liam se mordió la lengua para no contestar algo grosero.
—No se volverá a repetir.—Dijo por último empujando su puerta para poder entrar a su departamento.
—Eso espero, no se en que momento aceptaron aún desviando como tu en él edificio.—Y sin más cerró la puerta de su departamento.
Liam rodó los ojos y cerró la puerta, se sacó los tenis dejándolos a un lado de la puerta y sus llaves en el pequeño tarro que tenía ahí.
—¿De qué habla la anciana loca?—Preguntó Zayn ladeando la cabeza confundido ante lo que la anciana dijo.
—Hay humanos que creen que existe otro Dios, incluso tiene un libro.—Caleb asintió.—Tienen un cielo y un infierno, la gente que no cumple lo que dice el libro va a él infierno.—Zayn frunció el ceño y chasqueo la lengua.
—¿Y el bastardo que hizo de mal?—Volvió a preguntar mientras seguían su paso hasta la puerta donde el castaño se había metido.
—Creo que es gay.—Dijo Caleb también confundió. Zayn lo volvió a mirar de la misma forma.
—¿Qué es eso?
—Cuando amas a alguien de tu mismo sexo.—Se encogió de hombros.
—Los humanos son unos idiotas. ¿Porqué ponerse etiquetas?—Chasqueo la lengua y entró al lugar mirando el ordenado espacio.
Dos grandes sofás puestos en forma de L, una mesita al centro de esta y una gran pantalla colgada de la pared, debajo de la pantalla un pequeño librero lleno de cuadernos, papeles y libros.
Caleb se dejó caer en el sillón soltando un jadeo de satisfacción al sentir lo cómodo que era.
Zayn siguió viendo el lugar, el otro espacio de la sala con otro librero, una mesa que parecía inclinada y un montón de material regado a su alrededor.
Había una terraza pequeña, una mesa pequeña con cuatro sillas, y luego estaba la puerta de la cocina.
Se sentó al lado de Caleb también satisfecho de lo cómodo que era ese lugar, recargo su cabeza y cerró los ojos relajándose, creía que esta era la primera ves en 100 años que podía tomarse un descanso sin tener que estar cuidando almas.
No sabe cuando tiempo pasó pero al escuchar una puerta abrirse abrió los ojos y miró detrás del sillón. El chico venía caminando por el pasillo con una toalla secando su ondulado cabello. Zayn lo miró detenidamente, solo vestía una camisa larga y unos boxers.
Se metió a la cocina y pasaron unos minutos cuando salió con un bote de alguna sopa.
—Eso se ve rico.—Dijo Caleb mirando al chico dar un sorbo de su comida.
Liam se recargo en la barra de la cocina mirando el desastre de material que había dejado por hacer su maqueta. Metió un poco de pasta a su boca y miró al rededor sintiendo unas miradas, tal ves si estaba delirando por el sueño, pero no podía dormir aún, tenía tareas que hacer.
Dejó su sopa sobre su mesa y fue a la cocina por una bolsa de plástico para meter el material, lo guardaría por si necesita ocuparlo de nuevo. Cuando acabo amarró la bolsa y la dejo sobre las demás bolsas. Se acercó al librero debajo de su mesa y se inco frunciendo el ceño al sentir una mirada sobre él.
Caleb ladeo la cabeza mirando fijamente el trasero del chico y Zayn le dio un golpe en el pecho.
—Oye.—Se quejo sobando el lugar afectado.—Esta muy redondito.—Zayn rodó los ojos y se levantó del sofá caminando por el pasillo.
Cuándo tuvo los cuadernos y libros que ocuparía regresó al sofá y sacó su computadora regresando a su mesa donde hizo a un lado su sopa para dejar sus cuadernos.
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Dioses
FantasyLiam es un semi-dios, hijo de la diosa Atenea, el nunca creyó las historias que su padre contaba. Zayn es un arrogante dios, hijo del dios Hades y la diosa Persefone. Es mandado a cuidar del hijo de Atenea.